Estatua de Averroes en Córdoba
Averroes (1126-1198) nació en Córdoba, España, bajo el
dominio musulmán.
Fue un filósofo, médico y polímata andalusí, maestro de filosofía y leyes islámicas, matemáticas, astronomía y medicina.
En Occidente, fue conocido por sus extensos comentarios sobre
Aristóteles.
La fama de Averroes se consolidó cuando fue convocado
por el Califa almohade Abu Yaqub Yusuf, quien buscaba un sabio que le
permitiera comprender las obras de Aristóteles.
Averroes empezó a escribir en 1169 lo que terminarían
siendo voluminosos comentarios sobre Aristóteles, y a
ser conocido como el Comentador.
Sus pensamientos generaron controversias en la
cristiandad latina y desencadenaron un movimiento filosófico llamado averroísmo basado en su exégesis escrita de Aristóteles. Podemos
comprender tales debates si recordamos que las distintas vertientes
neoplátónicas, habían subsumido a Aristóteles en Platón, y de algún modo
construyeron a Aristóteles como Dualista aunque era claramente Monista, tanto
como los médicos hipocráticos lo eran en su observación de las leyes universales
de la physis.
Por lo tanto, es posible que cuando los detractores
acusaron a Averroes de “representante de la impiedad de Aristóteles” como
sostiene Guerrero, en realidad estaban resistiendo al
Aristóteles monista, que reflexiona sobre las leyes naturales del Alma universal. (Guerrero, 2020 y Salas,
2008)
Los escritos de Averroes fueron condenados post-mortem por
la Iglesia Católica, en 1270 y 1277. Aunque fue debilitado por las refutaciones
posteriores de santo Tomás de Aquino, el averroísmo latino
continuó atrayendo seguidores hasta el siglo xvi.
Encontramos ecos de Averroes en la filosofía
de las leyes Naturales de Spinoza.
Averroes se esforzó en aclarar cómo piensa el ser humano y cómo es
posible la formulación de verdades universales y eternas por parte de seres
perecederos. Pero fue poco comprendido y mal difundido, dando lugar a
distorsiones sobre sus dichos. (Oliva 2015)
Erigidas
durante la Edad Media latina, los siglos posteriores repitieron las mismas
fábulas que la leyenda había creado sobre Averroes como autor pernicioso, o representante
de la impiedad.
La
historia del averroísmo, no sería más que la historia de un vasto
contrasentido: exégeta libre de la doctrina peripatética, Averroes se vio
interpretado a su vez de una manera más libre aún.
Para
no leer a un Averroes tergiversado, hubo que esperar hasta el siglo XIX, cuando
se empezó a recuperar al genuino Averroes mediante la lectura de sus escritos
originales. Desde entonces innumerables estudios están valorando su verdadera
contribución a la historia del pensamiento occidental
Leído
y estudiado en tres lenguas: árabe, hebreo y latín, su pensamiento, difundido como
Comentador oficial de Aristóteles, fue el germen que haría fructificar
importantes movimientos y corrientes de reflexión dentro de las culturas
judaica y cristiana.
Averroes
dio un impulso enorme al racionalismo filosófico medieval y renacentista, y
merece ser considerado como uno de los Padres de Europa.
Fue
sin duda, uno de los pilares sobre los que se asentó la Modernidad.
Las
historias de la Filosofía y de la Medicina tienen una deuda muy importante con
el filósofo andalusí. (Guerrero, 2020)
Guerrero, Rafael
(2020) AVERROES, LA CIMA DE LA FALSAFA EN
AL-ANDALUS. Madrid: Biblioteca Virtual de Polígrafos. http://dx.doi.org/10.18558/FIL168
SALAS, Omar Álvarez (2008) “Alma, cosmos e
intelecto en el pensamiento presocrático: de Tales a Heráclito.” Nova
tellus 26 (1) Universidad Autónoma de México.
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