Es esta entrtada procedo a describir la valide etnográfica de los datos provenientes de Archivo.
Como quizás muchos conozcan, la observación participante del antropologo que se traslada hacia algún territorio lejano (cuanto más lejos, más antropólogo) y desde ese lugar exótico procede a relevar los datos que necesita para elaborar su trabajo científico, munido con su infaltable libreta.
Esta identificación histórica del antropólogo con el trabajo de campo requiere dar cuenta de la validez de recurrir al archivo para recoger allí datos que resulten tan validos como los obtenidos desde la observación participante.
Este primer anexo entonces, procura dar cuenta del trabajo de archivo como una metodología tan valida para el antropólogo como la observación participante.
Espero que les guste
Vivina Salvetti
Apéndice:
Anexo 1. Validez etnográfica de datos
obtenidos en Archivo
1.1
Introducción
1.2 La magia
del etnógrafo… como recolector de datos
1.3
Equivalencia entre datos de origen diferencial
1.4 Metodología
para el análisis de las Actas - Preguntas de investigación
Anexo I: Validez
etnográfica de datos provenientes de Archivo
“Hay que leer los documentos con ojos de antropólogo” (John Murra)
Las líneas escritas a continuación
tiene el claro propósito de justificar la validez etnográfica de los datos
provenientes de las Actas publicadas por la fundación Alihuén, para lo que me
valgo de los aportes de L. Nacuzzi, Arlette Farge, Elsie Rockwell y como no
puede ser de otra manera, de Gregory Bateson.
Con respecto a la validez etnográfica
del abordaje de archivo, la doctora
Lidia Nacuzzi sencillamente
sostiene:
“Nuestro trabajo de campo comienza en
un archivo, cuando comenzamos a recolectar datos…Estas tareas están
ciertamente impregnadas de algo de la actitud de un (antropólogo), leemos con
sumo cuidado nuestros papeles… y en ellos nuestros informantes se muestran a
veces esquivos, a veces parcos, y la mayor parte del tiempo, yéndose del tema que nos interesa…”
“Los investigadores de diversas temáticas antropológicas no han visto
claramente como trabajo de campo la búsqueda de papeles inéditos….El trabajo de campo era por definición, la
expedición arqueológica o etnográfica que implicaba un traslado,
preparativos, convivencia con colegas y “otros culturales” en sitios lejanos” (Nacuzzi 2002:229)
Nacuzzi defiende la validez
etnográfica de los datos de archivo
desde hace muchos años, particularmente ante los detractores que consideran que
la única manera de hacer antropología consiste en hacer trabajo de campo viajando
a sitios lejanos.
En el año 1984, en una convención con
participantes provenientes de Chile, Brasil y Argentina, Nacuzzi recuerda que
se discutió la pertinencia antropológica sobre el abordaje de fuentes escritas:
“¿Son competencia del historiador o del
antropólogo?”
Nacuzzi compara que mientras los
historiadores piensan que solo ellos están preparados metodológicamente para la
lectura crítica de fuentes, los antropólogos, debido al entrenamiento
etnográfico se hallan perfectamente capacitados para comprender los relatos, a veces extraños, acerca de pueblos
que viajeros y misioneros veían por
primera vez y describen confusa y
tendenciosamente según sus cosmovisiones y las motivaciones de sus viajes.
Además del enfoque etnográfico, autores de especialidades diversas coinciden en
la necesidad del enfoque histórico de los temas relacionados con las
poblaciones nativas. (Nacuzzi 1989)
Este análisis de archivo se realiza
con el propósito de obtener datos
contrastables. La información
obtenida no solo permite la elemental confrontación de datos de una y otra
fuente, también permite elaborar hipótesis, perfeccionar las inferencias realizadas,
interpretar problemas particulares en distintas áreas de investigación y
elaborar analogías, con la condición de no usar los datos obtenidos de manera
aislada o fuera de contexto. (Nacuzzi 1989)
Nacuzzi, desde su experiencia,
ofrece distintas recomendaciones para
aquellos antropólogos que se acercan al archivo:
Toda
lectura de documentos implica un vital y específico doble trabajo de comprensión:
1) obtener los datos que buscamos y
2) entender la lógica del funcionario que escribió el documento (Nacuzzi
2002:255, 256)
“Si somos buenos trabajadores de
campo… encontraremos advertencias muy útiles sobre lo que se puede esperar
acerca de… la intencionalidad de quienes
escribieron… Los documentos (adecuados) son difíciles de encontrar. Si los
encontramos, debemos tener presente que
no fueron escritos para responder nuestras preguntas”
“Nuestro
principal problema es que debemos leer entre líneas, buscando información
sobre temas para los cuales esos papeles
no fueron escritos especialmente” (Nacuzzi 2002:240)
Por otra parte, Arlette Farge, en su
texto de 1991 La atracción del Archivo
también ofrece muchas sugerencias para abordar adecuadamente toda fuente
documental:
“No se trata de descubrir en el (documento), de una vez por todas un
tesoro enterrado que se ofrece al más listo, sino de ver en él un zócalo que
permite al (investigador) buscar otras formas del saber que faltan al
conocimiento” (Farge 1991:45)
“En el murmullo de millares de palabras o trazos no se puede buscar lo extraordinario o claramente significativo… (En cambio) lo
aparentemente insignificante, el detalle
sin importancia, traduce lo indecible…Sea cual fuere el proyecto, el
trabajo de archivos obliga forzosamente a unas operaciones de selección, de
separación de documentos… La cuestión está en saber qué seleccionar y qué abandonar… ¿Cómo decidir entre lo
esencial y lo inútil, lo necesario y lo superfluo, entre un texto significativo
y lo que parece una repetición? En realidad, no hay método válido ni reglas estrictas que haya que seguir (Farge
1991: 57y 71)
Este proceso de cuestionamiento del
archivo debe ser lo suficientemente claro para que los resultados de la
investigación sean convincentes y no falaces, poniendo en claro los
procedimientos de interrogación. El
archivo lejos de ser la prueba
definitiva de una verdad cualquiera, constituye una fuente de material cuyo sentido se tiene que construir después
de cuestionamientos específicos y de una búsqueda bajo el aparente desorden de los relatos para
captar lo que sucede y reconocer los hechos materiales identificables. (Farge
1991)
Mientras Farge enfatiza la búsqueda
de detalles aparentemente sin importancia bajo el virtual desorden de los
hechos, Nacuzzi sintetiza que esos detalles a buscar procuran “entender la lógica del funcionario que escribió el documento” en lugar de
aceptar como dada la información proporcionada. El análisis de archivo como
metodología antropológica permite así acceder a las “descripciones de otros” hechas por “otros” (Nacuzzi 2002:255)
Y precisamente fue esta mirada
sobre los datos disponibles la que fundamentó los primeros trabajos de
campo en la historia de nuestra
disciplina.
1.2 La Magia del Etnógrafo… como recolector
de datos
¿En qué consiste para un antropólogo
hacer Etnografía? ¿Hacer el viaje a
lugares lejanos y convivir con otros desconocidos? ¿Hasta qué grado la Etnografía está
construida como la “experiencia” en el
campo?
“De hecho, se tiende a pensar en
la etnografía solo como el trabajo de campo, olvidando que se define por la producción de un
determinado tipo de texto… los registros de campo solo son útiles en el
proceso de construcción de conocimiento si se integra en un análisis cualitativo
y a la vez exhaustivo.
“El trabajo de campo...requiere
de la elaboración de registros y
diarios de campo…El compromiso es elaborar un registro que sea público…Los registros pueden convertirse en
documentos.” (Rockwell 2009: 48, 50 y 65)
“La etnografía puede entenderse como un proceso de documentar lo no-documentado… La base de este proceso es
el trabajo de campo” (Rockwell 2009:48)
Tanto Rockwell como Nacuzzi
concuerdan en distinguir entre la obtención de datos válidos provenientes de
archivo y las notas de campo.
En ambos casos el registro obtenido tiene el
carácter de documento:
1) Un tipo de datos son obtenidos a partir del registro directo del
campo y
2) otros elementos surgen del análisis de “datos registrados por otros”,
metodología que se remonta a los orígenes mismos de la Antropología como
disciplina.
Esta preocupación sobre la calidad
de los datos etnográficos se remonta al año 1871, tal como
contextualiza el historiador de nuestra disciplina George Stocking:
Stocking remite a la preocupación de “los titanes evolucionistas, que sentados en sus sillones acumulaban
datos etnográficos a partir de informes
de viaje”
La preocupación de Edward Tylor por comprobar la cantidad y calidad de datos empíricos lo llevó a formular una guía detallada de preguntas “con el ánimo de promover una cuidadosa observación antropológica por parte de los viajeros y capacitar a quienes no son antropólogos para proporcionar el tipo de información que es deseable en un estudio científico”
Al asumir que “los datos empíricos acumulados por gentleman amateurs podrían suponer
una base para las investigaciones más sistemáticas de los académicos y
científicos metropolitanos, los antropólogos estaban en realidad siguiendo las
huellas de otros científicos de la época
victoriana” [1] (Stocking 1993:44)
Pero hacia 1883, la preocupación de
Tylor por el método empleado para la recolección de datos y por observaciones
poco fiables, debió contribuir al “proyecto costa noroeste” que asumió la
necesidad de revisar los datos obtenidos.
Stocking señala que el reemplazo de
un misionero local por el envío del físico Franz Boas, “simboliza un más profundo, largo y complejo
cambio en la actitud antropológica hacia
los misioneros etnógrafos. La centralidad de (las críticas sobre) la
creencia religiosa en el paradigma evolucionista tendía a levantar sospechas sobre los datos recopilados
por aquellos cuyo compromiso primario era extirpar la religión pagana”
(Stocking 1993:45)
Muchos de los primeros científicos
naturalistas y antropólogos británicos del siglo XIX mantuvieron una fluida
relación de trabajo con misioneros. Tendrían que pasar dos generaciones de
antropólogos para que entraran en la arena etnográfica un cuerpo de
investigadores formados académicamente en antropología.
Esta generación intermedia contribuyó
significativamente a la emergencia de un método
etnográfico al que (cualquiera sean sus analogías subyacentes con la
experiencia misionera) sus practicantes considerarían característicamente
antropológico (Stocking1993:43-47) [2]
Sin embargo, es importante recordar que
Malinowsky, el “inventor del trabajo de campo” analizaba los datos obtenidos
con una perspectiva funcionalista. Esto significa análisis a-histórico y
sincrónico de una sociedad dada.
El abordaje diacrónico de una sociedad
(abordar y analizar los procesos de cambio social) requiere necesariamente del
enfoque histórico. Los “datos recolectados por otros”, junto a un análisis
que deslinde los intereses de quienes
recolectaron esos datos, pueden resultar tan válidos antropológicamente
como los recolectados a partir del registro directo del campo.
1.3 Equivalencia entre datos de origen diferencial
Ambos grupos de datos son válidos. Ambos son obtenidos del análisis
de documentos escritos (registro de campo/archivos) Todo depende de las preguntas con la que se abordan esos datos,
donde el recorte temporal es decisivo.
Si el propósito es analizar el estado
de una sociedad en un momento dado, esto requiere del análisis de los datos
obtenidos a partir del registro de
trabajo de campo (“documentar lo no-documentado”). El propósito de
abordar estos registros en un análisis etnográfico involucra una “larga secuencia en la que se alternan lectura y escritura, relectura y
reescritura” de los registros de campo (Rockwell
2009: 48 y 66)
En cambio si lo que se busca es el
abordaje de diferentes procesos sociales sostenidos en el tiempo, eso requiere
de la incorporación de documentos, e involucra
por necesidad el análisis de
fuentes escritas por otros.
Con esto en mente, Nacuzzi defiende
el uso de documentos coloniales para obtener datos contrastables para el
estudio de la sociedad americana desde la conquista considerando además que los
especialistas coinciden en la necesidad del enfoque histórico en temas
relacionados con las comunidades nativas (Nacuzzi 2002 y 1989)
Una vez recolectada una considerable
cantidad de datos, Bateson indica una
actitud sobre los mismos que recuerda la
“lectura entre líneas” de Nacuzzi, lectura que requiere la invención de categorías
abstractas:
“En cualquier caso, lo que interesa al antropólogo no es la mera
descripción sino un grado ligeramente
más elevado de abstracción, un grado más amplio de generalización. Su
primera tarea consiste en reunir
minuciosamente masas de observaciones concretas de la vida de los nativos,
pero el paso siguiente supone no un simple resumen de tales datos sino interpretar los datos en un nivel abstracto
que trascienda (tales datos)…El antropólogo
debe inventar un vocabulario más abstracto con cuyos términos (pueda)
describirse por igual la propia cultura y la de los nativos.”(Bateson 1991:189)
En el caso de esta tesis, el abordaje
de las Actas “escritas por otros” durante diez años, y convenientemente contextualizadas, ofrece un
recorte temporal suficientemente amplio para evaluar los procesos de construcción de Identidad (cómo los
individuos/grupos se ven a sí
mismos) como los de Alteridad (cómo los grupos ven/son vistos por otros) en el
contexto de valoración patrimonial
iniciado en 2002 en la Comunidad de Puelches.
1.4 Metodología para el
análisis de las Actas
Teniendo en cuenta las
recomendaciones y sugerencias de Nacuzzi, Farge, Rockwell y Bateson, para el
subsiguiente análisis de las Actas se tuvieron en cuenta los siguientes
aspectos:
1. Obtener masas de datos y
confrontarlos con el propósito de elaborar hipótesis, perfeccionar inferencias
y elaborar analogías, con el firme compromiso de no utilizar los datos de forma
aislada o fuera de contexto
2. Advertir la intencionalidad de
quienes escribieron, tratando de entender su lógica
3. Tener presente que los documentos no
fueron escritos para responder nuestras preguntas
4. Atender a los detalles sin
importancia que puedan traducir lo indecible
5. Leer entre líneas, buscando
información sobre temas para los cuales esos documentos no fueron escritos
6. Reconocer que el archivo no
constituye la prueba irrefutable de una verdad cualquiera, sino un material
cuyo sentido se tiene que construir después de un cuestionamiento específico.
Con estas indicaciones en mente, es
hora del ingreso al ámbito de las Actas escritas
1.5 Actas
de Puelches: Retrospectiva de diez años de Talleres
Con el propósito de realizar el
seguimiento objetivo de los elementos bajo observación, he seleccionado como
fuente de material de análisis las Actas de los Talleres Participativos
llevados a cabo durante diez años (desde el 2002 hasta el 2012) en la localidad
de Puelches, Provincia de La Pampa y que fueron publicadas por la Fundación
Alihuen. Estos talleres forman parte de un Proyecto auspiciado por la
Administración de Parques Nacionales, con resultados disímiles en las distintas
poblaciones donde fueron llevados a cabo.
La ventaja de analizar este material
registrado por otras personas durante los diez años tomados como recorte, es
que permite su abordaje y posterior análisis sin el sesgo que pudiera surgir en
el caso que el mismo investigador que obtiene los datos, los abordare con
posterioridad.
Además, por tratarse de Actas de
carácter público, no requieren permiso para su acceso.
El análisis del material de archivo
será complementado con los informes (conocidos también como papers) publicados de los profesionales (arqueólogos, antropólogos
e historiadores) que han investigado las particularidades locales de Puelches y
La Pampa.
El análisis procurará la descripción
pormenorizada del material, relevando especialmente los cambios observables en
el mapa cognitivo de la Memoria grupal luego de la puesta en común de las emociones y
afectos ligados al espacio correspondiente bajo estudio.
Preguntas de Investigación
1) Atender a cualquier “detalle
aparentemente sin importancia” que permita dar cuenta según el abordaje
sistémico elegido, de cualquier “cambio
observable en la condición inicial” que de paso al cambio en la trayectoria de
los procesos sociales locales y que justifique la continuidad del mismo modelo
de taller que se ha discontinuado en el resto de las comunidades.
2) Atender a cualquier detalle que
permita observar el modo en que la comunidad se ve a sí misma y a su historia,
en un contexto antagónico.
[1] Un abordaje de los habituales intercambios epistolares con fines
científicos durante el siglo XIX, como las guías de preguntas elaboradas por
Darwin para obtener información naturalista de otras latitudes, desviaría los propósitos de este trabajo. (disponibles
en http://darwin-online.org.uk/)
[2] Ecos de esta tensa relación con los misioneros que al menos hasta
hace poco persistían en la tradición académica
británica, pueden hallarse en las palabras del antropólogo Nigel Barley
: “Hablar siquiera con los misioneros era
en cierta medida una traición a los principios antropológicos: desde que Malinowsky, el inventor del trabajo de
campo lanzó al etnógrafo su apasionada conminación a
abandonar la Misión y penetrar en los poblados, a todos mis colegas les
persigue la obsesión de liberarse de esa mácula. Pensé, no obstante, que manteniéndome alerta
contra las añagazas del demonio, hablar con gente que conocía el país Dovayo
podía ahorrarme mucho tiempo.” (Barley
1983 página 43)
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