El Castillete. Casa que levantó Reverón con sus propias manos
En este recorrido sobre la generación intuitiva de conductas
para obtener adaptación psíquica, vale la pena conocer el modo
como el pintor Armando Reverón, quien padecía de severos trastornos mentales, consiguió
la proeza de generar su propio espacio creativo para poder pintar obras
magníficas que no presentan el menor rastro de sus problemas psiquiátricos.
Pocas veces la historia nos ofrece la
oportunidad de acceder a la intimidad de grandes artistas que ya no están entre
nosotros. La particularidad de la obra de Reverón consiste en que sufrió varias
crisis psicóticas a lo largo de su vida, pero los especialistas que analizaron
su obra no encontraron vestigios de locura en sus magníficos cuadros. Si acaso
Reverón sufrió verdaderamente de locura o si la fingió, forma parte del debate
que arde en Venezuela desde hace años en torno a su figura.
Un corto documental
mudo, realizado por Edgar Arzola durante la segunda década del siglo pasado,
nos ofrece una luminosa puerta al pasado de Reverón. El breve, pero revelador
filme, fue inscrito recién en 1934, durante el dificultoso pasaje del cine mudo
al sonoro. Más recientemente, la versión musicalizada por Alfredo Arzola pudo
comenzar a difundirse por Internet, y la compartimos aquí.
Las preciosas imágenes
registran con frescura la preparación ritualizada del espacio desarrollada de modo
intuitivo por el pintor venezolano Armando Reverón a partir de su retiro al
"Castillete" de Macuto en 1920. Nos permiten comprender su búsqueda
personal de un espacio íntimo donde
sentirse seguro y contenido para alcanzar una expresión plástica lograda.
El film nos muestra
cómo Reverón descubrió temprana e
intuitivamente, que su propia adaptación psíquica requería de la expresión conjunta
de emociones complementarias, tal que consiga superar la
angustia que le generaba la continua descalificación materna
Conforme a esto,
observamos que la demarcación
reveroniana del espacio, tal como el mismo procede a relatar
mediante carteles escritos a mano, requería de la incorporación lúdica de sus simpáticas mascotas, por un lado, así
como del uso del taparrabos de silicio,
que hacía visible su malestar íntimo.
Ambos aspectos, el lúdico y el agónico expresados de modo
conjunto en la producción artística, demarcaban los rituales sin solemnidad, encauzaban los
procesos de abstracción, y favorecían
la expresión de la luz, objeto evasivo de todo artista visual profesional.
En tal contexto, la
llamada etapa blanca de Reverón
representa su máxima expresión para perseguir la luz y la pureza vital de las
cosas simples y cotidianas, al alcance de todos los hombres. El autorretrato de
Reverón que acompaña esta entrada, que lo muestra con un pequeño bombín y
taparrabos de silicio, fue realizado en 1932, antes de la muerte de su madre y
sufrir su primera gran crisis.
Las imágenes registran
de modo indudable, cómo Reverón había ideado también un soporte para sus
pinceles artesanales, que procedía a sostener en su cintura y sobre la soga
apretada, cuando tal soga tenía el propósito de insensibilizar y seccionar de
modo voluntario su cuerpo para producir agónicamente una expresión visual de
tono elevado.
El film no solo nos
muestra el éxito de tales rituales
desarrollados de modo absolutamente intuitivo y voluntario: Nos permiten
reconocer cada obra de Reverón como un hito formidable de adaptación psíquica
expresada sin fisuras patológicas.
El film que registra
asimismo su manera de moverse con seguridad, representan el hallazgo de un
espíritu libre, que se relaciona con otros sin la desconfianza frecuentemente
asociada con pacientes psiquiátricos que permanecen anclados en sus traumas y
temores, porque no han descubierto aún dentro de sí, estrategias que les
permitan salir de tal encierro (Reverón, 1934 OF)
Otro aspecto que nos
permite comprender las particularidades del proceso creador del espacio
simbólico del artista y resulta relevante para comprenderlo, lo representa el
hecho que esta filmación muda, fue obtenida con anterioridad a su primera
crisis y posterior internación psiquiátrica luego de la muerte de su madre. Fue
un golpe devastador que agudizó su culpa, impidiéndole por un tiempo recuperar
aquellos aspectos lúdicos que enmarcaban un espacio propio para expresión simbólica
exitosa, y hacían posible su adaptación psíquica al medio.
Los invito
sinceramente a recorrer las imágenes de Arzola, antes de avanzar con los
comentarios de especialistas que lo conocieron y lograron comprender a una
figura tan extraordinaria como sufrida.
Quien fue Armando Reverón,
fuentes complementarias:
ttps://vivinasalvettihoy.blogspot.com/2017/07/armando-reveron-ii-baez-finol-y-el.html
https://vivinasalvettihoy.blogspot.com/2017/12/reveron-y-los-psiquiatras-culturalistas.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario