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miércoles, 31 de diciembre de 2014

Cambios cognitivos mediados por la literatura de viajes en el siglo XV - Vivina P. Salvetti

Hola amigos
Este artículo lo escribí hace varios años y revela mis intereses primarios vinculados con el cruce entre antropología y neurociencias, particularmente en los aspectos referidos al mapa cognnitivo.
Algunos han llamado al siglo XV como el siglo de los descubrimientos (de la imprenta con tipos móviles y de América), y no cabe duda que ambos interodujeron una nueva manera de ver el mundo
Está centrado en los cambios cognitivos que fueron propiciados por la imprenta y la difusión masiva de relatos de viajes por un lado y la carrera por acceder a nuevos mundos entre España y Portugal por otro.
En esta era de la superconectividad está bueno reflexionar un poco en la época que la realidad estaba constreñida al ámbito de las labores cotidianas, cuando la literatura de viajes tuvo un papel crucial en propiciar cambios cognitivos no solo entre un público ávido de relatos de viajes a lugares exóticos, sino por parte de los navegantes que tenían que responder por sus avances ante sus patrocinadores Reales.

El mismo artículo ha sido publicado en el blog de Sesam y en la revista Pluma y Tintero.




La Literatura de Viajes durante  la Globalización del Siglo XV

  (Por Vivina P.Salvetti)



La Era de los Descubrimientos, también llamada Revolución del Mar, por el papel que ejercieron  protagonistas tales como Portugal y España, se encuentra entre los antecedentes de las transformaciones en el modo de ver el Mundo que permitieron el pasaje del pensamiento medieval al renacentista, pasaje que nunca es lineal sino que involucra distintos procesos que se interrelacionan.   

¿Puede una recorrida por las transformaciones de carácter histórico, como sociales y políticas ligadas a la Era de Descubrimientos contribuir a una comprensión de conceptos tales como Mapa y Marco cognitivos?


Antes de aventurar alguna respuesta, es necesaria cierta reconstrucción de época.
Uno de los factores vinculados con los descubrimientos y que facilitaron los cambios en la mentalidad  europea, fueron los denominados relatos de viajes.

¿Boom Editorial en el siglo XV?
Aunque parezca extraño, la información recabada por historiadores, nos permiten conocer el alcance de la difusión de textos a poco de aparecer la Imprenta.
Acerca del Boom Editorial a partir del siglo XV, se aportan los siguientes datos:
En 1480, las principales ciudades de Alemania, Francia, Holanda, Inglaterra, España, Hungría, y Polonia, contaban con sus propios talleres de impresión.
Se calcula que para el año 1500, estas imprentas habían lanzado entre seis y quince millones de libros, más de lo que se había producido desde la caída del Imperio Romano.
Las cifras del siglo XVI son aún más asombrosas. Solo en Inglaterra al menos se publicaron ciento cincuenta millones de libros, para una población europea inferior a los ochenta millones. Algo semejante solo pudo ser posible debido a que la novedad de la Imprenta impregnó todas las áreas de la vida cotidiana, tanto pública como privada.
En los inicios, se publicaron libros religiosos, Biblias, breviarios, sermones y Catecismos, pero gradualmente se fueron introduciendo obras de carácter secular, como romances, panfletos, periódicos de formato grande (tipo sábana) y libros en los que se podía aprender de todo, desde medicina popular hasta los deberes de la buena esposa. Dentro de los géneros más apreciados, se encontraba la literatura de viajes (Datos  proporcionados por  Brotton 2003:83,84)
Los historiadores también nos advierten que ciertas prácticas editoriales de carácter fraudulento, cuentan con antecedentes que se remontan a épocas cercanas a la mismísima aparición de la imprenta. La literatura de viajes en particular adolecía de un vicio común a todos los textos de difusión masiva. Las editoriales se arrogaban el derecho de hacer “mejoras” al texto con el propósito de que fuera más vendible, llegando a plagiar episodios completos para  agregarle  “sabor” a escritos que a su juicio estaban excesivamente poblados de verdad, ya que el público estaba ávido de acceder a relatos fantásticos. (Fernandez-Armesto 2008)
También concuerdan en señalar que aquellos procesos sociales que culminaron en el Renacimiento estuvieron precedidos por un contexto histórico en el que los intercambios mercantiles entre Oriente y Occidente se fueron articulando con ciertas maneras de ver el Mundo.


El Libro de las Maravillas

Tal como nos han enseñado desde niños, los viajes en búsqueda de nuevas rutas comerciales fueron impulsados a partir de la toma de Constantinopla por el Imperio Otomano, y los pesados impuestos con el que eran gravadas las mismas Especias que  mercaderes orientales transportaban hasta Medio Oriente.
Quienes hasta allí controlaban las rutas con Oriente, eran los italianos, con fuerte predominio de la Ciudad Estado de Venecia.
Por eso no debería extrañar que entre los antecedentes clásicos de Literatura de Viajes,  realizados con anterioridad al bloqueo turco, encontremos el originado por las Memorias de un veneciano llamado Marco Polo (1254-1324)

En 1271, el autor, contando con 17 años, partía de Venecia con su padre y su tío en un difícil y peligroso viaje que los llevaría hasta el otro extremo del mundo conocido. Hasta ese momento si bien había contacto con mercaderes del lejano oriente, muy pocos europeos habían llegado hasta los confines de la Tierra.
Aunque el viaje tenía fines comerciales, una vez que los Polo arribaron a Pekín, convertida en la capital del gran Imperio Mongol, según palabras de Marco, el gran Kublai Khan no los dejó ir, movido por curiosidad y la oportunidad de conocer de primera mano cómo eran los europeos, en un encuentro de Mundos que se extendería veinte años.
Una vez establecidos en la Corte, el joven Marco aprendió varios idiomas y se ganó la confianza del soberano, quien lo envió como embajador a varias misiones, en las que Marco tomaba nota de todo lo que le llamaba la atención.
Una lectura actual del diario de Marco nos revela una  tensión que iría aumentando en los relatos de viajes, entre tratar de captar y registrar la realidad tal como era percibida, y la incorporación de relatos míticos o milagrosos que les referían los locales de las comunidades que visitaba.
El relato constituye una narración que testimonia por primera vez el modo de vida de la Civilización China, sus mitos y sus riquezas, así como las costumbres de pueblos vecinos, hoy habitados por Siam, Japón, Java, Sri Lanka, Vietnam, Tíbet, India y Birmania, registrados con un enfoque que la convierte en antecedente válido para cualquier etnografía,  realizada con espíritu  tanto curioso como tolerante a las diferencias.
Los Polo decidieron regresar a Venecia debido a que extrañaban su lugar de origen. Pero cuando llegaron a la puerta de su casa, después de venticinco años, alguien a quien no conocían fue a abrirles. Durante su larga ausencia sus parientes los habían dado por muertos y vendido todas sus pertenencias. Nadie pudo reconocer a aquellos extraños, con ropas gastadas por el viaje y acento extranjero, a pesar de su insistencia y de las riquezas que portaban como evidencia del éxito obtenido en Tierras Lejanas.
Esta incredulidad no impidió (¿O quizás impulsó?) que Marco Polo durante un conflicto naval contra Génova, se ofreciera participar como capitán de galera veneciana, equipada con fondos propios.  Desgraciadamente terminó capturado por los genoveses y enviado a prisión durante tres años, en el transcurso de los cuales su compañero de celda, escritor de profesión, registró el relato de sus viajes.
Sus contemporáneos no tomaron en serio el texto manuscrito en tiempos previos a la Imprenta. Sus relatos devinieron fuente de debates y controversias. Todavía hoy grupos de expertos se dedican a investigar y autenticar los escritos de Marco a pesar que mucha de las informaciones proporcionadas se incorporaron en mapas medievales, y confirmadas posteriormente por viajeros durante los siglos XVIII y XIX. Actualmente, un fuerte consenso acuerda en considerarlo un precursor de la Geografía Científica.
 No obstante, cuentan que 150 años después, la información proporcionada por Marco sobre un gran océano que bañaba la costa oriental de China, sugirió a un marino la idea que  navegando desde el Occidente, quizás fuese posible arribar a esas tierras.
Cuentan también que este navegante genovés llevaba consigo una copia de los viajes de Marco Polo, aunque difícilmente trató a los nativos que halló a su paso con el mismo respeto y tolerancia que años antes había hecho el veneciano.



Globalización y Guerra Fría

Debido al hecho de que el Renacimiento suele estar asociado con los movimientos humanistas ligados al Arte y situados en el Norte de Italia, se suele pasar por alto la puja llevada a cabo simultáneamente entre Portugal y España para descubrir nuevos mercados. Este curioso antecedente de la “Guerra Fría”  se tradujo en una “carrera naval” por mejorar el diseño y equipamiento de galeras y bergantines.
La rivalidad entre los reinos de la Península Ibérica  por el control del comercio y las rutas de navegación internacionales, van a culminar en la firma del tratado más escandaloso de su tiempo, por el que España y Portugal literalmente se reparten el Globo: Tordesillas, firmado en 1494. Realizado con el patrocinio del  Alejandro VI, el papa justifica la línea imaginaria con que divide el Atlántico entre los reinos, autorizándolos respectivamente a “navegar, colonizar y bautizar a los infieles” que a juicio del prelado “parecen suficientemente aptos para abrazar la fe católica y ser imbuidos en las buenas costumbres”, legitimando así los abusos que se cometerían después.
 La navegación en Alta Mar, empresa peligrosa y complicada, requería tanto recursos como apoyo institucional, por lo que era patrocinada por los monarcas, con el apoyo de particulares. Estas incursiones permitieron a los Reinos involucrados extender el comercio y dominio a otros territorios.
La misma experiencia del viaje de descubrimiento suponía la acumulación paulatina de información, técnicas y conocimientos relacionados con la navegación y cartografía. Permitían reconocer las limitaciones de las embarcaciones, lo que era retomado para la realización de modificaciones ulteriores en los diseños. Además los mismos viajes servían para recabar los datos de las cartas de navegación, que se utilizarían para la elaboración de nuevos mapas.
 Los registros sobre la Historia de la Ciencia, prácticamente ignoran cómo los conocimientos relacionados con la Cartografía y la Navegación Astronómica que recibieron un tremendo impulso a partir del bloqueo económico de Constantinopla, retroalimentaron la avidez editorial por los relatos de viajes,  que inesperadamente abriría nuevos horizontes en el público receptor.

Francis Bacon

Vale la pena apartarnos un poco y repasar el lugar que la Ciencia otorga a Francis Bacon, con el propósito de contextualizar las distintas contribuciones a lo que puede denominarse todo un cambio de época.
Francis Bacon, (1561-1626) original de Inglaterra, es considerado clave en el desarrollo  del empirismo como método científico, y precursor de las ideas elaboradas posteriormente por  John Locke y David Hume.
Tal como se acostumbraba, ingresó durante su adolescencia al Trinity College de Cambridge, y sus estudios le permitieron elaborar lo que hoy denominaríamos una propuesta metodológica. Percibió que eliminando toda noción preconcebida del mundo, se puede y debe estudiar al hombre y su entorno mediante observaciones detalladas y controladas que merecen validarse por la experiencia.
A partir de sus reflexiones, Bacon sometió a revisión todas las ramas del saber humano aceptadas en su tiempo, clasificándolas de acuerdo con las facultades de la mente a la que pertenecían: Memoria, Razón o Imaginación.
Varios siglos después, también en Cambridge, no solo se llevaría a cabo  en 1888 la Expedición al Extrecho de Torres, sino que se probaría experimentalmente lo que hoy denominamos “procesos dinámicos” de memoria a partir de los datos  obtenidos por antropólogos en dicha expedición.


Literatura de Viajes y cambios cognitivos

¿Es posible reconocer en los relatos de viajes, cómo en el imaginario medieval de la Europa cristiana van emergiendo ciertos rudimentos de un espíritu más empírico y experimental?
Aventurar una respuesta permite a autores como Cáceres insistir que el cambio paulatino de la imagen del mundo no sería resultado solamente de elementos intelectuales, sino de acontecimientos históricos y contingentes vinculados con la “Carrera de Indias”, entre los que incluye la literatura de los viajes de descubrimiento.
El valor histórico de los relatos en esa época de transición, no residiría en criterios de verdad o falsedad, sino en que nos remiten a un mundo que no existe más, de culturas y cosmovisiones que han desaparecido (Cáceres 2010)
Los relatos de la Edad Media poseyeron tradicionalmente un contenido más imaginario que real. Leyendas, mitos de todo tipo, relatos de santos y milagros poblaban  páginas y páginas que eran consumidas ávidamente. La operación de ubicar un relato cualquiera en un sitio muy, muy lejano, y hace mucho, mucho tiempo, permitía que un suceso alejado en tiempo y espacio de la realidad cotidiana fuera transportado sin mediación a lugares imaginarios.
Un relato así enmarcado no establecía diferencias entre lo que se ha visto o fue contado, entre lo sucedido y lo que pudo suceder, entre lo vivido y lo soñado. Desde esta perspectiva, los relatos de viaje constituían un pasaje inmediato hacia lo fantástico  o sobrenatural que se imbricaba en las representaciones cotidianas.
Por eso, teniendo en cuenta el carácter que suponían los relatos de viajes, el cambio producido a partir de las expediciones reales (en ambos sentidos semánticos) permiten observar  paulatinamente cómo los criterios de lo que se considera verdad, se van deslizando hacia lo empírico.
Se trata de transformaciones difíciles de comprender desde la perspectiva del presente. Requiere situarse en un medio con conocimiento geográfico muy limitado tanto por la experiencia empírica, como por los sistemas de creencias.
Viajar por aguas desconocidas, implicaba atravesar desde lo experiencial creencias arraigadas en lo imaginario. Leyendas de monstruos que devoraban las naves en el fin de la Tierra, o de que el calor fuera tan intenso que hiciera hervir el mar, eran contradichas en el acto de continuar el viaje. Representó el germen de un espíritu renovado respecto al conocimiento del mundo.
Los navegantes, en tanto encargados de llevar los cuadernos de bitácora, también comenzaron a registrar todo lo que observaban, pues debían dar cuenta del éxito de la empresa a sus patrocinantes.
Lo extraño, lo desconocido ya no tenía que ser abordado desde lo mágico, maravilloso o inexplicable. El elemento más característico de los relatos comienza a ser la verosimilitud realista y el tono de honestidad testimonial (Soler 2003)
Las descripciones, los sucesos siguen estando dentro del campo semántico de lo inaudito, pero el lector comienza a leer desde el convencimiento de que el punto de partida es una realidad geográfica y temporalmente localizada,  sobre todo porque así lo sostienen los propios autores protagonistas.
De esta manera las concepciones más profundas fueron cambiando lentamente, no sin antes haber configurado las relaciones entre Europa y las demás regiones del Globo.
Ojos Imperiales
Mary Louise Pratt en su obra Ojos Imperiales distingue los relatos de Descubrimientos del siglo XV, de  los que se generaron a partir del siglo XVIII, que comienzan a relatar las incursiones europeas al interior de los continentes, para explorarlos y explotarlos de la mano de otra actividad de colonización, vinculada con la imposición de “esquemas de clasificación totalizadores” de la Naturaleza:

“La cartografía náutica ejercía el poder de nombrar. Por cierto, fue el acto de nombrar donde confluyeron el proyecto geográfico y religioso, ya que los emisarios reclamaban el mundo bautizando los accidentes geográficos y los hitos con nombres eurocristianos. Pero también en comparación, el acto de nombrar de la Historia Natural es más directamente transformador, porque (extrae) todas las cosas del mundo y las reorganiza dentro de una nueva formación de pensamiento cuyo valor radica precisamente en ser diferente del caótico original. Aquí nombrar, representar y tomar posesión son una sola cosa: el acto de nombrar  produce la realidad del orden.” (Pratt 2010)     
 Pratt describe el Sistema Natural de Linneo como una extraordinaria creación que ejercería una impronta sobre los modos en que los europeos construían y explicaban su lugar en el mundo. Presentaba en 1735 un Ideal de clasificación unificado: La Sistematización de la Naturaleza como proyecto europeo de Historia Natural concebía al mundo como un caos donde el científico europeo imponía el orden.
“La Historia Natural no solo sacaba a los ejemplares de sus relaciones orgánicas o ecológicas con los otros, sino también de su sitio en las economías, historias y Sistemas sociales y simbólicos de los pueblos nativos. Dondequiera que fue aplicada la Historia Natural como manera de pensar interrumpíó las redes existentes de relaciones históricas y materiales entre las personas … …Como constructo económico, la Sistematización de la Naturaleza representa al planeta reorganizado por  (los europeos)”(Pratt 2010)

La elección del título del libro de Pratt  sintetiza de qué modo la llegada del europeo impuso su mirada ordenadora a expensas de las nativas, con pretensiones de neutralidad,  contribuyendo a construir la ficción de que una gran parte del planeta no tenía historia antes de ser “descubierto” por  las coronas europeas. Estos pueblos, catalogados a partir de allí como Salvajes, Exóticos, Sin Escritura, Sin Historia o Sin Estado se hallaban sumidos en un caos que requería la sabia intervención del viejo mundo.
Conclusiones
Los conceptos de Esquema, Mapa y Marco cognitivos, en tanto  constructos metodológicos, contribuyen a la descripción de los complejos procesos de Memoria, permitendo el abordaje de sistemas que se encuentran interrelacionados.
¿A qué me refiero con Mapa y Marco cognitivos?
Dicho brevemente, los Mapas cognitivos remiten a aquellas referencias socialmente construídas que nos ubican en tiempo y espacio, y  permiten tanto decidir como anticipar la acción cotidiana
El concepto de Marco cognitivo, de carácter lingüístico, remite a aquellos aspectos tanto verbales como no verbales que introducen el modo en que debemos interpretar los mensajes emitidos. El Marco delimita y define un determinado mensaje. Permite abordar teóricamente cómo la Oralidad y la Escritura “enmarcan” los mensajes de modo diferenciado.
Una vez presentado el recorrido socio-histórico propuesto al inicio, recorrido que por fuerza se  presenta recortado y acotado, pero de ningún modo agotado, creo posible aventurar una reflexión acerca de cómo las transformaciones del Mapa cognitivo de la época se retroalimentaron con la difusión de literatura de viajes enmarcadas en contexto de descubrimiento de nuevas tierras por orden imperial. Estas transformaciones fueron  posteriormente integradas a un Esquema Europeo de Dominación, a partir de la denominada “Sistematización de la Naturaleza”
El concepto de Mapa cognitivo como construcción social, permite comprender por qué los relatos de Marco Polo referentes al lejano y fabuloso reino de China, fueron considerados por sus contemporáneos  medievales como algo que sencillamente “no podía ser cierto”.
Debió mediar el interés mercantil de los imperios para impulsar los ajustes adaptativos del Mapa cognitivo de los navegantes. Estos ajustes a su vez enmarcaron los relatos al alcance del público en general, y fueron un elemento crucial para transformar la Mentalidad medieval,  que se encontraba autolimitada en un Orden Inmutable por mandato de Dios.

Bibliografía:
Brotton, J (2003) “El Bazar del Renacimiento. Sobre la influencia de Oriente en la Cultura Occidental”. Barcelona, Paidos
Cáceres, R.(2010) “Navegar y Narrar, aproximaciones a la literatura de viajes en la era de los descubrimientos” Revista Ideas Conciteg. Diciembre 2010.
Fernandez-Armesto, F. (2008) “Américo. El hombre que dio su nombre a un continente”. Barcelona, Tusquets
Pratt, M.L. (2010) “Ojos Imperiales. Literatura de viajes y transculturación” México, FCE
Soler, I (2003) “El nudo y la Esfera. El navegante como artífice del mundo moderno”. Barcelona, Acantilado.


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