Hola amigos.
Como ustedes saben, hace tiempo que vengo haciendo lecturas sobre Lev Vigotsky,
al que considero un investigador ejemplar y fascinante.
Entre los
lugares comunes que descubrí durante tales lecturas, tuve oportunidad de leer
repetidas veces que “Vigotsky no nos legó ninguna Teoría”. Los problemas
historiográficos que afrontaron sus biógrafos e investigadores de su magna
obra, y un breve análisis de algunos de sus textos fundantes están actualmente
en prensa. No obstante, mientras tanto quiero compartir con ustedes algunas
reflexiones.
Por ejemplo,
quisiera aprovechar esta oportunidad para invitarlos a realizar lecturas directas de muchas de sus
obras disponibles, basados en la enorme cantidad de trabajos reunidos y
revisados personalmente por Vigotsky mientras estaba siendo fuertemente
cuestionado por las purgas stalinistas, y que ofrecen un panorama bastante
claro de sus ejes y propuestas.
Problemas historiográficos
Recuerdo que
hace muchos años, cuando comencé a leer sobre la vida de Lev Vigotsky me llamó la atención fue conocido que muchos años
después de su muerte en 1934, por la calidad y enorme cantidad de sus trabajos
experimentales de avanzada, como para
que lo calificaran como “el Mozart de la Psicología”,
Sin embargo,
muchos trabajos escritos por académicos locales que tuve oportunidad de leer
sobre su teoría, me resultaban bastante confusos. Hasta que se me ocurrió
abordar directamente sus Obras Escogidas
que están publicadas y libres para descarga gratuita por Internet.
Como me viene
pasando, la lectura directa de los trabajos de Vigotsky no me defraudó, aunque
fue inevitable preguntarme por qué razón muchos autores se limitan a citar a
otros comentaristas, en lugar de leer y citar directamente a Vigotsky.
¿Por qué hay
tanta confusión sobre su obra? Con esta pregunta en mente, comencé a leer
durante el último año todo lo que pude de su pluma prolífica, y al hacerlo me pareció
comprender las oscuras razones para el desconocimiento de sus principales
aportes.
En Argentina,
por fortuna, el Grupo de investigación de Adriana Sulle, investigadora del
Conicet, viene realizando desde hace una década un trabajo estupendo de
investigación historiográfica sobre Vigotsky. Abordar sus avances, también
disponibles con acceso abierto en la web, me permitieron comprender las
dificultades que impidieron, en principio, algo tan elemental como reunir
ordenadamente buena parte de sus obras
escritas, ya fuera que hubiesen sido publicadas en Rusia oportunamente o no.
Vigotsky comenzó
a ser difundido inicialmente en los EEUU, durante la década de 1950, muchos años
después de su muerte. Sin embargo, algunos investigadores actuales, advierten
que fue interpretado entonces de un modo fragmentado y con un sentido bastante
alejado de los términos originales.
Además, sus
biógrafos e historiadores, vienen descubriendo en los últimos años, que su
prolífica tarea como psicólogo experimental solo representa la punta visible de
un iceberg, donde permanecían ocultos hasta hace poco, sus intereses juveniles
vinculados con la Docencia, el Arte y la Cultura en tanto elementos que pueden
liberar y transformar al ser humano. Estos intereses emergen materializados en
otros muchos documentos que estuvieron ocultos a la vista de occidente durante
décadas.
Sin dudas a
nuestro querido investigador le tocó vivir una época convulsionada, ya que
cursó sus estudios Universitarios durante las revueltas contra el zar, y poco
después de recibirse, estalló la Revolución de octubre de 1917. La Guerra Civil
lo encontró trabajando febrilmente como Docente y Pedagogo en la ciudad de
Gomel, donde uno tras otro sus historiadores van descubriendo informes,
certificados y registros de su labor
como activo Promotor Cultural.
Como dicen
sus biógrafos, fue un hombre con fuertes intereses vinculados con el Arte, la
Docencia y la Psicología, y cada uno de tales intereses permaneció pujando
entre sí hasta el final, para dotar de identidad y vitalidad su personalidad
científica.
Así que, por
un lado, tenemos una difusión temprana de información que poco tiene que ver
con las ideas originales de su autor. También tenemos escritos y publicaciones
vigotskianas que se creían perdidas y fueron difundidas gradualmente. Y
cuando psiconeurólogos rusos son
entrevistados sobre sus aportes, señalan que Vigotsky no dejó una teoría
escrita formal que resuma sus avances.
Por ejemplo, en sus Obras Escogidas publicadas recién a partir de 1982, nos enteramos
que los
psicólogos soviéticos Mijail Yaroshevski
y G. S Gurguenidze, afirman lo
siguiente:
“Vigotsky no ha creado un sistema psicológico más o menos acabado. Durante sus intensas búsquedas, generaba ininterrumpidamente nuevas y nuevas
ideas, abandonaba sin compasión unas, planteando otras, cambiando incluso a veces la trayectoria de
su pensamiento. Cabría considerarle como la figura más inquieta de la
psicología soviética. Y todavía hoy
sentimos la fructífera influencia de su inquietud” (“Epílogo” Obras escogidas.
Tomo I, cursivas añadidas)”
Tengamos en cuenta esto mientras seguimos pensando juntos sobre el
legado de Vigotsky.
Otros especialistas rusos entrevistados, lamentan el poco interés
por parte de la Academia de Ciencias local para publicar y difundir los
documentos personales que custodia su hija, los informes clínicos de sus
consultas en Psiconeurología, mientras los organismos oficiales se muestran
poco dispuestos a organizar el abundante Archivo que todavía conservaba Luria
de sus investigaciones en conjunto, poco antes de la muerte de Vigotsky.
Por eso, no extraña que la Dra. Tatiana Akhutina, cuya Tesis
doctoral fue dirigida por el mismo Luria, lamente que Vigotsky no nos haya
legado una teoría escrita formal. (Akhutina 2002)
Sabemos bastante bien que Vigotsky realizó sus investigaciones en
Salud Mental entre 1924 y 1934 en medio de la censura y sospecha stalinista de
cualquier ideología que hiciese peligrar su hegemonía. Por tanto, Vigotsky se
vio obligado a realizar sus investigaciones mientras sorteaba sospechas de
traición a la ideología dominante. Aunque no hay registros que haya sido
detenido alguna vez, también sabemos que muchos de sus colaboradores fueron
condenados a muerte por las purgas stalinistas.
A partir de 1931, se agudizaron las críticas contra su propuesta
teórica, en un ambiente intelectual caldeado por discusiones retóricas. Podemos acceder en
sus Cuadernos de Notas personales, recientemente publicado, a un borrador escrito de su Declaración al Director del Instituto
Estatal de Pedagogía de Leningrado, donde Vigotski responde a las acusaciones
del aparato estalinista. El borrador escrito de su puño y letra, ofrece una
idea del tipo de campaña que se cernía sobre su obra, y cómo pensaba defenderse:
“…me he enterado
que los supuestos teóricos de los que parto en mi trabajo han sido calificados
de ‘teoría idealista y burguesa’ y ‘concepción antimarxista’ […] esa decisión
ha sido tomada por la comisión de purga sin un análisis previo y profundo de mi
teoría […] supongo que las acusaciones
en contra de mi teoría están fundadas en un malentendido
y no se corresponden con la realidad….Siempre he considerado que mi trabajo está dentro del sistema de la
ciencia soviética, no fuera de ella… Subjetivamente he interpretado mi
trabajo como parte activa en la construcción
de una psicología marxista” (Vigotsky, 2022: 473, cursivas añadidas)
Cada una de estas
dificultades representan un contexto que hacen bastante difícil inferir algún
tipo de autocensura por parte de Vigotsky para legarnos una teoría escrita,
cuando observamos que al mismo tiempo que se agudizaban las críticas contra sus
trabajos, él mismo comenzó a reunir en 1931 los que consideraba sus trabajos
más importantes, aquellos que representaban sus ejes de investigación, lo que
hace que cada uno de los Tomos de sus Obras
Escogidas, (recién publicadas cincuenta años después de su muerte)
resulten luminosos pese a toda la
censura y proscripción que fueron objeto.
Insisto que una
lectura directa de los Tomos de sus Obras
Escogidas es francamente insustituible. Y al menos para mí, resultó
enormemente clarificadora. Luego de la lectura de los primeros Cuatro tomos de
las Obras escogidas, me dediqué a
leer otros textos suyos recientemente publicados, como su novedosa Tesis sobre Psicología del Arte, que se creyó
perdida durante décadas, su Teoría de las
Emociones, o su ensayo sobre La
imaginación y el Arte en la infancia.
Me permito inferir
que, si acaso Vigotsky no nos legó una teoría escrita, fue porque desde su
mirada personal él consideraba a la Ciencia un continuo work in progress, cuyas ideas son discutidas y alcanzan consenso en
la base social y porque, a diferencia de la religión y otras ideologías
totalitarias, se caracteriza porque siempre avanza en consenso y no se detiene
a discutir el sentido de dogmas y frases escritas, algo bastante común en los
ámbitos académicos.
En 1930,
percibimos que Vigostky, a pesar de hallarse concluyendo su especialización
como Neuropsicólogo en la Facultad de Medicina, seguía sin presentar por
escrito una teoría escrita que ofrezca el marco académico l para
investigaciones futuras.
Resultaba
llamativo para muchos que no lo hiciera. Sin embargo, muchos de sus discípulos
recuerdan la claridad conceptual y el dinamismo de Vigotsky mientras dirigía el
Equipo de investigación. Sabía muy bien que una Psicología, si ha de ser
marxista, emerge sobre la base de
relaciones sociales para investigación, nunca de la lectura aislada de
dogmas escritos.
Dicen que
Vigotsky no nos dejó teoría alguna.
Mientras
decenas de sus trabajos publicados sobre diferentes temas sintetizan su legado,
con carácter abierto y disponible para quienes quieran tomarse la molestia de leerlos.
Referencias:
AKHUTINA,
Tatiana (2002) “L. S. Vigotsky y A. R. Luria: la formación de la
neuropsicología” Revista Española de
Neuropsicología 4:2-3: 108-120.
VIGOTSKY, Lev
(1934/1982) Obras escogidas. Tomos I al
IV. Moscú: Academia Pedagógica de la URRS