Buscar este blog

jueves, 15 de enero de 2015

Ëtica y Genética de los afectos. Apuntes de Neurociencias, por Vivina P. Salvetti


Advertencia para copiones distraídos:
Las ideas vertidas en este artículo fueron presentadas en las I Jornadas Internacionales de filosofías del cuerpo  en novienmbre del 2013 y previamente registradas como propias en octubre de 2013

De la Ética a la Genética de los afectos: 
    
 Apuntes de neurociencias



                                                          


Por Vivina Perla Salvetti [1]

Introducción:
Desde los orígenes de la filosofía nos llegan ecos sobre definiciones de lo humano que requieren dominar el caballo desbocado de las pasiones para arribar a un pensamiento genuinamente racional. Pero las pasiones se resisten a ser dominadas, negadas y mucho menos reprimidas y su abordaje quedó relegado al ámbito de los mitos, de los juglares y de la literatura en general.  Este abordaje polarizado entre emoción y cognición ha derramado ríos de tinta a través del tiempo, y la antropología no ha sido la excepción.
Partiendo de las dudas clara y tempranamente explicitadas por Durkheim y Mauss (1971) acerca del papel dominante del sentimiento en las clasificaciones primitivas, desde entonces y en movimiento pendular, nos topamos con abordajes antropológicos que en procura de dar cuenta de la especificidad humana se hallaron enmarcados ya fuera en los aspectos estrictamente racionales, o  lingüísticos, o sociales.  En los últimos años, y con el claro propósito de incorporar al debate filosófico y antropológico aquellos elementos experimentales en condiciones de responder  viejas preguntas que los paradigmas tradicionales no logran contestar, las Neurociencias de la Ética  ofrecen un bagaje que permite reflexionar acerca de cuestiones filosóficas tales como las diferencias entre el cerebro animal y la Mente humana, cuál es el factor objetivo que define la sensación del sí mismo –la naturaleza de la voluntad como motor de las acciones- o si el desarrollo de las particularidades del lenguaje humano responden a un origen genético o social. Entiendo que el avance de las neurociencias aporta datos sumamente relevantes para dirimir el clásico debate Piaget-Vigotsky.
 En las líneas que siguen se resumen los aportes que las neurociencias, centrando la atención en aquellos datos experimentales que vinculan emoción y cognición y dan cuenta sobre cómo aquellas marcas involuntarias que la experiencia deja en el cuerpo introducen una huella lo suficientemente profunda para determinar el tono de nuestras decisiones cotidianas.

En el principio fue la Imagen
Incorporar la percepción de las emociones como factor necesario en todo proceso cognitivo exitoso  requiere de su adecuada justificación a partir de los resultados obtenidos por el neurofisiólogo portugués Antonio Damasio.  Su teoría sitúa en las redes neuronales del organismo en su conjunto  la ontología de la mente humana, tras haber explorado qué es lo que permite a los organismos la sensación de sí mismos como sistema emocional germinal.  Uno de los aspectos más novedosos de la Teoría de Damasio consiste en su descripción de cómo el origen de la mente se halla vinculado con un “darse cuenta” de la propia capacidad individual de desplegar, recordar y organizar de modo voluntario las imágenes internas
Las neurociencias, al investigar el cerebro y sus funciones más íntimas interviene sobre  lo que se considera  la esencia humana  (sus pensamientos, emociones, decisiones y valores) propiciando la reciente  emergencia de la disciplina neuroética y sus derivaciones: la ética de las neurociencias (discute las técnicas manipulativas) y las neurociencias de la ética, ámbito propicio para las investigaciones de Damasio
Mente Humana, demasiado humana
Damasio ha desarrollado una compleja teoría emergentista y evolutiva de la Mente, que distingue y clasifica los organismos  de acuerdo al carácter voluntario de las imágenes perceptuales que emergen en todo organismo con cerebro.  Este autor distingue entre las imágenes perceptuales de carácter inmediato (visuales, auditivas u olfativas) que permiten a todos los organismos con cerebro adaptarse al medio natural, y las imágenes perceptuales de carácter diferido, características de la Mente humana, cuya especificidad reside en la capacidad para ordenar, clasificar e interpretar las imágenes perceptuales particulares. Este ejercicio voluntario permite además clasificar las imágenes del pasado (recuerdos) o del futuro (imaginación) donde el individuo las reconoce como tales

Imágenes ancladas en el cuerpo - Diferencias entre emoción y pensamiento
Esta teoría, que deriva el carácter diferido de las imágenes mentales condujo sin embargo al reconocimiento experimental  de las diferencias y semejanzas entre emoción y pensamiento A pesar de que en el habla cotidiana solemos referirnos a ambos términos de modo indistinto, Damasio define a la emoción como un proceso primario  y la distingue del sentimiento como  secundario, donde ambos se originan en diferentes regiones cerebrales.
 Para ello procede a diferenciar:
a)     Los cambios corporales con los que el cuerpo responde automáticamente mediante alteraciones en distintos parámetros funcionales (en el ritmo cardíaco, por ejemplo)  Se trata de situaciones del entorno que gatillan respuestas emocionales como el miedo o el júbilo (y que corresponden en los estudios por imágenes computarizadas con áreas de cerebro vinculadas con la  amígdala y el sistema límbico) Estas reacciones, que guardan similitudes con las reacciones adaptativas del resto de los animales, quedan circunscriptos con el término emoción.(ver figura 2)

b)    En cambio, a aquellos cambios corporales involuntarios (similares a los que surgen con la emoción) que sobrevienen al evocar voluntariamente ciertas imágenes  como el recuerdo de un amigo muerto, o anticipar un encuentro amoroso) y  corresponden en los estudios por imágenes con su emergencia en  las redes de la corteza prefrontal,  lo denomina sentimiento.  [2] (Ver figura 3)
 
Esta diferencia entre emoción y sentimiento le permite a Damasio proponer su concepto de “Marcador Somático” que remite al registro emocional que condiciona nuestras decisiones cotidianas, ya como señal de alarma, o como estímulo para seguir adelante.

Marcador Somático. Percepción cognitiva de las emociones
Una vez demostrada la diferencia entre el sustrato de las imágenes y la colección de representaciones organizadas en distintas capas corticales, Damasio presenta su concepto de Marcador Somático para fundamentar que en toda decisión exitosa está involucrada la memoria de las experiencias vividas.  Mientras que desde los albores de la filosofía clásica se ha venido sosteniendo la necesidad de dominar las pasiones desbocadas, reflexiones que incluyen una moral kantiana derivada de un análisis lógico y racional que excluye toda emoción, la propuesta de Damasio considera la validez cognitiva del registro emocional de la experiencia en la toma de decisiones vitales Para esto, Damasio procede a distinguir cómo las experiencias vividas o aprendidas socialmente inciden al momento de elegir mediante dos registros diferenciados:
a)      Marcadores somáticos negativos: Funcionan como señal de alarma. Definen sentimientos viscerales displacenteros que surgen de modo involuntario al recordar ciertas experiencias. Se trata de emociones que se han conectado mediante el aprendizaje con ciertas consecuencias negativas predecibles y derivan por lo general en conductas evitativas.
b)    Marcadores somáticos positivos: Constituyen el motor vital de nuestras acciones,  y definen crucialmente todo cambio social reconoce al registro visceral de emociones agradables como definitorio al momento de planear cualquier acción colectiva. Su efectividad emerge cuando el grupo articula la recuperación visceral de emociones del pasado  y logra vincularlas con sensaciones físicas de júbilo,  alegría o sosiego, cuando planeamos un escenario posible. Este concepto le permite a Damasio dar cuenta entonces que el esquivo fenómeno conocido como “fuerza de voluntad”  no sería otra cosa que la disposición a postergar la gratificación momentánea para obtener algún beneficio futuro: [3]

El hallazgo experimental de Damasio, como factor objetivo que define la validez cognitiva del registro emocional, se presenta como una eficaz herramienta que permite a la antropología  describir sistémicamente el pasaje de la acción individual a la colectiva, así como aquellos factores históricos que definen ya fuera la continuidad  ya fuera el cambio como factor crucial de toda acción grupal.

Esquemas: la Mente interpreta a la mente
Esta diferencia entre imágenes emocionales inmediatas y la capacidad de la corteza frontal para  organizarlas y clasificarlas de modo dinámico,  permite entender no solo el concepto olvidado de Esquemas, sino la influencia del entorno social en la modificación dinámica de los esquemas mencionados. Según lo propone Frederik Barlett,  en su texto “Remembering” del año 1932, hay que deshacerse de la idea de que la Memoria es literalmente reduplicativa, sino una construcción subjetiva. Barlett demostró experimentalmente que el recuerdo se ve afectado por las experiencias vividas, donde el pasado incide de manera significativa en los procesos perceptivos, y es lo que hace posible que una persona reconozca una situación y actúe de una manera que resulte adecuada a ésta. Denominó “Esquema mental” a estas estructuras secundarias  dinámicas compuestas por sesgos, racionalizaciones, y cambios en el modo de interpretar las experiencias que tienen tanto origen personal como social (Barlett 1995: 199-205).  Las Neurociencias han corroborado que la actividad interrelacionada de diferentes Esquemas mentales[4]  de carácter especializado permite interpretar, organizar y clasificar en el presente las Imágenes mentales de las experiencias percibidas en el ambiente natural y cultural. (Dalgleish y Power 2000).

Vigotsky, pensamiento y lenguaje
Estos  aportes de las neurociencias que establecen una continuidad evolutiva del cerebro humano con los animales tocante a la emergencia de imágenes perceptuales inmediatas localizadas en el sistema límbico,  donde la especificidad humana está dada por la facultad de la corteza frontal para clasificar, ordenar e interpretar las imágenes mediante distintos esquemas mentales, constituyen un respaldo para las propuestas realizadas por Leo Vigotsky  décadas atrás. Vigotsky  sostenía que el pensamiento y el lenguaje tenían raíces genéticas diferentes, pero que se desarrollan en continua influencia recíproca.[5] Pero lo más relevante del carácter adquirido del lenguaje tiene que ver con su origen social. (Vigotsky 1934) Su definición de pensamiento guarda correspondencia con la moderna descripción de imágenes perceptuales que cada individuo reconoce como propias, mientras que el lenguaje hablado conformaría un Esquema dinámico que interactúa con el entorno social.
El Lenguaje (oral), al igual que distintas manifestaciones del Arte, y técnicas como la Escritura o el Cálculo Matemático, todos son considerados por Vigotsky como creaciones sociales, o como se diría hoy, conforman Esquemas cognitivos independientes pero interrelacionados entre sí,  que mediatizan entre el grupo social y el individuo,  para ordenar, clasificar  e interpretar las imágenes perceptuales del proceso primario.
Vigotsky acuñó el término “herramientas psicológicas” para definir estas creaciones sociales que: “están dirigidas al dominio de los procesos psíquicos…La inclusión del instrumento en los procesos de comportamiento, recrea y reconstruye por completo toda la estructura de la conducta”.  Esta continua influencia recíproca entre los distintos esquemas mentales anticipada por Vigotsky cuenta con  fuerte respaldo experimental proveniente de datos  recientes. (Vigotsky 1931 y 1970, Dalgleish y Power 2000)       
A continuación, (fig.3) sintetizo las principales diferencias entre el abordaje filosófico de Piaget y la propuesta socio-histórica de Vigotsky, respaldada por las neurociencias:             

La noción de Esquemas cognitivos que interactúan dinámicamente entre sí con el propósito de mediatizar entre las imágenes perceptuales y el entorno, admite a su vez la incorporación válida de las emociones y sentimientos como el factor diferencial que contribuye a cambios observables  en los mencionados esquemas.[6]  La articulación sistémica de estos conceptos se presenta como un poderoso operador teórico para dar cuenta de fenómenos sociales tradicionalmente abordados por la Antropología.  

En busca de Spinoza: Ética y Genética de los afectos
Damasio no solo discute el supuesto que sostiene que  actos humanos como razonar y decidir derivan su eficiencia de una capacidad deductiva y matemática que deja fuera toda emoción.[7]  Como contrapartida, ha tomado conceptos de la “Etica de los Afectos” de Spinoza [8] (1980) que permiten ser reformulados a la luz de los avances de las neurociencias, como por ejemplo:
Bueno es lo que con certeza nos es útil (Definición I, parte IV) Una pasión es vencida por otra pasión y no por la Razón a secas. Un afecto no puede ser suprimido sino por medio de otro afecto contrario y más fuerte” (Proposición VII, parte IV)
Es por todos conocido que reprimir las pasiones dañinas muchas veces desemboca en lo que se conoce como “escalada” de violencia  para lo cual Spinoza propone un camino opuesto al tradicional derrotero represivo, en una apuesta tomada por Damasio.  Aceptando los riesgos de parecer ingenuo, Damasio realiza una propuesta social de carácter preventivo pasible de generar grandes cambios con el tiempo. En lugar de reprimir las pasiones, o de expresarse racionalmente sobre ellas, (algo que evidentemente ha fracasado históricamente) Damasio propone aplicar la ley de Connatus [9] para tratar de cultivar y fomentar en nosotros mismos y en otros aquellos comportamientos y conductas que nos produzcan el placer que proviene por estar cuidando de nosotros mismos y del entorno que nos rodea. La Razón debe estar al servicio de esa búsqueda de afectos, capaces de producir cambios a largo plazo, por efectos de lo que se conoce hoy como retroalimentación positiva. [10]
Aprender a disfrutar del arte, de una buena comida, de cuidar de sí mismo y del  entorno, conforman pequeños cambios iniciales pasibles de retroalimentar una transformación social más amplia. (Damasio 2005) Esta propuesta filosófica permite vincularse con aquella otra de valerse del Arte o  la Escritura como “herramientas psicológicas” que según palabras de Vigotsky, “recrea y reconstruye toda la estructura del comportamiento humano”[11] (Vigotsky 1931:56)

Conclusiones
Esta breve presentación de las posibilidades que brinda la incorporación de conceptos del neurólogo Antonio Damasio tuvo como objetivo integrarlos con las nociones que fueran elaboradas por autores clásicos como Frederick Barlett y Leo Vigotsky, cuya riqueza conceptual se materializa al incorporarlos en el análisis social y observar  los efectos que producen en el campo de los comportamientos. Conceptos como el de Marcador Somático positivo de Damasio, entendido como factor de restructuración de los Esquemas cognitivos interdependientes (concepto derivado de las ideas de Barlett y Vigotsky) se  presentan como excelentes operadores teóricos. La integración de estos conceptos  en un modelo sistémico ofrece un bagaje de gran riqueza operativa para  dar cuenta de los esquivos puntos de continuidad y cambio  característicos de toda dinámica cultural. La mirada antropológica  puesta en lo social, se enriquece así con el análisis que fluye entre la ética de los afectos y su genética, donde los aspectos neurológicos de la moral, lejos de abordarse con aséptico aislamiento, son integrados con y desde las pasiones más elevadas.                                                                
Bibliografía
-Barlett, Frederic (1995) Remembering”. Cambridge University Press
-Chust, José Vicente Mestre. “El Imperativo Categórico Kantiano. La mayoría de edad de la humanidad” (2009) y “Los Fundamentos de la Moral” (2011). Ambos disponibles en  www.suite101.net
-Dalgleish Tim y Power Mick (2000) Handbook of Cognition and Emotion. Editado por John Wiley & Sonjs. England
-Durkheim E y Mauss M. (1971) “De ciertas formas primitivas de Clasificación” En: Instituciones y Culto. Obras II.  Barral Editores, Barcelona
-Damasio, Antonio (1999) El error de Descartes. La razón de las emociones. Editorial Andrés Bello. Santiago de Chile
------------------------ (2005) En Busca de Spinoza: neurobiología de la emoción y los sentimientos. Ed Crítica. Barcelona
Salvetti, Vivina Perla (2013) “Abordaje sistémico sobre emergencia de la Memoria en contextos de inclusión social: cambios cognitivos observables en la localidad de Puelches (provincia de La Pampa)” Tesis de Licenciatura en Ciencias Antropológicas. FFyL
Spinoza, Baruch de (1980)  Etica demostrada según el orden geométrico. Ediciones Orbis Hyspamérica.
Vigotsky, Leo (1970) Psicología del Arte. Barcelona, Barral
------------------ (1934) Pensamiento y Lenguaje. Obras Escogidas, tomo II. Academia de Ciencias pedagógicas de la URSS
------------------- (1931) Historia del desarrollo de las funciones psíquicas superiores. En Obras Escogidas, tomo III. Academia de ciencias pedagógicas de la URSS
Nota Final: El diseño de las intervenciones sobre los gráficos incluidos me pertenece.





[1] Licenciada en Ciencias Antropológicas por la Facultad de Filosofía y Letras (UBA) visalvetti@gmail.com

[2] Damasio refiere que en pacientes con daño prefrontal se hallan deteriorado los procesos secundarios, aunque respondan ante una situación de estrés con una emoción primaria. En cambio, pacientes con daño en la amígdala, sufren incapacidad para expresar emociones de forma tanto primaria como secundaria.
[3] Damasio tuvo largas oportunidades de observar los cambios que se producían en individuos  que padecieron de daño prefrontal, ya fuera por un tumor o algún accidente: muchos de ellos, que llevaban hasta allí una vida de familia y de trabajo estable, comenzaron a evidenciar una conducta que no solo procuraba la gratificación momentánea, sino también sin medir las consecuencias morales de sus decisiones. Sus investigaciones  demuestran que el “motor de las acciones” que Kant  argumentó como sustento del “Imperativo Categórico” jamás puede ser exclusivamente frío, deductivo y racional, sino que depende, como condición necesaria de los procesos secundarios de percepción cognitiva de las emociones (Chust 2009 y 2011)
[4] Tal concepto de Esquema guarda correspondencia con el concepto experimental  de “Redes Neuronales”
[5] Esto generó un acalorado debate con Piaget, quien sostenía al lenguaje como  capacidad innata en los humanos, cuyo desarrollo va unido genéticamente al del pensamiento, cuando lo innato es la estructura anatómica para el desarrollo del lenguaje articulado.  Para Vigotsky, el lenguaje articulado (que expresa continuidad evolutiva con el modo de comunicarse del resto de los animales) es incorporado socialmente, propuesta  respaldada por los actuales datos experimentales.
[6] Los cambios producidos en una Comunidad luego de la puesta en común de emociones vinculadas a un espacio, fueron descriptos en mi tesis de Licenciatura (Salvetti 2013) En la misma presento un modelo sistémico que justifica cambios iniciales en el mapa cognitivo que retroalimentaron transformaciones visibles  en el desarrollo sustentable del lugar.
[7] Sus investigaciones clínicas demostraron experimentalmente que una postura racionalista que deja fuera las pasiones se halla vinculada a individuos (y sociedades) con desastrosos derroteros de fracaso.
[8] Damasio como neurólogo focaliza su análisis en los vínculos entre el cuerpo y la “ética de los afectos”, quedando fuera de su pertinencia el análisis sobre aspectos controversiales de la Metafísica del filósofo.
[9] El filósofo define la Ley del Connatus según la cual “las acciones buenas operan una composición de las relaciones” y “producen alegría”. En cambio “las acciones malas operan una descomposición directa de las relaciones” y no  pueden sino “producir tristezas” a largo plazo, en un proceso de retroalimentación a nivel de los neurotransmisores que ha sido largamente corroborado por las neurociencias. (Spinoza 1980)
[10] La influencia social en el fomento de emociones como la ansiedad o el pánico, ha sido objeto de estudio por parte de las neurociencias (Dalgleish  y Power2000)
[11] El valor práctico del Arte (la música o la Pintura) o de la Escritura como  herramientas de alto valor terapéutico excede los objetivos de este trabajo.




No hay comentarios:

Publicar un comentario