Hola amigos.
Llegamos a la tercera parte de esta serie, en la que
pretendemos compartir los principios elementales para integrar sistemas
complejos tal que permitan la emergencia de novedades que luego retroalimentan
el sistema de modo positivo.
En principio, les comento que estos principios fueron
formulados con claridad hace décadas, y les confieso que cuando los leí hace
años, me llamó la atención la poca difusión que tienen los mismos, mientras una
enorme mayoría de técnicos sociales dice incluso basarse en estos postulados,
cuando en realidad, están lejos de hacerlo.
Lo que sí es evidente, es que pocos se han dedicado a
leer los textos básicos en los que dicen basar sus teorías. Lamentablemente, es
algo que ocurre más de lo que uno está dispuesto a creer, como pudimos
comprobar durante la segunda parte de esta serie. Al respecto, agradezco
enormemente la recomendación de algunos de mis profesores de la carrera de
Antropología, quienes mencionaban esta llamativa falencia en muchas disciplinas
de ciencias sociales, razón por la cual nos recomendaban fuertemente leer en
primera persona los textos clásicos donde queremos sustentar nuestra tesis,
para no caer en repetir lo que otros dicen que dice el texto. Si hemos de
sustentar nuestra postura en determinados clásicos, es buena práctica citar
algunos de sus párrafos clave para dar a conocer la opinión del autor al
respecto, en lugar de limitarnos a citar a quienes supuestamente lo han leído.
No hay atajos, y no tomarlos nos puede traer gratas sorpresas, como me pasó el
año pasado al leer durante meses todos los artículos matemáticos disponibles sobre
sistemas complejos, de modo similar a la sorpresa que me deparó la lectura del
texto de Bertalanffy Teoría General de
los Sistemas, de lectura medianamente compleja pero muy accesible para el
público en general.
Es importarte tomar en cuenta las recomendaciones de
gente especializada en el tema si hemos de articular diferentes sistemas, que
presenten una trayectoria tal que impulse
la emergencia del orden desde el caos, que consiga imitar lo observado en
la naturaleza y el cosmos. Lo mejor es prestar atención a principios desarrollados
por científicos hace años que han resultado opacados por propuestas confusas que
responden a diferentes intereses en cada caso.
Nos referimos a los principios que fueran publicados
por Ludwig von Bertalanffy hace varias décadas. Tales principios para una
Teoría General de los Sistemas (TGS) representan la base sobre la que avanzan
los Sistemas Dinámicos complejos, más
popularizados como caóticos, aunque
la mayoría de físicos y matemáticos no estén de acuerdo en denominarlos así.
Los invito a leer personalmente el texto de
Bertalanffy disponible con acceso abierto en Internet, ya que algunos académicos,
particularmente de las ciencias sociales, dicen basarse en sus principios, pero
resulta evidente que lanzaron sus propuestas sistémicas sin siquiera haberlo
leído ni haberse informado de lo que realmente dice allí.
Por empezar, Bertalanffy aclara en las primeras
páginas de su texto, que la teoría de
sistemas involucra un abordaje que está lejos de limitarse al clásico
movimiento dialéctico entre conceptos opuestos:
“La teoría de los sistemas es ante todo un campo matemático … representa una reorientación que va desde la física, y
la biología a las ciencias sociales y del comportamiento, incluso la filosofía”
(Bertalanffy 1989: VII)
Bertalanffy señala la necesidad de establecer analogías lógicas entre los diferentes sistemas a
vincular, particularmente entre campos provenientes de las ciencias naturales y
las ciencias sociales. La necesidad de tal isomorfismo
está claramente expuesta en el prefacio de 1968:
“El isomorfismo entre
leyes …aplicable aún a casos más enrevesados, anda lejos de ser matemáticamente trivial. Es un hecho
notable que sistemas biológicos tan diversos como el sistema nervioso central y
la trama de regulación bioquímica en la célula resulten estrictamente análogos…
esta analogía… no es sino una de una
vasta clase de analogías” (Bertalanffy, 1989: XII)
Luego, según avanzamos en el texto, podemos ubicar los
principios meridianos que guían la construcción de modelos según la TGS.
El texto de Bertalanffy inicia con
una elemental “Ontología de Sistemas” El término sistema ha adquirido tal grado de difusión, que merece una suerte
de clasificación entre sistemas reales y sistemas conceptuales.
Para ello, Bertalanffy distingue
entre Sistemas Reales, es decir,
conjunto de elementos que son y maravillas de la naturaleza que funcionan sin
que nuestra voluntad intervenga, (como el sistema solar o el sistema
circulatorio) y Sistemas Conceptuales, maravillas
del intelecto humano, que nos permiten analizar y comprender los sistemas
reales. Entre tales sistemas conceptuales encontramos las matemáticas, la lógica,
la notación musical o las fórmulas químicas, entre otros.
Esta distinción entre sistemas
reales y conceptuales, resulta fundamental para abordar y modelizar los
sistemas complejos.
a)Aceptar alguno
de los modelos formales disponibles
de sistema y derivar rigurosamente la teoría consiguiente, Los sistemas
complejos considerados aquí se caracterizan por describir formalmente los fenómenos mediante caracteres matemáticos, ya
fueren cuantitativos (mediante ecuaciones diferenciales no lineales) o cualitativos
(uso de grafos topológicos) que atienden a la “dimensión visual” de los
fenómenos a describir.
Quedan excluidos por tanto aquellos abordajes que
reflexionan sobre la complejidad, pero carecen
de modelos matemáticos formales para su representación visual, tales como
las propuestas de Edgar Morin o Humberto Maturana. La complejidad reducida a la
“dimensión discursiva” (Reynoso 2006: 113) conduce a degradar (o “linealizar”)
las ricas dimensiones de carácter múltiple que ofrecen ciertos fenómenos. (Reynoso 1998, 2006).
b)La segunda
opción -recomendada por Bertalanffy-
consiste en aplicar los principios de la TGS para abordar un mismo problema observado por distintas disciplinas. Semejante
procedimiento “no presenta una exposición rigurosa de la teoría y los elementos
dados serán reemplazables merced a la selección de ejemplos ilustrativos”
(Bertalanffy 1989: XI) De acuerdo con la recomendación del autor, esta opción
no sólo proporciona una visión panorámica del problema en cuestión, sino que
atiende al objetivo de la TGS sobre un modo transdisciplinar de pensar los fenómenos. (Bertalanffy, 1989)
La emergencia de orden desde el caos en todo modelo
mariposa, depende entonces de los elementos rigurosa y topológicamente
derivados de la mencionada cuenca de atracción, y nunca de la incorporación ad
hoc de funciones iteradas.
Otra ventaja que proporcionan los
modelos lógico-conceptuales derivados de los principios la TGS, es que
reconocen la validez de observaciones procedentes de diferentes teorías que
parecen irreducibles entre sí. La articulación de diferentes estructuras teóricas según los principios de la TGS, en
tanto fundamentada en el isomorfismo lógico de enunciados particulares, toma
como dada la justificación de objetos y métodos adoptados al interior de cada
estructura teórica. En disciplinas como la biología o las ciencias sociales la
lógica lineal clásica procuraba aislar los
fenómenos del universo observable, con la esperanza de integrarlos a posteriori
de modo conceptual o experimental para alcanzar la comprensión de la totalidad.
Pero la experimentación ha demostrado vez tras vez, que comprender requiere no
sólo de aislar los fenómenos, sino de procurar las relaciones entre ellos.
Con miras a resolver los problemas
que atañen al abordaje transdisciplinar por parte de disciplinas teórica o
metodológicamente diferentes, los promotores de la TGS se abocaron desde sus
inicios a investigar los principios
lógicos de isomorfismo, diferenciación y
jerarquía lógica que permitan la transferencia de conocimiento entre diferentes
estructuras teóricas en un solo modelo teórico-experimental:
“Esto requiere la exploración de los
numerosos sistemas de nuestro universo observado, de cuyo abordaje en conjunto aparecen correspondencias o isomorfismos
generales comunes a las observaciones realizadas. Tal es el dominio de la Teoría General de Sistemas” (Bertalanffy 1989: XIV).
Hemos seleccionado a continuación tres proyectos que
aplicaron estos principios conceptuales para abordar sistemas reales.
2013 Modelo
“Mariposa de Bateson”
Como observamos en la modelización visual, la estructura de Atractor simétrico que
derivó en el modelo original “Mariposa de Bateson” presentado en Salvetti 2013,
por cuanto aplicó rigurosamente principios de la TGS, vinculó conceptos
provenientes de las ciencias naturales y las sociales como estructuras
diferenciadas, que presentan la misma jerarquía lógica, y cuya trayectoria resulta impulsada por la organización de los elementos
al interior de cada tipología que configura la cuenca de atracción.
La trayectoria fluye entre ambas estructuras y
favorece la descripción de aquellos factores que contribuyen a cambios sociales
sostenibles en el tiempo.
Lo llamamos “Mariposa de Bateson” porque estuvo basado
en las Tipologías lógicas presentadas por el antropólogo Gregory Bateson en
1942 y 1954, donde advirtió que tanto animales como humanos organizamos las
percepciones con determinado orden jerárquico.
2019 Hallan Atractor
intrínseco en el cerebro del ratón
Ila Fiete, profesora asociada en el Departamento de
Ciencias Cognitivas y Cerebrales del MIT, utilizó un modelado topológico,
para transformar la actividad de grandes poblaciones de neuronas en datos
observables, cuya trayectoria fluye entre los elementos de ambos hemisferios
cerebrales que orientan al ratón en el espacio.
Los investigadores del MIT observaron un circuito de miles de neuronas
en el cerebro de los mamíferos (trazado optogenético color azul) que traza una
trayectoria definida. Las técnicas optogenéticas permitieron el seguimiento
del impulso neuronal.
La estructura de las redes neuronales de cada hemisferio cerebral actúa
como un Atractor. Si las neuronas
se desvían de la trayectoria, vuelven a ella, corrigiendo rápidamente el
sistema.
El circuito neuronal
está orientado “a integrar la velocidad del animal a lo largo de una brújula
unidimensional que codifica la dirección de la cabeza".
"En ausencia de
este flujo", explica la profesora Ila Fiete,
"estaríamos perdidos en el mundo"
"Esto nos dice
mucho sobre cómo se organizan las redes neuronales en el cerebro",
explica Edvard Moser, director del Instituto Kavli de Neurociencia de Sistemas
en Noruega.
"Los datos anteriores habían apuntado indirectamente a una organización semejante (a un Atractor), pero solo ahora ha sido posible, con los números y métodos correctos, demostrarlo de manera convincente", dice Moser. (Chaudhuri et al, 2019; Salvetti, 2020)
2020 Jerarquía y Auto-organización similar entre redes de galaxias y
redes neuronales
Dentro de ambos sistemas, las galaxias y
las neuronas se organizan en largos filamentos o nodos entre los
filamentos. Finalmente, dentro de ambos sistemas, el 70% de la
distribución de masa o energía está compuesta por componentes que juegan un
papel aparentemente pasivo: agua en el cerebro y energía oscura en el Universo
observable.
A partir de las características
compartidas de los dos sistemas, los investigadores compararon una simulación
de la red de galaxias con secciones del cerebelo. El objetivo era observar
cómo las fluctuaciones de la materia se dispersan en escalas tan diversas.
Los parámetros estructurales han
identificado niveles de acuerdo inesperado.
Todo parece indicar que la auto-organización
en ambos sistemas complejos, está siendo moldeada por principios físicos similares de Jerarquía observado en
todo sistema complejo, a pesar de las
escalas y procesos radicalmente diferentes en juego. (Vazza y Feletti, 2020)
Las investigaciones más recientes
parecen corroborar las propuestas que la TGS postuló hace décadas: Todo sistema
diferenciado (real o conceptual) puede articularse de modo complejo con otro,
siempre que la trayectoria entre ambos resulte impulsada por los mismos principios
físicos de Jerarquía e Isomorfismo lógico. (Salvetti, 2013)
Hasta la próxima amigos!!!
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