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domingo, 13 de septiembre de 2015

¿Migrantes o Refugiados? por Vivina Perla Salvetti



En la entrada de hoy, comparto una breve reflexión respecto al candente tema de las migraciones masivas. Como siempre resultan útiles las clasificaciones conceptuales a la que los antropólogos somos tan afectos, me parece que vale la pena diferenciar entre los distintos sentidos que esconde el  concepto general de migración humana.

La migración humana en busca de recursos remite a una experiencia que acompaña a los humanos desde sus orígenes como especie y motivó la población de distintos continentes en busca de algo tan básico como refugio y comida. 


Ese deseo inicial  hoy día a su vez permite diferenciar entre quienes procuran un sustento básico que no consiguen en su localidad y quienes viajan a otro país  en procura de progreso legítimo en su profesión.


Por otra parte, la migración en busca de refugio para huir de la guerra o la persecución por motivos étnicos o religiosos, tampoco constituye un fenómeno nuevo. 
Argentina y otros países de América Latina se enorgullecen de su larga tradición para recibir a ciudadanos de diferentes nacionalidades. Mientras se constituía como Estado, la Argentina aceptó el ingreso de un contingente de galeses que solicitaron ingreso como resultado de persecución religiosa para asentarse en la Patagonia, arribando efectivamente durante el año 1865. También existen registros formales  del ingreso en América de dos millones de rusos judíos entre 1880 y 1920 con motivo de los pogroms,  palabra que en ruso significa “devastación” e identifica el linchamiento de un grupo por diferentes motivos que siempre va acompañado del expolio de sus bienes.  
Parece que hace falta recordar que los recientes contingentes desesperados por sobrevivir al conflicto en Medio Oriente si se les diera a elegir, permanecerían en sus casas, sus trabajos, cerca de su familia y afectos, y que se movilizan porque simplemente quieren sobrevivir los estragos causados por los mismos gobiernos que no quieren proporcionarles refugio. Por fortuna, la presión internacional finalmente movilizó al menos el reconocimiento del status de Refugiado, no de simples migrantes que buscan sacarles el trabajo a los europeos. 

Para reflexionar respecto de grupos migratorios al interior de África, los invito a conseguir la película Yo, un negro  realizada en 1958 por el antropólogo Jean Rouch, que describe las ilusiones y  anhelos de un grupo de amigos que migran a la capital en busca de trabajo.

El siguiente sitio ofrece una breve reseña para lectores con poco tiempo o quienes no logren acceder a la peli



Más sobre Jean Rouch en mi entrada:


Sólo el tiempo dirá cómo se resuelve el flujo de miles y miles de personas que huyen con desesperación de una muerte anunciada.

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