René
Descartes (1596-1650) es un filósofo mundialmente conocido a partir de una
frase: “Pienso, luego existo”. Aunque también se le reconocen trabajos sobre
óptica, y por las coordenadas cartesianas,
sistema que describe la posición de puntos en el espacio mediante ejes
perpendiculares que se unen en un punto llamado origen. Sin embargo, es usual que una
enorme mayoría lo asocie principalmente con sus elaboraciones filosóficas.
Pues
bien, una lectura de fuentes históricas nos muestra que simplemente plagió con
descaro términos y teorías creadas por filósofos españoles, como los médicos Gómez
Pereira y Francisco Sánchez, y estas líneas están dedicadas a presentar los
documentos originales publicados que luego Descartes sencillamente copió.
Descartes
pudo hacerlo porque conocía bien la filosofía del Siglo XVI, especialmente a
los autores jesuitas de la denominada Escuela de Salamanca, dado que fue alumno
del colegio jesuita de La Fleche.
Tradicionalmente se ha
considerado que la filosofía cartesiana fue una reacción contra el escepticismo
de Montaigne (1533-1592), Pero, de lo que no cabe duda, es de que tanto Gómez
Pereira como Francisco Sánchez, habían formulado y publicado las ideas rectoras
de su filosofía que habría de presentar y desarrollar durante los años que
siguieron.
La copia fue tan notoria,
que los franceses Huet (1630-1721), Voltaire (1694-1788) y D’Alembert
(1717-1793), llegaron a acusar a Descartes de plagiario.(Huet, 1689)
Propongo
que, una vez denunciado, dedicó el resto de su vida lejos de Francia, a desviar
la atención mediante radicalizar el escepticismo de la Escuela española y
construir un discurso que, según muchos filósofos de entonces y actuales, hace agua por todas partes.
Para
entender qué paso, en principio conozcamos un poco más quienes fueron y qué publicaron
con anterioridad a Descartes, tanto Gómez Pereira como Francisco
Sánchez, ambos españoles.
Publicaciones
de Gómez Pereira
Para
saber quién fue Gómez Pereira (1510-1558, filósofo, afamado médico renacentista
y humanista) escribió Novae veraeque Medicinae (1558) de contenido
médico, donde critica a Galeno desde su observación clínica. Al
igual que muchos médicos antes que él, aplica y sigue los pasos recomendados en
el Corpus Hipocrático para su práctica médica: Observar cuidadosamente
el estado real del paciente, luego buscar signos visibles de enfermedad
y después, inferir en base a la
experiencia de otros casos, el mecanismo interno que
provocó el signo observado. La vasta experiencia de Gómez Pereira, le permitió sostener
que la fiebre es una defensa del organismo contra la enfermedad (algo
que se comprobó mucho tiempo después) y rechazar conceptos medievales
proponiendo la aplicación inductiva de métodos empíricos.
Pero lo citamos aquí
porque Gómez Pereira también publicó Antoniana Margarita, (1554) texto
filosófico dedicado a físicos, médicos y teólogos. Allí también aborda el
automatismo de las bestias y presenta su teoría del conocimiento humano.
Es
llamativo que Gómez Pereira formulase en 1554, casi un siglo antes que Descartes, el célebre principio cogito
ergo sum (pienso, luego existo), elemento esencial del racionalismo
occidental:
“Conozco
que yo conozco algo. Todo lo que conoce es: Luego yo soy” (Nosco
me aliquid noscere: at quidquid noscit, est: ergo ego sum).
Francisco Sánchez
Tiempo después, Francisco Sánchez (1550-1623), filósofo y también médico, formuló con claridad la duda metódica en su obra Quod Nihil Scitur (1581) tratado filosófico que defiende una forma de escepticismo adaptada al contexto renacentista.
Tratado de F. Sánchez donde expresa su duda metódica
Sanchez, discípulo de Vives, destaca entre los escépticos del Renacimiento. Juan Vives (1492-1540) fue el creador de la Escuela Española de Filosofía, que continuarían maestros de la Escuela de Salamanca como Francisco Sánchez. De espíritu universalista y libre, la Escuela de Filosofía de Salamanca, de la pluma de Vives avanzó sobre ideas innovadoras en múltiples materias científicas, filosóficas, pedagógicas, teológicas, y políticas
Juan Vives (1492-1540) Escuela de Salamanca
A diferencia del escepticismo
clásico, que a menudo buscaba la suspensión del juicio (epoché) como un
medio para alcanzar la serenidad (ataraxia), el escepticismo de Sánchez tiene
un carácter más constructivo. Aunque concluya que no es posible alcanzar un
conocimiento absoluto, no aboga por el abandono de la búsqueda del saber, sino
por un enfoque crítico y empírico.
Sánchez propone que el
conocimiento debe basarse en la observación cuidadosa y en la
experiencia, anticipando así el método científico y el empirismo que
caracterizaría la búsqueda científica a partir de entonces.
Sin embargo, queremos señalar
que observamos, en principio, cómo Sánchez recupera conceptos básicos del
método hipocrático para aplicarlos a la filosofía moderna. Su obra puede leerse
asimismo como una crítica a la escolástica, que privilegiaba la autoridad de
los textos aristotélicos y la deducción silogística sobre la investigación
directa de la realidad.
Como filósofo, Sanchez fue autor en 1581 de una obra
fundamental, Quod nihil scitur (Que
nada se sabe), donde desarrolla la duda metódica y publica la
frase “cogito, ergo sum” copiada literalmente por Descartes décadas después.
Descartes,
acusado de plagio
Fue tan descarada la publicación de Descartes que los franceses Huet (1630-1721), Voltaire (1694-1788) y D’Alembert (1717-1793), acusaron a Descartes de plagiario respecto a Sánchez. (Huet,1689)
A pesar que Hegel (1770-1831) en sus Lecciones sobre la Historia de la Filosofía, sostuvo que “Descartes (1596-1650) fue el primer filósofo moderno, que rompió definitivamente con la escolástica medieval”, ambas afirmaciones son falsas. Descartes no fue el primer filósofo moderno, pues le preceden autores españoles renacentistas, como Juan Luis Vives (1496-1540) y Francisco Suárez (1548-1617). Y tampoco rompió con la escolástica porque la escolástica medieval había entrado en su crisis final en el siglo XIV.
Lo que sí hizo Descartes fue darle al realismo de
la Escuela Española clásica, iniciada por Vives, un giro subjetivista
pasible de calificarse como giro copernicano. (Arriba, 2024) En la
dualidad sujeto-objeto en cuanto al conocimiento, Descartes centró el
conocimiento en el sujeto, despreciando la realidad externa, tal
como es percibida por sentidos considerados engañosos.
Recordamos que Vives repetidas veces había proclamado
la validez del origen sensorial de la información adquirida
mediante reconocer y prestar atención a los sentidos corporales, si hemos de
contar con una Memoria sana (Vives, 1538; Moya, 1993)
De este modo, Descartes, pese a reiterar
sostenidamente una “duda metódica” estuvo muy lejos de ser un escéptico. Al
contrario, fue uno de los pensadores más cerradamente dogmáticos.
Su fama derivó de su carácter de “filósofo
rebelde”, con su pretensión de dotar al mundo de un nuevo cuerpo de filosofía, que
destruye todo el pensamiento anterior, y cuestiona cada elemento en base a la “duda
metódica”. Con sus provocaciones, fue una influencia más negativa que positiva
en la filosofía moderna.
Las soluciones de Descartes, en busca de una
certeza siempre inalcanzable, resultan profundamente insatisfactorias y
decepcionantes. El argumento del cogito conduce a una subjetividad aislada de
intercambios sociales, culturales y lingüísticos. Un “yo” puro, sin vínculo con
cualquier posible realidad exterior. Un “Sé que existo”, sin certezas sobre lo
que pueda proceder de afuera de ese “yo”.
Con la duda metódica, el mundo mismo deviene una
hipótesis incierta: El subjetivismo cartesiano, hizo tomar a la filosofía
“nuevos” caminos que no llegaban a ninguna parte.
El falso
escepticismo cartesiano quedaría agotado cuando Kant desmanteló el dogmatismo
cartesiano en su Crítica de la Razón Pura.
El automatismo de las bestias
Queremos llamar la atención a otro plagio poco conocido desarrollado en Holanda: Descartes tampoco fue el pionero en considerar a los animales como autómatas, ya que el nombre de Gómez Pereira está asociado a su “teoría del automatismo de las bestias”.
En Antoniana Margarita, un siglo antes que
Descartes, sostuvo que los animales “no tienen alma”, es decir, no sólo no
tienen “alma racional”, sino tampoco “alma sensitiva”; por consiguiente, los
animales se comportan como autómatas.
Al tratar de describir el “mecanismo” de
recepción por el galgo del estímulo (“objeto motivo”) y la respuesta de
aproximación hacia la liebre (“objeto terminativo”) Gómez Pereira ofrece un
verdadero “modelo” y antecedente de lo que luego será conocido como reflejo
condicionado.
Recordamos que el escrito de Descartes El
cuerpo como máquina, no fue publicado durante su vida. La Historia sostiene
que Descartes, temió la reacción de la Inquisición. Sin embargo, tenemos
razones para inferir que quizás temía volver a ser acusado de plagiar el
automatismo y el reflejo condicionado de Gómez Pereira. No obstante, el texto fue
publicado años después de su muerte por sus seguidores.
El Dualismo… ¿Cartesiano?
Finalmente, abordaremos cómo la filosofía de
Descartes se fundamentó en plagiar otras ideas de Gómez Pereira.
El dualismo cuerpo-alma, también cuenta con
antecedentes en Antoniana Margarita. El dualismo escolástico de las
almas (la sensible y la racional) comenzaba a ser sustituido por otro dualismo,
el del alma (espiritual) y el cuerpo (material) en los escritos
de Gómez Pereira.
Recordamos que Descartes. para sus escritos sobre óptica y matemática,
bien pudo tener acceso también a conceptos de filósofos árabes como Avicena,
Al-Ghazzali y Averroes, para quienes la materia estaba determinada por
condiciones espaciales, que conferían una corporeidad común a las
cosas que las hacía extensas (Arbaizar, 2024)
Si inferimos que la teoría publicada en Antoniana Margarita,
fue posteriormente revisitada por Descartes, se sigue cómo el dualismo de Gómez
Pereira tomará la forma del dualismo de la res cogitans y de
la res extensa; la “conciencia de sí mismo” se transformará en
el cogito. (Bueno, 2025)
Además, y como suele ocurrirle a los copiones, Descartes
jamás pudo justificar lógicamente el modo en que está unida el Alma con el
cuerpo, algo que hubiera estado en condiciones de hacer si la idea hubiese sido
suya. En cambio, Descartes quedó atrapado en lo que se dio en llamar, el “punto
muerto” cartesiano, en tanto incapacidad lógica para derivar los enunciados (Vesey,
1965)
Según
Novoa (2002) los debates entre monistas
(somos un cuerpo animado por las mismas Fuerzas que mantienen vivas todas las
cosas) y dualistas (somos un cuerpo
material que retiene temporalmente un alma eterna y vagabunda) se remontan a la
Grecia clásica. Pero es en Descartes donde hallamos la primera
postulación sistemática de un irreductible dualismo cuerpo-mente
que intentará escapar una y otra vez del
punto muerto cartesiano, en tanto incapacidad
lógica para derivar cómo permanecen juntas entidades completamente diferentes.
Villanueva
(1977: 79,80) admite que “a un precio demasiado alto, Descartes preserva su
Dualismo sustancial” mientras desarrolla tanto la interacción entre las
dos sustancias, como la unión y mezcla entrambas.
Según
elementales principios de identidad, dualismo no es monismo, pero Descartes
parece no distinguirlos “Hay mucha confusión en los textos de Descartes”
señala.
En
la carta a la Princesa Isabel de Bohemia fechada del 28 de junio de 1643, Descartes
termina admitiendo sobre la relación cuerpo-mente que “no es posible
explicarla” algo que, según la acertada observación de Leibniz, muestra
que Descartes abandonó la defensa del Dualismo al final de su vida (Villaueva,
1977; Descartes 1999, Rivero, 2016)
Luego
de haber defendido un férreo y encendido dualismo
durante décadas, Descartes se dio por vencido delante de la Princesa
y daría la impresión que se retractó al final de su vida, o al menos no tuvo
más fuerzas para seguir defendiendo lo indefendible. A pesar de ello, una vez
muerto, sus seguidores validaron la
vigencia del dualismo cartesiano, y
sus derivaciones en el cuerpo como
máquina, concepto cuyo origen merece también una contextualización
histórica.
El
Cuerpo como Máquina
Las
representaciones cartesianas del Cuerpo como Máquina impulsada por pasiones
animales, tuvieron sus inicios, según Aguilar (2010) con el arribo de Descartes
a Holanda en 1628, mientras Harvey publicaba su Motu Cordis, en un ambiente de enorme efervescencia intelectual
(Buzzi, 2016)
Aguilar
cuestiona firmemente el Dualismo entre cuerpo y alma que inauguró Descartes. Recuerda que Harvey,
autor del trascendental descubrimiento sobre la circulación de la sangre, fruto
de una hipótesis explicativa, robustecida por argumentos
físico-matemáticos y dos pruebas experimentales concluyentes,
a diferencia de Descartes, mantenía
una concepción monista del cuerpo, siguiendo la tradición hipocrática.
Fue
en Holanda cuando Descartes,
escribió el Tratado del Hombre que
presenta al cuerpo humano como una máquina, plagiando
la teoría de Gómez Pereira. Describe
el mecanismo autómata como respuesta a estímulos externos que afectan las
terminaciones nerviosas, que, a su vez, desplazan las terminaciones centrales
para conducir el flujo de los espíritus
animales. Hay quienes consideran a Descartes fundador de la teoría del reflejo, cuando en realidad lo había
sido Gómez Pereira cien años antes.
¿Un
showman del siglo XVII?
Quizás
llegados hasta aquí, vale la pregunta ¿Cómo es que Descartes consiguió
instalarse y hacerse públicamente conocido presentando como propias teorías
publicadas por otros? Porque difundió
oralmente, y defendió con vehemencia y como parte de un espectáculo público, sus ideas
mecanicistas durante las disecciones que lo hicieron conocido, mientras
por otra parte mantenía fluida correspondencia con sus seguidores. Supo hacerse
conocido fuera de Francia, como un vehemente defensor de sus ideas ante
el público no especializado que literalmente pagaba entrada para verlo
realizar disecciones cadavéricas en los teatros anatómicos de Holanda. Muchos
de sus seguidores, adoptaron el modelo
mecánico del cuerpo a partir de entonces.
Aunque en tierras
extranjeras nadie lo alcanzara para cuestionarlo como plagiador serial de la
duda metódica, el automatismo animal, la teoría del reflejo condicionado y
jamás consiguió defender con argumentos lógicos la vinculación cuerpo-alma, me
parece que está bueno comenzar a reconocer las fuentes históricas para que el
espectáculo termine y baje el telón de una buena vez.
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