En
esta entrada proponemos que el hallazgo de evolución convergente del sistema
neuronal diferenciado von Economo en grandes mamíferos (cetáceos/delfinidos,
homínidos y elefantes) aumenta enormemente la comprensión de los factores
fisiológicos que favorecieron su enorme inteligencia, memoria, y organización
social, transmisión de “culturas,” el uso de herramientas, así como su
sensibilidad para cooperar para la supervivencia no solo de su propio grupo
sino incluso de otras especies. Como vimos en la entrada anterior, el hallazgo
de evolución convergente entre las
especies mencionadas, responde a investigaciones de biología molecular sobre filogenia placentaria realizadas por el Grupo de Murphy,
aplicando métodos bayesianos de máxima verosimilitud sobre un conjunto de datos
moleculares
Reconocer
que las conductas avanzadas observadas en las tres especies derivan de las
funciones NvE, ofrece un sustrato fisiológico y status cognitivo concreto para
abordar puntos oscuros en el registro de homínidos tempranos como el homo Ergaster y homo Erectus.
John
Allman (ver bibliografía al pie) recuerda que la presencia de NvE en el
cerebro, ha sido vinculada por especialistas con funciones sociales complejas, relacionadas con capacidades únicas
de estas especies para la percepción
inmediata del entorno, que impulsan hacia formas de cooperación para la supervivencia del grupo. Las NvE sin duda
también son las responsables de formas de comunicación
avanzada, que impulsan el reconocimiento y búsqueda de otros miembros,
observado en el desarrollo de bellos cantos de ballenas, con su enorme
variabilidad
El
reconocimiento de las NvE, puede arrojar alguna luz sobre los abundantes
relatos de viajeros respecto de delfines que ofrecieron el único socorro para
sobrevivir en medio de un naufragio, o respecto de la reacción ante la muerte de algún miembro del grupo que presenta neuronas
en huso, por tratarse de historias que han generado debates respecto de si tal
conducta animal involucra o no algún tipo de pensamiento simbólico.
El
reconocimiento de las funciones de neuronas fusiformes en elefantes descriptas por Hakeem, (2008) aumenta la comprensión de
reacciones sensibles ante la muerte por parte de criaturas cuya conducta está orientada hacia el cuidado, la cooperación
y mantenimiento de la vida del grupo. Circulan en la tradición oral relatos
sobre elefantes que auxilian y cuidan a individuos débiles o enfermos. Algunas
leyendas populares sostienen que los elefantes viejos son acompañados hasta
sitios referidos como “cementerio de elefantes”. Sin embargo, no se ha
encontrado evidencia fidedigna de tales lugares. Las creencias vinculadas con
cementerios de elefantes parecen tener origen en lo que se ha observado durante
períodos de sequía, cuando los animales migran y se van concentrando en zonas
donde quedan las últimas reservas de agua o de comida. En esas zonas, los
elefantes frágiles se van debilitando y muriendo con lo que finalmente se
observa una llamativa concentración de osamentas de elefantes.
Sin
embargo, algo que sí ha sido bastante observado en elefantes y gorilas, según
relatos de viajeros y exploradores, es que muestran
comportamientos de desconcierto en el momento de la muerte de un miembro
del grupo, de un modo que presenta similitudes con las reacciones humanas cuando perdemos repentinamente a un ser
querido.
En
los elefantes se han observado comportamientos característicos alrededor de la
muerte. Se les ha visto moviendo con un enorme cuidado los huesos de otros
elefantes con sus trompas y patas. También hay referencias de elefantes que
visitan el lugar donde murieron otros elefantes. Por otro lado, se ha visto a
elefantes que acompañan o intentan ayudar a otro elefante que está enfermo o
herido, todas conductas impulsadas por las
funciones solidarias de las neuronas en huso.
Aclaramos antes de continuar, que no
estamos de acuerdo con el empleo irreflexivo de algunos términos, como cuando algunos
denominan “rituales funerarios” al comportamiento descripto en elefantes. Hay
que ser cuidadosos al respecto. Una cosa es la conducta que expresa dolor ante
la pérdida de un miembro del grupo que ya no presenta signos vitales, y otra
cosa es la conducta simbólica ritualizada que permite superar tal
pérdida, característica del homo sapiens.
Martin
Meredith, un escritor especializado en África tiene un libro titulado “Africa’s
elephant: a biography” donde cuenta una experiencia de Anthony Hall-Martin.
Trata del grupo de un gran elefante, la matriarca del grupo, que acababa de
morir. El grupo, incluyendo una joven cría, la tocaban con sus trompas
intentando levantarla o animarle a hacerlo por su cuenta. Todo el rebaño de
elefantes producía ruidos como si murmuraran. La cría parecía estar sollozando
y hacía sonidos que parecían un grito, de repente, todo el grupo se quedó en un
silencio impactante. Empezaron a echar hojas y tierra sobre el cuerpo y
rompieron ramas de varios árboles con los que la cubrieron. Estuvieron los
siguientes dos días de pie junto al cuerpo. A veces marchaban a por agua o
comida, pero volvían siempre junto al cuerpo de la matriarca fallecida.
Todos estos comportamientos
aparentemente “humanos” pueden ser comprendidos desde las funciones de cohesión
y cooperación para la supervivencia del grupo que resultan impulsadas por el
carácter particular del sistema de neuronas fusiformes como neuronas de
proyección, que aumentan en número y tamaño luego del nacimiento en todas las
especies mencionadas, aumento que depende del tipo de vínculo con la madre, el
grupo social y entorno ambiental.
Las NvE impulsan cooperación grupal
En
2006, psicólogos experimentales expusieron a tres elefantes asiáticos delante
de un gran espejo para observar el tipo de respuesta. Los resultados obtenidos
de autorreconocimiento, revelaron sorprendentes paralelos en la progresión de
las respuestas a los espejos observadas también en simios, y delfines. (Plotnik 2006)
Luego, en 2011, otro proyecto donde estuvieron involucrados 12 elefantes asiáticos, demuestra a las claras la cooperación espontánea entre elefantes para alcanzar un objetivo común. “Muestran comportamientos que hasta ahora pensábamos que eran únicamente humanos”, explica Joshua M. Plotnik (Plotnik 2011)
Los investigadores observaron que cuando uno de los
mamíferos se retrasaba su compañero lo esperó hasta que juntos podían tiran de
dos cuerdas de modo coordinado (ver imagen) tal que permitiera a ambos obtener
la golosina como recompensa. Lo notable fue no solo la cooperación, sino el
desarrollo in situ de estrategias
novedosas para alcanzar el objetivo, y que los
elefantes parecían disfrutar de cooperar juntos.
Los experimentos donde participaron elefantes, “sugieren evolución cognitiva convergente muy probablemente relacionada con la socialidad y la cooperación compleja” sostiene Plotnik. Aunque los proyectos no lo mencionan, los científicos que encontraron sorprendentes paralelos en las respuestas inteligentes entre simios, delfines y elefantes, confirman las funciones de las Neuronas von Economo como factor común en las tres especies para impulsar tales conductas sociales cooperativas inteligentes.
El sistema de NvE en tanto sistema
neuronal que emergió por evolución convergente en las magníficas especies
mencionadas, y su amplio registro de conductas solidarias y cooperativas,
merecen distinguirse del carácter único y particular de la intuición humana, también derivada del sistema NvE, pero
dependiente de la interacción con las funciones integradoras de la corteza
prefrontal (CPF), como veremos más adelante.
(Fragmento de Arqueología del Símbolo, en preparación por Vivina Perla Salvetti)
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