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sábado, 30 de septiembre de 2017

La arbitraria distinción entre ciencias naturales y sociales, por Carlos Reynoso



Hola amigos.
En esta ocasión comparto los aportes que realiza el profesor Carlos Reynoso, de nuestra Facultad de Filosofía y Letras para entender la necesidad de ampliar el abordaje transdisciplinar de los fenómenos.
El fragmento que sigue fue publicado por la revista NEX perteneciente a la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (publicado el 10 de julio de 2015)
Espero sinceramente que disfruten de la información.

Carlos Reynoso en NEX
Carlos Reynoso es doctor en antropología y profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA y dirige el grupo de trabajo Antropocaos.  Muchos de sus discípulos están en Microsoft y otros se doctoran en temas antropológicos en diferentes universidades. Como antropólogo, Reynoso estudia y desarrolla modelos de redes sociales, uso social del espacio, estudios territoriales, análisis urbano, tecnologías urbanas sostenibles, modelos de circulación de personas y vehículos, diseño artístico, música y turismo sostenible, así como diversas problemáticas de la dinámica sociocultural. En síntesis, una mezcla de sociología, matemáticas, estética y computación hecha por antropólogos en sinergia con ingenieros, sociólogos, economistas y médicos, entre otros.
“La dimensión fractálica la descubrió el meteorólogo inglés Lewis Fry Richardson a partir de la idea del antropólogo inglés Gregory Bateson, por lo que no sería tan obvio adjudicársela directamente al matemático polaco Benoît Mandelbrot.  La lingüística computacional y la larga la programación de intérpretes y compiladores mediante lenguajes nace con Noam Chomsky”. En rigor, los sociólogos fueron los primeros en capturar las propiedades formales de las redes mientras que las leyes de potencia en economía fueron descubiertas por el sociólogo italiano Vilfredo Pareto. El concepto de red social lo inventó un antropólogo, John Arundel Barnes, en la década del ‘50, pero nunca nadie le escribió su wiki.”
Todos somos Ciencia
Interpelado acerca de esa maniquea clasificación –de incierto origen– de ciencias blandas y duras o, al decir del epistemólogo Mario Bunge, respecto del grado de formalización de las ciencias, Reynoso opina: “La escuela germánica neokantiana de Baden, de la segunda mitad del siglo XIX, hizo una desesperada maniobra para neutralizar no tanto a la dialéctica hegeliana como al emergente materialismo dialéctico de Marx. Su estrategia fue marcar radicales diferencias en la naturaleza de la creación de conocimiento y los métodos de investigación de las ciencias naturales y de las ciencias humanísticas o culturales. Desde ese momento, las ciencias humanas tuvieron un régimen separado de las naturales y matemáticas; uno más tolerante y menos riguroso en cuanto a sus justificaciones. En suma, hicieron una arbitraria, forzada y catastrófica amputación de la ciencia”.
Reynoso continua: “De todas maneras, pienso que hoy se percibe una declinación del hábito de construir grandes teorías de las ciencias sociales. Esos grandes corpus, como los que inventó Lévi-Strauss en una noche de insomnio, ya no corren más. Por otra parte, Alan Sokal demostró impiadosamente la pérdida de juicio crítico en los estudios culturales. Las ciencias sociales criticaron airadamente al cientificismo, pero aún hoy viajan en el barco de los post-estructuralistas que hablan y emplean mal tecnicismos tales como fractalesmultiplicidad y caos: ¿eso no es acaso cientificismo?”, reflexiona Reynoso.
“El post-estructuralismo nace en los ‘60, en una época donde se estaba dirimiendo trabajosamente quiénes eran los mejores intelectuales franceses, quienes estaban en condiciones de suceder a Lévi-Strauss. En las ciencias sociales de América Latina siempre prevaleció una orientación francesa, en cierto modo muy cerrada, muy provinciana. La literatura en idioma inglés, aunque tuvo su impacto, se conocía bastante menos. Correlativamente, a Derrida no se lo leía en Estados Unidos o en Inglaterra a menos que estuviera traducido, lo que se hizo tarde y mal. Su traductora fue Gayatri Chakravorty, quien no era hablante nativa ni de francés ni de inglés, lo que originó numerosos malentendidos, tales como el de confundir la deconstrucción con una metodología crítica. O sea que hubo un divorcio cultural entre las tradiciones nacionales. En los ‘80 surgió el posmodernismo en la antropología de los Estados Unidos a partir de una lectura sesgada que un puñado de antropólogos de Texas y California hicieron de Michel Foucault, Jean Baudrillard y Jaques Derrida. Bastante más tarde se agregaron Gilles Deleuze y Felix Guattari, quienes son hoy en día los referentes pos-estructurales dominantes. Pero ese movimiento de antropología posmoderna y estudios culturales inglés y norteamericano no entró en Francia”, detalla el antropólogo. ¿Consecuencias? Reynoso explica: “Por ejemplo, la  antropología perspectivista de Eduardo Viveiros de Castro, Philippe Descola y Bruno Latour es una moda brasileña que refritó a Lévi-Strauss de una manera torcida y superficial. Los desaciertos alcanzados solamente con la traducción e interpretación deleuziana del término riemanniano manifold como multiplicidad son, en sí mismos, una evidencia de sobreinterpretación fantasiosa. La irracionalidad edípica de los números, la irrealidad de los números imaginarios o la desopilante definición de bit que hace el filósofo y sociólogo Edgar Morin son algunas de las perlas de los post-estructuralistas y sus allegados de las que supimos reírnos con Alan Sokal.  Y, lamentablemente, esas interpretaciones sesgadas y elementales de las ciencias duras por parte de las mal llamadas ciencias blandas nos hacen quedar a todos como tontos”, concluye Reynoso.
Las dos culturas
"El físico y novelista inglés Peter C. Snow conmovió a la intelectualidad occidental en 1959 con una elocuente descripción de la ruptura entre las ciencias y las humanidades. “Una o dos veces me han provocado y yo he preguntado a mis interlocutores cuántos de ellos podrían describir la Segunda Ley de la Termodinámica. La respuesta fue fría y negativa. Sin embargo, yo estaba pidiendo algo que para los científicos sería equivalente a preguntar: «¿Has leído una obra de Shakespeare?»”, graficaba Snow. Esa ruptura, en la visión de Snow, atentaba directamente contra la solución de los problemas mundiales. Sin embargo, ¿estaremos en el siglo XXI iniciando la recomposición de la ciencia?"


Para finalizar, comparto con ustedes la entrevista que se le realizara para el programa Científicos Industria Argentina en el año 2011





                                                                                                       Hasta la próxima!!!


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