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miércoles, 17 de febrero de 2021

Las neuronas que nos hacen humanos (V) El Hombre de La Chapelle-aux-Saints

 


Los patrones de crecimiento y desarrollo de humanos actuales y chimpancés, suelen utilizarse como parámetros para comprender la vida y conducta adaptativa de especies extintas. En este contexto, el abundante registro paleoantropológico disponible, contiene información que permite realizar inferencias y una puesta al día sobre las hipótesis que hasta ahora se han propuesto para el patrón de crecimiento y desarrollo de nuestra especie y las que nos antecedieron (Goikoetxea y Mateos, 2011)

Consideramos entonces aquí, que inferir las funciones de las neuronas von economo en el análisis del registro de especies anteriores a la nuestra, puede aumentar nuestra comprensión de prácticas de cuidado y atención grupal de individuos enfermos por parte de especies tales como el Neanderthal o el Heidelbergensis sobre las que se debate si tal conducta responde o no a la emergencia de pensamiento simbólico.

Aunque el tema requiere de un desarrollo más exhaustivo, así como reconocer las limitaciones derivadas por no poder obtener evidencia citológica directa, por ahora nos limitaremos a recordar que el cuidado de individuos enfermos por parte de especies consideradas cognitivamente inferiores al homo sapiens es debatido desde el año 1908, cuando se descubrieron en la Chapelle, Francia, restos óseos de un neanderthal a quien le faltaban todos los dientes y cuya supervivencia debió requerir del cuidado y atención del grupo

El Hombre de La Chapelle-aux-Saints  (popularmente denominado "El Viejo") es el nombre con el que se conoce a un esqueleto parcial clasificado como perteneciente a Homo Neanderthalensis, con una edad estimada de 60 000 años. Se considera a estos restos como los típicos de la anatomía clásica del Neandertal de Europa Occidental.

Las dificultades conceptuales que tiñen los estudios paleoantropológicos de especies que nos antecedieron, son descriptas por el paleontólogo José Luis Arsuaga: “Tradicionalmente se han proyectado muchos prejuicios sobre los neandertales, de la misma forma que hicimos con los llamados pueblos primitivos o salvajes” Arsuaga es director del Centro de Evolución y Comportamiento Humanos (UCM-Isciii) y codirector del yacimiento de Atapuerca. La enorme evidencia fósil disponible en Atapuerca permitió hacer numerosas inferencias sobre el autocuidado, así como la atención y seguimiento de miembros enfermos, tanto por parte de los neanderthales como los heidelbergensis

A continuación, compartimos una conferencia ofrecida en el Museo de Evolución Humana por la especialista Ana Gracia Tellier en 2012, sobre el cuidado que hace un millón de años nuestros antepasados realizaban sobre sí mismos y sobre miembros enfermos del grupo:


Arsuaga sostiene “Si repasamos la literatura de los siglos XIX y XX sobre las colonias europeas en África, veremos que se los representa igual que a los neandertales. El mismo viejo prejuicio que sostiene que la nuestra, la raza blanca, es la única con alma, la única inteligente. La idea, vamos, es que somos únicos. Esa imagen del hombre de las cavernas, peludo, bruto, casi grotesco, popular desde que se descubre el primer neandertal, dice más de nosotros que de ellos”, concluye. (Sáez, 2018 OF)

La bioarqueóloga Penny Spikins también describe las dificultades para interpretar el registro disponible. Comienza reconociendo que los patrones de traumatismos curados observados en restos neandertales han sido objeto de debate durante décadas. Sin embargo, a pesar de la evidencia visible de recuperación de lesiones o supervivencia en un entorno difícil, resulta notorio cómo prácticas amorosas de cuidado por parte de los miembros del grupo que hicieron posible tal recuperación fueron sistemáticamente pasadas por alto. A esto se sumaron interpretaciones especulativas derivadas de la ausencia de corteza prefrontal, ausencia que sugería para algunos investigadores que las especies que nos antecedieron mostraban indiferencia ante lesiones o el sufrimiento de otros miembros del grupo. El criterio dominante para sostener tales reacciones de brutalidad, poca inteligencia o indiferencia se vinculaba con la ausencia de corteza prefrontal observada en los cráneos neanderthal y la consecuente ausencia de pensamiento simbólico. Sin embargo, los hallazgos recientes del sistema von economo en otros mamíferos de gran inteligencia invita al replanteo de inferencias sobre la inteligencia adaptativa de homínidos cuando responden a las funciones para cooperación y supervivencia impulsadas por el sistema fusiforme.

Tratando de superar tales especulaciones, el Grupo liderado por Spikins analiza la evidencia fósil disponible que les lleva a sostener que el tratamiento y cuidado durante la enfermedad fue generalizado entre los neanderthales, con vínculos afectivos que no difieren demasiado de la atención y cuidado de miembros enfermos observada en los albores de nuestra especie. Spikins sugiere que llegó el momento de aceptar y reconocer de una vez por todas que la atención de la salud entre los neandertales evidencia una respuesta compasiva y profundamente conocedora de las lesiones y enfermedades. (Spikins et al, 2018)

De manera similar, otro debatido aspecto en la interpretación del registro de la Chapelle tuvo que ver con la forma en que el cuerpo fue hallado en 1908, acurrucado en una depresión del alero, como se muestra en la Figura de arriba. ¿Acaso el neanderthal realizaba rituales funerarios? ¿Sería capaz de pensamiento simbólico?

Spikins también exploró la experiencia de cuidado grupal de niños neanderthal utilizando la evidencia disponible en las cuevas de Arcy, Francia. El estudio que realizaron sobre los cortes de sílex disponibles en Arcy, les permitió descubrir huellas de neanderthales expertos, y distinguirlas de las realizadas por estudiantes avanzados y también por principiantes, quizás niños. Spikins da por hecho que los neandertales presentaban “elementos de calidez y ternura hacia sus bebés”, como les ocurre a otros mamíferos (Spikins, 2014)

Como hemos visto líneas arriba, el debate sobre la presencia o no de pensamiento simbólico y conducta inteligente por parte de especies anteriores a la nuestra, puede zanjarse si inferimos que tales conductas responden a las funciones avanzadas de cuidado solidario y cooperación grupal impulsados por el sistema von economo.

Reconocer las funciones de cuidado y solidaridad grupal que responden al sistema von Economo requiere revisar la falacia spenceriana de la “supervivencia del más fuerte” que ha teñido las relaciones de poder desde el siglo XIX.[1]  Muchas especies cuidan y adiestran a sus crías, y hay registros de mamíferos que protegen a miembros débiles o enfermos a quienes se les acerca el alimento conseguido por otros miembros del grupo.

Los hallazgos sobre las funciones particulares para integrar las percepciones, propias del sistema von ecónomo, nos permiten reconocerlas como el sustrato neuronal de la aprehensión del entorno, que impulsa conductas de cooperación para supervivencia del grupo, todas funciones que no requieren de la emergencia de corteza prefrontal como condición necesaria, ni del lenguaje simbólico para cooperar en el bienestar y supervivencia del grupo.

En el siguiente vídeo, Ignacio Martínez nos ofrece evidencia del modo en que se pudieron comunicar las especies que nos antecedieron hace medio millón de años:


(Fragmento de Arqueología del Símbolo, en preparación, por Vivina Perla Salvetti)

 

Bibliografía:

GOIKOETXEA, Idoia y Ana MATEOS (2011) “Crecimiento y Desarrollo: una perspectiva evolutiva” MUNIBE Antropologia-Arkeología 62. Pp. 5-30

SÁEZ, Cristina (2018) “Neanderthales: los otros humanos” en Magazine Digital.  Publicado el 11/11/ 2018 en: http://www.magazinedigital.com/historias/ciencia/neandertales-los-otros-humanos    (7 de febrero de 2020)

SALVETTI, Vivina Perla (2019) “Ideas que cambian la historia: el boceto Tree of life” Publicado en ALMA Cultura & Medicina 5 (4): 24-42 - Esp. (2020) 001. Buenos Aires: EAB. Versión disponible en: https://www.academia.edu/41853745/Ideas_que_cambian_la_historia_el_boceto_TREE_OF_LIFE_ALMA_Cultura_and_Medicina_

SPIKINS Penny, Hitchens Gail, Needham y Rutherford Holly (2014) “The Cradle of Thought: Growth, Learning, Play and Attachment in Neanderthal Children” Oxford Journal of Archaeology 33 (2): 111-134      https://doi.org/10.1111/ojoa.12030

SPIKINS Penny, Needham Andy, Tilley Lorna y Hitchens Gail (2018) Calculated or caring? Neanderthal healthcare in social context” World Archaeology  50 (3):384-403 Publicado en línea el 22 de febrero de 2018. https://doi.org/10.1080/00438243.2018.1433060



[1] Reconocer las funciones de cuidado y solidaridad grupal en los grupos homínidos, que bien pudieron ser movilizadas por las funciones de las neuronas von ecónomo, requiere revisar la falacia spenceriana de la “supervivencia del más fuerte” como factor principal de selección natural en las especies. Por tanto, distinguimos entre la propuesta de supervivencia exitosa del más apto, propuesta por Charles Darwin respecto de las fuerzas de la naturaleza, de la hipótesis ad hoc de Spencer, sobre la supervivencia del más fuerte, que fuera rápidamente aceptada por los grupos de poder para someter con prepotencia a naciones empobrecidas considerando que merecían ser presionados y explotados en manos de unos pocos elegidos con poder y dinero. La puja para justificar desde lo biológico la superioridad del hombre blanco, europeo, y letrado como único merecedor de grandes riquezas obtenidas por saqueo y explotación, no pudo probarse nunca. Hemos mencionado que la hipótesis ad hoc de Spencer, lejos de mejorar la especie humana, representa una falacia discursiva que nos ha llevado a todos al riesgo de extinción (Salvetti, 2019)




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