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domingo, 28 de abril de 2024

REALISMO SOCIALISTA... ¿Qué es?

 


Lenin y el Arte cinematográfico
                             

Se denomina Realismo Socialista el arte oficial de la Unión Soviética a partir de 1934 cuando se prohibieron por decreto el Arte Abstracto y los Formalismos durante el ascenso de Stalin.

Es un arte estalinista, que buscaba la exaltación política y por ello se convierte en un arte institucionalizado y académico.

En el país de la revolución el arte tuvo su salvación universal. La cultura soviética se veía a sí misma como una cultura después del fin de la historia, la supervivencia de la cultura después de la debacle capitalista en Occidente. Y no andaban demasiados errados: la cultura soviética fue una cultura después del fin de su historia.

No es sencillo introducirse en la conciencia soviética. Y no por esa imagen kafkiana que se ha transmitido de burocratismo y GULAG, sino porque se habla de toda una época con sus transformaciones, con sus diferentes periodos, que van sedimentándose y configurando dinámicas no intencionales en la sociedad, y que aparecen codificados a la conciencia occidental. Fue necesario crear la sovietología para descifrar lo que llegaba de más allá de la Cortina de Hierro.

Las bases de la doctrina artística del realismo socialista en tanto aparato axiológico fue impuesto desde el Estado soviético. Se sostiene que la doctrina estalinista del arte lleva a su extremo las disposiciones de Lenin acerca de la «literatura de partido» y la recuperación de la herencia cultural burguesa. En este sentido, puede afirmarse que el aparato axiológico que dicha doctrina moviliza conjuga y termina por confundir los valores políticos y los artísticos.

Si tras la revolución de 1917 gran parte de las agrupaciones de la vanguardia artística, tanto en Rusia como a nivel internacional, pensaron que el futuro había llegado finalmente, que era posible lograr el propósito de “cambiar la vida” y, con el impulso de los acontecimientos, buscaron caminos propicios para vincular sus programas a los de la política revolucionaria, lo cierto es que, hacia mediados de la década del 30, esos proyectos de intervención artístico-políticos de la vanguardia encontraron sus límites. En efecto, la imposición del realismo socialista en 1934 clausuró la etapa en la que los movimientos de vanguardia, tanto dentro de la URSS como en el resto del mundo, acompañaban con ánimo entusiasta a la revolución social y política.

                                                             Lenin sigue vivo en la Tribuna


En el marco del Primer Congreso de la Proletkult que se llevó a cabo en octubre de 1920, Lenin redacta un “Proyecto de resolución”, que exige que la institución incluya en sus estatutos, en el que, entre otras cosas, establecía que la asociación, lejos de plantearse como una entidad autónoma, debía someter sus decisiones al Comisariado de Instrucción Pública, y afirmaba enfáticamente la falsedad de cualquier programa que buscara “inventar una cultura”.

Estas resoluciones de Lenin van perfilando los dos principios básicos que serán reapropiados —y llevados a su extremo— por la doctrina estalinista: asimilación productiva del legado cultural del pasado y “vigilancia”, “control”, “obligación” de las prácticas en función de las «necesidades» del partido. El punto culminante de estas discusiones entre la vanguardia y el partido en torno al problema de la autonomía de las prácticas artísticas y la herencia cultural fue la declaración, en 1934, en el marco del Primer Congreso de Escritores Soviéticos, del realismo socialista como único camino del arte socialista


                             Iconografías oficiales de Stalin, para propaganda de Estado

Objetos del nuevo arte ruso

La idea es exaltar el trabajo, la solidaridad y la eficacia del régimen comunista. Los precedentes se encuentran en la AkhRR (Asociación de artistas de la Rusia revolucionaria) fundada en 1922 y promotora de actividades y exposiciones que defienden la figuración al servicio de un realismo heroico contrario a la vanguardia.

En la década de 1920 y principios de la de 1930, el desarrollo estilístico del arte soviético estaba en marcha. Las obras de estos años incluyen una amplia gama de tradiciones cultivadas desde el arte arcaico al Constructivismo; sin embargo, como resultado de la lucha, a mediados de los años 30, contra el formalismo se estableció como lenguaje oficial el realismo, gravitado en la pintura rusa del cambio de los siglos XIX y XX.

En ese tiempo se crearon los retratos de los líderes del Partido Comunista y jefes militares, sus espectaculares imágenes fueron difundidas en desfiles, reuniones masivas, visitas y acontecimientos de importancia política.


    Lenin sigue vivo e la Plaza Roja: el líder teórico de la revolución, fue revitalizado una y otra vez                                                                       después de su muerte

Estas obras “oficiales” fueron el núcleo ideológico del arte del realismo socialista, cumpliendo una de sus principales misiones: la creación y el mantenimiento del culto a la personalidad de Josef Stalin y otros líderes soviéticos. Una gran cantidad de obras de todo tipo de arte se dedicó a episodios reales y míticos de sus biografías, para representarlos en las imágenes como  revolucionarios heroicos, guerreros, líderes sabios, “amigos del pueblo”.

Un lugar importante en el complejo temático del realismo socialista fue ocupado por obras dedicadas al trabajo. Los artistas cantaron los éxitos de la industrialización, la construcción y la agricultura; en el camino de la colectivización, alabaron a los obreros avanzados, campesinos y sobre todo, campesinas.


                           "Campos de paz" donde las mujeres rusas trabajan para apoyar la Revolución

Muchos artistas dedicaron su trabajo al ejército y la armada: maniobras militares y desfiles, retratos e imágenes colectivas de soldados y comandantes, el equipamiento militar, la historia revolucionaria de las fuerzas armadas soviéticas; estas historias estaban llenas de eventos festivos, que organizaba periódicamente la dirección política del Ejército Rojo. Una presentación vívida y espectacular de los logros del país soviético fue un importante medio de agitación, diseñado para ayudar a movilizar a los ciudadanos para cumplir con las tareas políticas y económicas establecidas por el partido y el gobierno.

Las brillantes imágenes del arte soviético están dedicadas también a los temas de la juventud, la cultura física y el deporte. Del mismo modo tenían un significado ideológico, ya que las imágenes de la juventud soviética, creadas por el poder soviético, personificaban el brillante futuro del país.


                                                        Culto y fomento al Deporte ruso

Los años entre 1930 y la década de 1950 son un período extremadamente controvertido en la historia del arte ruso. En ese momento, se estableció un régimen totalitario en la Unión Soviética, que controlaba todas las esferas de la vida de los ciudadanos. El proceso artístico en el país también fue regulado por el estado. La función principal del arte fue la implementación de propaganda con el propósito de “alteración ideológica y educación de los trabajadores en el espíritu del socialismo”. El realismo socialista se convirtió en un método creativo obligatorio para todo el arte soviético.

De la misma manera que el realismo era comprensible para las grandes masas, se pidió a los artistas crear una imagen convincente de un estado unitario, justo y próspero en el que gracias a la victoria del socialismo, cada ciudadano es feliz y lleno de entusiasmo por el trabajo.

El hombre nuevo ruso

La idea utópica de crear un hombre nuevo, un comunista convencido, cuerpo perfecto y fuerte espíritu, encuentra en estas obras contornos visibles. En el marco de este tema, los artistas tenían más libertad para trabajar con la forma, lo cual fue facilitado por los mismos ejercicios deportivos con sus movimientos y poses.

En el contexto general del realismo socialista, una variedad de géneros, temas y temas podría adquirir un significado ideológico. El canon existente del trabajo realista socialista, además de la veracidad ideológica, sugería espectacularidad, narración, didacticismo. Estaba dirigido a los sectores más amplios de la población y formó un mito optimista sobre la implementación de la utopía comunista.

Al igual que los mitos de la antigüedad, que se teje en el tejido de la vida y formó una especie de filtro a través del cual el pueblo soviético tuvo que aceptar la realidad. Todo un ejército de maestros trabajó en la creación de este mito, muchos de los cuales lograron crear obras muy impresionantes y que demostraban un gran talento. Se reflejan no sólo los requisitos y normas ideológicas, sino también la voluntad colectiva de la gente.

El Realismo Socialista alcanzó proyección internacional en los Estados satélites y en otros países, donde fue reconocido como “Arte del Partido” comunista, o Nuevo Realismo.

(Material gentileza de páginas de Historia del Arte, del museo ruso en Málaga, y otras fuentes)


Flores Ledesma, Antonio (2019) “Revolución en el contenido: Ideología y Utopía en la formación del realismo soviético” Fedro. Revista de Estética y Teoría de las Artes número 19.

ALLE, María Fernanda (2019) “La literatura del partido” El realismo socialista entre el arte y la política” 452ºF 20: 166-186.


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