Los primeros años del siglo XXI
impulsaron estudios experimentales para develar, si fuera posible, los secretos
del cerebro. Especialmente a partir de 2016, comenzaron a revelar su
efectividad abordajes topológicos derivados de la física, para abordar el sentido
de flujo neuronal, que permitieron, incluso observar su seguimiento in vivo.
Seleccionamos algunas de tales investigaciones sorprendentes:
El Grupo de Pietrasanta (2012) demostró
que “la plasticidad es un juego de a dos” y que la experiencia puede modificar la conectividad fina
del cuerpo calloso.
Esta plasticidad se puede ver
seriamente alterada cuando enfermedades como la esclerosos múltiple (EM), desequilibrios fisiológicos o
incluso virus, alteran el espacio para sinapsis y producen fusógenos, y efectos deletéreos sobre psiquis y conducta. (Hilliard
et.al., 2020)
Un equipo del Instituto Max Planck, (Lee et.al., 2019) utilizó mapeo in vivo de imágenes 3D, y microscopía
para contactos sinápticos a nanoescala. Demostró cómo los elementos
complementarios, cercanos y distantes, ingresan en cada hemisferio cerebral,
luego se agrupan de modo complementario, y
posteriormente, se reorientan aquellos
con propiedades similares y derivan de redes diferentes.
El equipo de Kay Tye en el Picower Institute
(Massachusetts) abordó la capacidad de la amígdala de atribuir valencia a la
información sensorial que guía el comportamiento para acercarnos a las
recompensas, evitar el peligro y el estrés
postraumático (Tye et al, 2018)
La evidencia encontrada respalda asimismo que la organización anatómica
de los circuitos neuronales responde a la codificación de valencias. Esto es:
elementos que expresan determinados neurotransmisores, se reúnen y proyectan
desde la Amígdala basolateral al núcleo accumbes, y se asocian con valencia
neurofisiológica positiva. En cambio, elementos que expresan otros
neurotransmisores, se proyectan desde la Amígdala basolateral hacia la amígdala
medial, para reforzar la valencia negativa. (Picower, 2019)
Tanto el agrupamiento
dinámico-funcional de espinas en el campo dendrítico, así como de
valencias, genera respuestas
robustas de carácter dado coincidentes en los dos
hemisferios, y contribuyen a una
percepción perfecta y sin fisuras del entorno animal.
Finalmente, Ila Fiete, del
MIT, utilizó un modelado topológico, para transformar la actividad de grandes
poblaciones de neuronas en datos observables. Observaron un circuito de miles de neuronas en el cerebro mamífero que traza
una trayectoria de Atractor intrínseca. "Los datos anteriores habían apuntado indirectamente a una
organización semejante (a un Atractor), pero solo ahora ha sido posible, con
los números y métodos correctos, demostrarlo de manera convincente",
concluye Edward Moser, del Instituto Kavli de Noruega. (Chaudhuri et al, 2019)
De este modo, investigaciones realizadas en los
últimos años confirman fuera de toda duda las observaciones de Köhler y Bateson
respecto del isomorfismo entre el cerebro y la Jerarquía lógica de percepciones
adaptativas, que otorga carácter robusto y sin fisuras a la experiencia animal.
Estas investigaciones sobre el mismo Patrón de Flujo energético observado en diferentes seres vivos, fueron reunidas durante la presentación 2020 para la I Webinar de Antropología Biológica. Vale insistir que en todos los organismos vivos observados tal organización lógica ocurre de modo intrínseco, como si los hemisferios cerebrales impulsaran el flujo como una cuenca de atracción simètrica, lo que define el hallazgo del flujo en mariposa mostrado arriba Les paso un pequeño fragmento de siete minutos de la presentación:
(Estas novedades
también nos revelan, que la misma Corteza Prefrontal, específica del Homo Sapiens, que introduce creatividad
y conciencia de nosotros mismos, obstruye el adecuado procesamiento en el
hipocampo de cada pérdida. El equipo de Rony Paz (2019) reconoció esta desventaja adaptativa derivada de la
fragilidad emocional en la memoria humana, por cuanto la irrupción del flujo
prefrontal favorece respuestas racionales exageradas en desórdenes de ansiedad
y estrés postraumático. Pero volveremos sobre este aspecto más adelante.)
¡Hasta la próxima, amigos!
(Fragmento de Arqueología del Símbolo
en preparación por Vivina Perla Salvetti)
Bibliografía:
BEIER Kevin, et al. (2019) “Topological Organization of Ventral Tegmental Area Connectivity
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CHAUDHURI
Rishidev, et al. (2019) “The intrinsic attractor manifold and population
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(2019) Doi: 10.1038 / s41593-019-0460-x
(12 de febrero 2015)
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PAZ Rony, et al. (2019) “A Tradeoff in the Neural
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PIETRASANTA Marta, et al. (2012) “El cuerpo calloso y
la corteza visual: la plasticidad es un juego de a dos” Neural Plasticity 2012 (7):
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TYE
Kay, et al. (2018) “Organization of
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WANG Xiao-Jing, et
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https://doi.org/10.1016/j.neuron.2018.02.031
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