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miércoles, 10 de marzo de 2021

Emerge la corteza prefrontal (IV) El pintor Armando Reverón prepara simbólicamente su espacio creativo para obtener adaptación psíquica

 

                            El Castillete. Casa que levantó Reverón con sus propias manos

En este recorrido sobre la generación intuitiva de conductas para obtener adaptación psíquica, vale la pena conocer el modo como el pintor Armando Reverón, quien padecía de severos trastornos mentales, consiguió la proeza de generar su propio espacio creativo para poder pintar obras magníficas que no presentan el menor rastro de sus problemas psiquiátricos.

Pocas veces la historia nos ofrece la oportunidad de acceder a la intimidad de grandes artistas que ya no están entre nosotros. La particularidad de la obra de Reverón consiste en que sufrió varias crisis psicóticas a lo largo de su vida, pero los especialistas que analizaron su obra no encontraron vestigios de locura en sus magníficos cuadros. Si acaso Reverón sufrió verdaderamente de locura o si la fingió, forma parte del debate que arde en Venezuela desde hace años en torno a su figura.

Un corto documental mudo, realizado por Edgar Arzola durante la segunda década del siglo pasado, nos ofrece una luminosa puerta al pasado de Reverón. El breve, pero revelador filme, fue inscrito recién en 1934, durante el dificultoso pasaje del cine mudo al sonoro. Más recientemente, la versión musicalizada por Alfredo Arzola pudo comenzar a difundirse por Internet, y la compartimos aquí.

Las preciosas imágenes registran con frescura la preparación ritualizada del espacio desarrollada de modo intuitivo por el pintor venezolano Armando Reverón a partir de su retiro al "Castillete" de Macuto en 1920. Nos permiten comprender su búsqueda personal de un espacio íntimo donde sentirse seguro y contenido para alcanzar una expresión plástica lograda.

El film nos muestra cómo Reverón descubrió temprana e intuitivamente, que su propia adaptación psíquica requería de la expresión conjunta de emociones complementarias, tal que consiga superar la angustia que le generaba la continua descalificación materna

Conforme a esto, observamos que la demarcación reveroniana del espacio, tal como el mismo procede a relatar mediante carteles escritos a mano, requería de la incorporación lúdica de sus simpáticas mascotas, por un lado, así como del uso del taparrabos de silicio, que hacía visible su malestar íntimo.

Ambos aspectos, el lúdico y el agónico expresados de modo conjunto en la producción artística, demarcaban los rituales sin solemnidad, encauzaban los procesos de abstracción, y     favorecían la expresión de la luz, objeto evasivo de todo artista visual profesional.

En tal contexto, la llamada etapa blanca de Reverón representa su máxima expresión para perseguir la luz y la pureza vital de las cosas simples y cotidianas, al alcance de todos los hombres. El autorretrato de Reverón que acompaña esta entrada, que lo muestra con un pequeño bombín y taparrabos de silicio, fue realizado en 1932, antes de la muerte de su madre y sufrir su primera gran crisis.


Tal conducta
ritualizada y libre al mismo tiempo, fue plasmada de modo magistral en las imágenes documentales, aunque comprendemos que resultara incomprensible a los ojos de visitantes curiosos. (Reverón, 1934) Por un lado, veían la presencia de mascotas entrañables utilizadas como modelos, y al mismo tiempo, elementos diversos para afligir el cuerpo. Un taparrabos de silicio, una soga con la que se apretaba fuertemente la cintura con el objeto de insensibilizar la parte baja de su cuerpo, mientras separaba cuidadosamente de igual modo con una muñequera de silicio sobre el antebrazo todo contacto con la luminosa paleta de colores.

Las imágenes registran de modo indudable, cómo Reverón había ideado también un soporte para sus pinceles artesanales, que procedía a sostener en su cintura y sobre la soga apretada, cuando tal soga tenía el propósito de insensibilizar y seccionar de modo voluntario su cuerpo para producir agónicamente una expresión visual de tono elevado.

El film no solo nos muestra el éxito de tales rituales desarrollados de modo absolutamente intuitivo y voluntario: Nos permiten reconocer cada obra de Reverón como un hito formidable de adaptación psíquica expresada sin fisuras patológicas.

El film que registra asimismo su manera de moverse con seguridad, representan el hallazgo de un espíritu libre, que se relaciona con otros sin la desconfianza frecuentemente asociada con pacientes psiquiátricos que permanecen anclados en sus traumas y temores, porque no han descubierto aún dentro de sí, estrategias que les permitan salir de tal encierro (Reverón, 1934 OF)

Otro aspecto que nos permite comprender las particularidades del proceso creador del espacio simbólico del artista y resulta relevante para comprenderlo, lo representa el hecho que esta filmación muda, fue obtenida con anterioridad a su primera crisis y posterior internación psiquiátrica luego de la muerte de su madre. Fue un golpe devastador que agudizó su culpa, impidiéndole por un tiempo recuperar aquellos aspectos lúdicos que enmarcaban un espacio propio para expresión simbólica exitosa, y hacían posible su adaptación psíquica al medio.

Los invito sinceramente a recorrer las imágenes de Arzola, antes de avanzar con los comentarios de especialistas que lo conocieron y lograron comprender a una figura tan extraordinaria como sufrida. (Duración: 13´ 24´´)  


Quien fue Armando Reverón, fuentes complementarias:

ttps://vivinasalvettihoy.blogspot.com/2017/07/armando-reveron-ii-baez-finol-y-el.html

https://vivinasalvettihoy.blogspot.com/2017/12/reveron-y-los-psiquiatras-culturalistas.html

https://www.academia.edu/36379756/Historia_clinica_de_Armando_Reveron_abordaje_retrospectivo_desde_la_psiquiatr%C3%ADa_culturalista_Primer_Premio_Ateneo_de_Historia_de_la_Medicina_2017_

 


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