Hola amigos.
En esta segunda parte de la serie que procura derribar ciertos
mitos sobre las Teorías de la Complejidad y el Caos, quiero comenzar por
compartir con ustedes un par de definiciones que espero ayuden a clarificar el
embrollo que suele rodear este campo epistemológico.
En la entrada anterior me circunscribí al término que define la
Teoría del Caos en tanto teoría de carácter matemático para abordar un grupo
específico de fenómenos, que cuenta con sus propios principios regulados desde
1975.
Por lo tanto, la Teoría del Caos así entendida y aplicable a una
gran cantidad de fenómenos, no tiene nada que ver con la noción del Caos
mitológico, carente de orden, lógica, y cualquier noción de previsibilidad.
Adhiero por lo tanto a las críticas que realiza Carlos Reynoso al disparatado
discurso de Morín, por cuanto revela una supina ignorancia que no resiste el
menor análisis.
En esta oportunidad comparto con ustedes la distinción que realizó
Ludwig won Bertalanffy respecto al carácter sistémico de los fenómenos, tal
como fuera presentada en su texto de 1968 “Teoría General de los Sistemas.
Fundamentos, desarrollo y aplicaciones” cuya amena lectura recomiendo.
Allí comienza por definir el término Sistema desde
el griego, que simplemente significa “Conjunto, cosas relacionadas entre sí”.
Inmersos como estamos en un mundo donde “todo tiene que ver con todo”
necesitamos algún criterio que permita distinguir a la Teoría General de
Sistemas del resto de “sistemas en tanto cosas relacionadas entre sí”.
Bertalanffy sostiene que es necesario reconocer que hay una
abundante cantidad de elementos relacionados que simplemente existen o son
independientemente de nuestra voluntad. Esto es, el Sistema Solar, compuesto de
planetas y satélites relacionados con el Sol y entre sí, sin duda constituyen
un Sistema que existe lo queramos o no. Lo mismo pasa con los elementos del
Sistema Nervioso, o con el conjunto de sistemas orgánicos que constituyen los
seres vivos, por ejemplo, un perro. Todos ellos son denominados por Bertalanffy
como Sistemas Reales, es decir, conjuntos que existen con
independencia de nuestra voluntad.
En cambio, existen otro tipo de Sistemas, creados por la
abstracción y la inteligencia humanas, por ejemplo, los Sistemas Matemáticos,
la Música, la Lógica, o la Bioquímica, por mencionar solo unos pocos, que son
denominados Sistemas Conceptuales, y tuvieron su origen en
la voluntad y la inteligencia humanas.
Aunque Bertalanffy no lo menciona, cabe señalar que cada uno de
estos sistemas conceptuales nos permiten la visualización directa de
conceptos con una enorme economía de recursos. La principal
característica de estos sistemas conceptuales consiste además en que ni
uno de ellos permite reducirse o extrapolarse a los sistemas de escritura
tradicionales.
Una vez introducida esta “Ontología de los Sistemas” Bertalanffy
se aboca en el resto del libro a describir la historia y los principios de la
Teoría General de los Sistemas (TGS) en tanto propuesta transdisciplinar, cuyo
propósito consiste en vincular sistemas teóricos provenientes de diferentes
disciplinas.
Por lo tanto, otro factor para tener en cuenta respecto de las Teorías del Caos y la Complejidad consiste que, por tratarse de sistemas conceptuales de orden matemático, no pueden, por lo tanto, reducirse o tratar de explicarse desde el lenguaje, sino únicamente a partir de sus propios caracteres visuales y principios.
Espero que esta información les resulte de utilidad.
Hasta la próxima amigos!!!
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