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viernes, 2 de junio de 2023

Spellbound (1945) Encuentra al culturalista oculto

Hola amigos. En esta oportunidad los invitamos al juego de descubrir al psicoanalista culturalista oculto en la película "Cuéntame tu vida" o "Recuerda" dirigida por Alfred Hitchcock dependiendo del país donde la hayas visto.

El movimiento culturalista hizo furor durante las décadas treinta y cuarenta del siglo pasado en Estados Unidos, pero fue cruelmente censurado y perseguido por el lobby freudiano. Hoy son muy pocos quienes los recuerdan por sus valiosos aportes a la práctica del psicoanálisis.


“Cuéntame tu vida” (1945) ¿por qué un pseudopsicoanálisis?

“Solo es una película” solía decir Hitchcock antes de cambiar rápidamente de tema cuando alguien le cuestionaba el tratamiento dado al psicoanálisis en el film Cuéntame tu vida (Truffaut, 1966)

No obstante, una vez que conocemos el surgimiento del movimiento culturalista en psicoanálisis y lo reconocemos como realidad histórica, podemos rastrear pistas de la persecución y silenciamiento que padecieron,  impulsados por  intereses mezquinos de freudianos ortodoxos en EEUU a mediados del siglo pasado. Quizás este antecedente nos permita reconocer y develar las diferentes caricaturas del film desde otro ángulo. Alguien dijo alguna vez que el humor es una de las formas más elevadas de inteligencia. También sabemos que el humor inteligente introduce de modo tangencial verdades que por diferentes razones, jamás se expresarían de frente.

Proponemos entonces, que si el film Spellbound (1945) fue pensado como una caricatura de la enorme rivalidad entre dos médicos enfrentados de modo irreductible, [1] de la que nadie podía o se atrevía a hablar, entonces las diferentes capas de sentido, ofrecen pistas de muchas de las prácticas aparentemente simples y compasivas del movimiento culturalista en psicoanálisis que hicieron posible remisiones de crisis psicóticas severas, que urgía cuestionar, ocultar y descalificar para no matar al padre.

El profesor Mandolini Guardo (1994:416) recuerda que Sullivan consideraba que toda psicoterapia debe tener en cuenta elementos de ayuda como la astronomía, o el camping, y deportes como la natación, o el golf.  Una de las escenas ubica la caricatura del Psicoanalista freudiano con un cuchillo en la mano, tratando de idiota al psicoanalista disidente porque sale a esquiar con un paranoico: “¿A quién se le ocurre? Es como jugar con un revolver cargado” expresa, aludiendo a la relación terapéutica que propiciaba Sullivan, mientras blande un cuchillo delante de los detectives que lo interrogan. [2]



Vale señalar aquí, que el profesor Mandolini Guardo recuerda que Sullivan también había desarrollado de modo pionero técnicas para abordar individuos con sus facultades alteradas, peligrosos para sí mismo y el entorno. 

Los médicos que se especializaban con él en su Escuela de Psiquiatría, sabían perfectamente cómo ubicarse para tranquilizarlos, y controlarlos, algo que también se muestra en la recordada última escena del film, cuando el médico asesino es confrontado por la protagonista y llevado deductivamente a reconocer que cometió el crimen: “¿Qué esperaba Doctora? ¿Que la felicite?”



El siguiente fragmento de la película Cuéntame tu vida, ofrece pistas sobre la praxis de psicoanalistas culturalistas, quienes crearon métodos para controlar el impulso de individuos violentos, con mensajes en un tono y gestualidad corporal tales que hacía posible abordar la psiquis patológicamente narcisista de los psicópatas, y luego articularla con hechos concretos y las consecuencias efectivas de sus acciones pasadas o futuras. Se trata de un abordaje peligroso y delicado, que requiere muchísimo entrenamiento y pericia. Como decimos en Argentina, "no lo hagan en sus casas" En la actualidad, aunque el psicoanálisis culturalista ha sido proscrito junto con sus principales Maestros, este necesario entrenamiento de avanzada para abordar individuos psicóticos peligrosos para la sociedad, se sigue brindando a no-médicos y personal de asistencia sanitaria en la Escuela de Psiquiatría de Washington, fundada por Harry Sullivan.

(Si tienen problemas para acceder a este fragmento de la peli que comparto a continuación, recomiendo verlo directamente en los últimos cinco minutos del film original que figura en tantos sitios de youtube para esta clásica peli)



Pero ahora, retomemos el hilo.

El nudo de la trama del film es el asesinato de un psiquiatra del que un paciente asume la culpa. Parece filtrarse también desde la mitad del film, que algunos psicoanalistas incluso estarían dispuestos a matar sintiéndose amenazados por quienes ofrecen una terapia diferente, en una trama que nunca esclarece la impertinencia de una corriente psicoanalítica disidente cuyos logros cuestionaban fuertemente la resistencia freudiana a revisar sus propios métodos. Más de medio siglo después, estamos en condiciones de reconstruir lo que pudo haber pasado que impulsó la prohibición legal y silenciamiento de la metodología psicoanalítica de Sullivan, a tal grado que hoy muchos desconocen su realidad histórica o qué pudo justificar semejante cancelación.



En los intersticios caricaturescos de la segunda escena elegida, se cuelan las críticas disidentes sobre la necesidad de revisar el carácter aséptico del concepto de Transferencia, cuyas representaciones son cruciales para que el paciente elabore su propio vínculo con los padres, pero sobre las cuales Freud insistía en la necesidad de mantener distancia objetiva para evitar que el terapeuta se involucre emocionalmente con la situación analítica. 



La transferencia freudiana aislaba al paciente, dejándolo virtualmente abandonado con su angustia. Sullivan criticaba la crueldad de esta actitud, que había impulsado a muchos pacientes bajo tratamiento al suicidio, y para prevenir el daño venía desarrollando el concepto crucial de relación terapéutica, como parámetro que contenía la transferencia al mismo tiempo que procuraba acompañar para fortalecer el sí mismo del paciente, severamente dañado por la relación descalificadora con uno de los padres.

El film nos ofrece una preciosa escenografía onírica realizada por Salvador Dalí  para describir el sueño que el paciente paranoico relata a los dos psicoanalistas. 






L
a pericia técnica y sensibilidad de Dalí se hicieron evidentes también cuando representó el desencadenamiento  del flujo que propicia sensaciones de apertura al amor, representado visualmente con puertas que se abren consecutivamente cuando la protagonista femenina es besada por primera vez. Resulta notable cómo muchas veces los artistas se anticipan a la ciencia, ya que solo recientemente se aplicaron modelos de modelos físicos de atractor  sobre el flujo neuronal, para demostrar que todo aprendizaje es dendrítico, no sinàptico refutando la Ley de Hebb de 1949. 


Según el modelo de atractor propuesto por el Grupo de Uzan, en Israel, todos los enlaces a un nodo experimentan la misma adaptación en cadena. Cada nodo recopila sus señales entrantes a través de varias terminales adaptativas (dendritas), por lo tanto, todos los enlaces a una terminal experimentan lo que podemos denominar  “Flujo en cascada”, tal como indican las puertas que se abren una tras otra 
(Uzan et al, 2018)



Luego que el paciente les relata el sueño,  ambos psicoanalistas discuten sus notas entre sí, sobre el significado posible de las imágenes, pero tal interpretación no alivia al paciente, quien luego de relatarlo, inmediatamente vuelve a perturbarse al ver huellas de esquí en la nieve.



En esta secuencia observamos que el psicoanalista freudiano le dice en tono de advertencia a la doctora enamorada “Tiene fotofobia” indicando que la perturbación psíquica del enfermo es lo suficientemente grave como para intentar psicoanalizarlo con éxito, de acuerdo con la advertencia freudiana. 




Sin embargo, la doctora se detiene un momento observando por la ventana y percibe como regularidad observada, que el paciente se perturba gravemente cada vez que ve líneas paralelas sobre una superficie blanca, que remiten a huellas de esquí en la nieve.

 


En la tercera escena seleccionada, la doctora personificada por Ingrid Bergman, quien admira al médico psicoanalista asesinado, recuerda que éste menciona en sus libros las ventajas de acompañar a pacientes a realizar deportes como parte del tratamiento médico,  mientras su antiguo profesor, un psicoanalista freudiano, tal como observamos en la primera de las escenas seleccionadas, critica y rechaza de plano tales métodos. 

Ella se da cuenta que la clave para liberar al paciente de su trauma profundo, se vincula con huellas de esquí en la nieve, y toma la decisión de acompañar al paciente al sitio del asesinato.

La última escena seleccionada, ofrece pistas del método original de Sullivan para que los pacientes puedan recordar y reinterpretar el trauma mediante revivir ciertas percepciones ancladas en el cuerpo. El propósito de acompañar a los pacientes más afectados mientras realizaban actividades conjuntas aparentemente anodinas como camping, o golf, acompañado de una figura paterna (o materna si la psiquiatra era una mujer) era que el paciente pudiera revertir mediante la relación terapéutica el vínculo descalificador con uno de sus padres, tal que recupere seguridad para luego acceder al nudo de su trauma siempre personal y único. 





La película muestra cómo, recorrer los espacios relacionados con el trauma, sostenido y guiado por alguien experimentado y con quien se ha establecido una relación terapéutica, ofrece el marco de contención adecuado para revivir percepciones sepultadas por la represión. 



Esas percepciones físicas y emocionales no se recuperan nunca desde la voluntad racional, sino desde el cuerpo, como vienen confirmando investigaciones recientes (Silva et al, 2021; Wong et al, 2022; Mendez-Bertoldo et al, 2016) [3]



El film describe que replicar los movimientos y percepciones del cuerpo desplazándose sobre la nieve, en el mismo lugar donde el psiquiatra fue asesinado, le hicieron recordar al paciente los movimientos infantiles de desplazamiento en tobogán, que el protagonista disfrutaba cuando jugaba arriba del trineo de nieve.

Sin embargo, en la ocasión que jugaron al tobogán en el muro de la casa, siguió el impulso inocente de subir para deslizarse mientras su hermanito permanecía distraído, siguió esperando que se baje y acople al circuito del juego (deslizarse, bajarse y volver a subir) pero no se bajó, lo que provocó su muerte de modo imprevisto. 

El paciente quedaría atrapado entre la negación de haber querido matarlo y la culpa de no haber podido evitar su muerte.





Al borde del precipicio, como adulto que reinterpreta lo que ocurrió, reacciona para revertir el pasado deteniéndose a tiempo para salvar simbólicamente tanto la vida de su hermanito así como la del psicoanalista (ambos representados por su amada) en una acción agónica que lo libera para siempre de la culpa (Salvetti, 2020)

Aunque “es solo una película” (y nadie espera que un psicoanalista acompañe a su paciente hasta el borde del abismo) el film nos ofrece pistas de las respuestas intuitivas, el marco empático de contención, y el acompañamiento terapéutico de excelencia, utilizados por médicos entrenados con el Programa de Sullivan para disminuir la angustia y generar las condiciones para que el paciente recuerde y reinterprete su propio trauma, consiguiendo liberar a muchos con métodos propios, referidos por el profesor Mandolini Guardo.


A continuación, comparto el enlace correspondiente a los dos videos de la conferencia  sobre el psicoanálisis culturalista ofrecida en 2021





Finalmente, comparto para curiosos el enlace al film original, sin subtítulos ni doblaje:




Bibliografía:


BRENNAN, James (1999) “Historia y Sistemas de la Psicología” Mexico: Prentice Hall Hispanoamericana S.A.

MANDOLINI GUARDO, Ricardo (1994) Historia General del Psicoanálisis. De Freud a Fromm. Buenos Aires: Editorial Braga.

MENDEZ-BERTOLO Constantino, et.al (2016)  “A fast pathway for fear in human amygdala”, Nature Neuroscience  19:1041–1049 DOI: 10.1038/nn.4324

 PERGOLA Federico y OKNER  Osvaldo (1986)  Historia de la Medicina. Desde el origen hasta nuestros días”. Buenos Aires: Ediciones Médicas (EDIMEC) 

SALVETTI, Vivina Perla (2020) “Símbolo como artefacto para adaptación psíquica al medio” Revista ALMA Cultura & Medicina 6 (2): 72-95. Buenos Aires: EAB.

SILVA, Bianca., Astori, S., Burns, A.M. et al. (2021) “A thalamo-amygdalar circuit underlying the extinction of remote fear memories.” Nature Neuroscience on line. https://doi.org/10.1038/s41593-021-00856-y

 SULLIVAN, Harry (1966) Conceptions in Modern Psychiatry Washigton DC: William Alanson White Psychiatric Fundation.

SULLIVAN, Harry (1959) La entrevista psiquiátrica. Buenos Aires: Paidós.

SULLIVAN, Harry (1974) Schizophrenia as a Human Process. New York: Norton Library.

 TRUFFAUT, François (1966) El cine según Hitchcock. Madrid: Editorial Alianza

UZAN Herut, Kanter Ido, Sardi Shira, Goldental Amir y Vardi Roni (2018) “Stationary log-normal distribution of weights stems from spontaneous ordering in adaptive node networks”  Scientific Reports 8: 13091 https://doi.org/10.1038/s41598-018-31523-1

WONG, Jing, et al. (2022) Amygdala–pons connectivity is hyperactive and associated with symptom severity in depression. Communications Biology 5 (574). https://doi.org/10.1038/s42003-022-03463-0

 


[1] Una breve búsqueda comparativa en el sitio Wikipedia sobre Harry Sullivan y Karen Horney, nos describe a ambos como Médicos de la corriente culturalista. Tomamos nota que la página de Wikipedia detalla la marginación que sufrió Horney por cuestionar criterios freudianos como “la envidia del pene” en la neurosis femenina, así como su posterior expulsión del Instituto Psicoanalítico de Nueva York en 1941, y que la APA no reconoció en 1943 la Asociación para el Avance del Psicoanálisis, grupo que contaba con la presencia de Horney, Fromm y Sullivan. Sin embargo, cuando ingresamos a la página de Wikipedia de Sullivan, solo cuenta con unas pocas líneas con datos biográficos, breves reconocimientos de su éxito para tratar esquizofrénicos, y un par de definiciones de su teoría sobre las relaciones interpersonales. Llama la atención que no se menciona nada en absoluto respecto de la persecución y marginación de la que fue objeto por oponerse que Freud contraindicara expresamente el tratamiento de pacientes psicóticos, cuando Sullivan venía demostrando desde hacía años que era posible tratarlos. También ignoramos la razón por la cual la Escuela de Washington,  en la actualidad se especializa en proporcionar capacitación de postgrado a psicoanalistas no médicos tales como psicólogos, trabajadores sociales psiquiátricos, enfermeras psiquiátricas, consejeros pastorales y otros.

[2] Considero (y es una apreciación muy personal) que fue cruel y muy injusto el modo como persiguieron a Sullivan hasta su ostracismo y cancelación. Falleció de modo prematuro.

[3] Investigaciones de los últimos años propician que extinguir “la memoria del miedo” incluso traumas de larga data, requiere de impulsar el flujo tálamo-amigdalar.