Hola amigos.
En esta oportunidad los invitamos a conocer un poco más que el papel el Naturalista y Antropólogo Alfred Haddon tuvo en el impulso de la profesionalización de la Antropología, para lo cual debemos adentrarnos un poco más en el clima intelectual de la época.
Alfred Haddon y el Clima intelectual de 1898
Con el
propósito de reflexionar sobre la pertinencia y contribución de modelos
visuales para el análisis antropológico, recordaremos cómo las particularidades
de la toma y registro de los datos desarrollada durante la Expedición de 1898,
facilitó el descubrimiento de nuevas perspectivas en Antropología.
Muchos
consideran que la Expedición Antropológica de Cambridge al Estrecho de Torres,
dio el fundamental puntapié inicial hacia el trabajo de campo [1] como
marca registrada de todo antropólogo profesional.
Antes de eso, los
Estudios antropológicos consistían en una suerte de especialización en
Etnografía, abierta a todas las profesiones. Por ello, toda una generación de
protoantropólogos abogados, como
Maine, Morgan, Bachofen y Tylor, habían dejado huellas profundas en el estudio de las formas de familia y propiedad
de los diferentes pueblos. [2] Sin
embargo, en un clima intelectual marcado por los avances científicos,[3] la
generación que forjó la transición de una antropología de gabinete a una antropología fundamentada en el trabajo de
campo, fueron principalmente naturalistas
y médicos.[4] (Palerm,
1974; Korsbaek, 2014)
La Expedición
Antropológica de Cambridge al Estrecho de Torres, fue producto de la pasión del
naturalista Alfred Haddon (1855-1940) quien la organizó y al regreso se encargó
personalmente de la publicación de los datos obtenidos desde 1901 hasta 1935,
poco antes de su muerte. (Haddon et al, 1901-1935) Como naturalista antropólogo,
había realizado previamente una expedición al Estrecho de Torres en 1888, y a
su regreso, se empeñó en impulsar un proyecto multidisciplinario que fundara la antropología profesional en su
más amplio sentido. Con mucha paciencia, logró convencer a otros
investigadores provenientes del ámbito de la zoología, medicina, psicología,
musicología, lingüística y fotografía para autofinanciar la expedición: William
H.R Rivers, William McDougall, Charles Myers, Chris Selignam, S. Ray y A.
Wilkin.
El objetivo general que Haddon tenía en mente como alma mater de la mítica expedición,
consistía en estudiar científicamente las
características particulares y universales de la percepción y memoria nativa.
El cuidado en
la selección y diseño de los elementos que permitieran obtener el registro más
fidedigno posible de la geografía humana, sumió a sus miembros en el desarrollo
de métodos avanzados de registro. Haddon, quien en su primer viaje de 1888 había
nutrido sus diarios con abundantes dibujos naturalistas, (Figura 2) recurrió al
recién inventado cinematógrafo y grabaciones en cera de voces locales además de
la fotografía, para registrar fielmente a los nativos, actuando como pionero en
la orientación visual en antropología. [5]
William Rivers, (1864-1922) otro de los pujantes innovadores en antropología,
fue desarrollando sobre terreno un método original de registro de datos
genealógicos y perceptivos, fácilmente accesibles con la ayuda de un traductor,
que representa los inicios de una Antropología
de las Percepciones que definen la construcción de la realidad cotidiana.
Sobre las
posibilidades del método genealógico en Antropología [6]
Rivers publicó lo siguiente:
“Otros ámbitos que permiten la aplicación del método genealógico, introducen
el estudio de los muchos problemas que,
aunque fundamentalmente biológicos, siguen teniendo gran importancia
sociológica…La combinación de la medición física[7]
con el uso del método genealógico proporciona
una masa de materiales para el estudio de los problemas de la herencia
(genética)… El método hace posible resolver de manera muy completa la forma de
herencia de condiciones como el daltonismo y el albinismo, que se presentan en
distintas proporciones en la mayor parte del mundo.” (Rivers, 1910; cursivas y
paréntesis añadidos)[8]
La novedad propuesta por Rivers
consistió en la presentación de un esquema general que disponía de casilleros en blanco para disponer de
modo multilineal los vínculos de parentesco. [9]
Además, cada casillero permitía añadir junto con los datos de filiación los
datos de la percepción de cada individuo. (Figura 3a). El método fue presentado
como una herramienta para asentar ordenadamente la enorme masa de datos
obtenidos con una economía de recursos que se alejaba de la farragosa
descripción discursiva en notas de campo. Estaba claro para los integrantes de
la Expedición, que los datos merecían su análisis posterior, como corresponde
con toda descripción etnográfica.
El desarrollo “in situ” del
método, permitió que Rivers y sus auxiliares establecieran con posterioridad,
regularidades y relaciones entre los grupos nativos que siquiera imaginaban al
principio de la Expedición. Los datos primarios obtenidos sobre vínculos de parentesco, percepción y memoria
nativa permiten resumirse de la siguiente forma:
-Los nativos contaban con una memoria de carácter robusto para recitar
genealogías complicadas.
-Se observó que el sentido del
tacto nativo era el doble de sutil que el europeo, mientras la sensibilidad
ante el dolor apenas llegaba a la mitad.
–Se comprobó que la agudeza visual de los nativos era
idéntica a la de los europeos, luego de invitarlos a participar en diferentes
pruebas experimentales.
-La susceptibilidad ante las
ilusiones ópticas y la discriminación y
cromática, fue evaluada mediante el uso de diferentes tarjetas de colores
de Rothe.
-El registro de
percepción de colores más acotado lo presentaba el pueblo de Seven Rivers, con términos
para rojo, blanco y negro. Le seguían los Kiwai, con términos para el rojo,
amarillo y quizá verde. Finalmente, los isleños de Murray ofrecían términos para
describir el rojo, amarillo y verde, y un término prestado para azul.
De regreso a Cambridge,
analizar las regularidades en la disposición visual de los elementos
registrados según el método genealógico de Rivers, permitió a los miembros de
la expedición concluir que las percepciones visuales de cada grupo nativo se
movían en un continuum lumínico que
avanzaba de las longitudes de onda larga a las cortas. Esto es: de percibir y
elaborar términos propios para el rojo, el negro y el blanco, se avanza para
percibir el amarillo, el verde y finalmente el azul. Nunca en orden inverso, todo un hallazgo para la época. (Haddon et al, 1901; Reynoso, 2004)
El Grupo descubrió, además,
que las percepciones visuales a las que cada miembro prestaba atención,
dependían de la cultura y necesidades adaptativas de cada grupo. Estas
formidables conclusiones, olvidadas en los sótanos de Cambridge, se anticiparon
por décadas a estudios publicados en 1969 (Haddon et al, 1901; Berlin &
Kay, 1969) Lamentablemente, representaban hallazgos que chocaban con el
paradigma sobre la superioridad europea de entonces, y fueron fuertemente
cuestionados, al igual que la aplicación del método genealógico para realizar
inferencias sobre el carácter determinante de las percepciones en la cultura,
la memoria y conducta adaptativa local. [10]
Recordamos que la expedición había sido marcada en
sus inicios por un fuerte rasgo positivista (no hay que perder de vista que el
propósito original que Haddon tenía en mente era la organización de un equipo
interdisciplinar para la recolección científica de datos “in situ”). Lo cierto
es que la experiencia sobre terreno fue transformando a sus participantes
dejando al descubierto casi todos los temas que posteriormente dominarían en
las décadas por venir los objetivos antropológicos, mientras marcaba el
comienzo de la relevancia del trabajo de campo en la academia británica. Con
respecto a las percepciones de los investigadores miembros de la expedición,
Reynoso concluye:
“Las prolijas
observaciones y los cuidadosos diseños estratégicos llevados a cabo en ese
estudio todavía modélico, contribuyeron a desacreditar
la leyenda de la superioridad sensorial del salvaje, correlativa, desde
luego y a título de justa compensación, de su ostensible inferioridad
intelectual… Después de divulgados los resultados de la investigación … los nativos dejaron de ser individuos
cercanos a la naturaleza y la vida animal y mostraron una forma de
adaptación a su entorno que no podía llamarse sino inteligente” (Reynoso
1993:18; cursivas añadidas)
Estaba claro que, en
cada miembro de la expedición, la experiencia vivida había transformado
profundamente cualquier supuesto previo sobre la superioridad intelectual del
hombre europeo. Pero también era cierto que las regularidades observadas sobre
percepción y memoria nativa, derivadas de una metodología novedosa, chocaban de
frente con el paradigma de la superioridad europea, por cuanto tal paradigma
resultaba funcional a procesos de explotación imperial de recursos coloniales.
Quizás por eso, no
debiera extrañar que los avances realizados respecto del carácter adaptativo de las percepciones nativas, quedaran
cajoneados y relegados en los archivos de Cambridge, pese a los esfuerzos de
Haddon y Rivers para sistematizarlos, donar archivos enteros para consulta e
investigación (Figura X) o invitar a otros científicos de Cambridge a
contrastar experimentalmente los datos obtenidos durante la Expedición. [11]
La aplicación del método
genealógico [12] en pocos años quedó
limitada al registro de vínculos de
parentesco como regulador de las relaciones sociales, políticas y
religiosas de los pueblos nativos que siguió caracterizando la antropología
británica. Discípulos de Rivers diseñaron con posterioridad símbolos neutros
para sustituir los casilleros originales que ubicaban “nombres concretos”
(Figura 3b; Rivers, 1906: 11 y 12). De este modo, un método objetivo para registro subjetivo con perspectivas
multidimensionales de análisis tan promisorias en principio, quedo finalmente
restringido a mero cuadro sinóptico de la genealogía local.
Como consecuencia de este “pecado de origen”
en la antropología británica, hasta el día de hoy, cualquier metodología que
organice datos transdisciplinares de modo multidimensional, suele generar
sospechas entre los amantes de la observación participante en territorios
lejanos, [13] para
quienes un antropólogo se define básicamente
por la producción de Etnografías a partir de Notas de campo, cuyos datos
han sido cuidadosamente registrados en la libreta correspondiente y luego
vertidos con lógica lineal en un texto escrito (Stocking, 1993) [14]
Mientras tanto, en el ámbito
local, la milenaria tradición que prioriza el Trivium y excluye el Quadrivium
en Ciencias Sociales, expresaba su continuidad, y muchos de quienes ingresamos
a la carrera de Ciencias Antropológicas en la Facultad de Filosofía y Letras
(UBA), aprendimos en principio a familiarizarnos con los métodos cualitativos y
las etnografías clásicas. Sin embargo, unos pocos, en algún momento de la
carrera, hemos respondido al desafío de salvar el abismo entre “las dos
culturas” de Snow, mediante sostener que los mismos datos de campo constituyen el material básico para elaborar tanto un texto
etnográfico como un modelado que organice con determinada jerarquía
visual términos provenientes de diferentes disciplinas. Consideramos que
tanto uno como otro resultan válidos en Antropología en la medida que permitan
la integración de los datos obtenidos, en procura de su posterior análisis cualitativo
y a la vez exhaustivo de la identidad local.
Bibliografía:
BARLETT, Frederic. (1932) Remembering. Cambridge: University Press. 1995
BERLIN, Brent y
Paul KAY (1969). Basic color terms: Their universality and evolution, Berkeley:
University of California Press.
CAROZZI, Maria Julia, Maria
Beatriz Maya y Guillermo Magrassi (1991) Conceptos
de antropología social. Buenos Aires: Centro Editor de América Latina
DAVINSON Pacheco, Luis G.
(2007) “Una mirada al método
genealógico y un ejemplo de su aplicación en un pueblo de Tlaxcala, México”.
En: Familia y Diversidad en América Latina. Estudios de casos.
(comp. D. Robichaux) Buenos
Aires: CLACSO.
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Cambridge: University Press, 1901-1935.
HARPER, Peter S “William Bateson, human
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(141)
KORSBAEK, Leif (2014) “W.H.R.
Rivers: médico, psicólogo, etnólogo y antropólogo británico, y en todo
carismático”. Revista Cuicuilco 59: 41-64.
PALERM, Angel (1974) Historia de la etnología (1) Los precursores.
México: Ed. Alahambra Mexicana.
PALERM, Angel (1976) Historia de la etnología (2) Los evolucionistas. México: Ed. Alahambra Mexicana.
PÉRGOLA, Federico y OKNER, Osvaldo (1986) Historia de la Medicina. Desde el origen de la Humanidad hasta nuestros días. Buenos Aires: EDIMED.
REYNOSO, Carlos (1993) De Edipo a
la máquina cognitiva. Introducción crítica a la antropología psicológica.
Buenos Aires: El Cielo por Asalto
REYNOSO,
Carlos. (2004) “Antecedentes. Expedición al Estrecho de Torres/ Barlett” Seminario de Ciencia Cognitiva y
Antropología del Conocimiento. FFyL/UBA.
RIVERS, William Halse R. (1910) “El
método genealógico” American Sociological
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RIVERS, William H. R. (1906) The Todas. Nueva York: MacMillan.
ROCKWELL, Elsie (2009) La experiencia Etnográfica. Historia y
Cultura en los procesos educativos. Buenos
Aires: Paidós.
SALVETTI, Vivina Perla (2015)
“De la Ética a la Genética de los afectos: Aportes novedosos de las
Neurociencias para el abordaje de procesos sociales” Ponencia. XI Jornadas de
Sociología. Coordenadas
contemporáneas de la sociología: tiempos, cuerpos, saberes. http://repositorio.filo.uba.ar:8080/xmlui/handle/filodigital/2942
STOCKING, George (1993) “La Magia del Etnógrafo. El trabajo de
Campo en la antropología británica desde Tylor a Malinowsky”. En: H. Velazco,
J. García Castaño, y A. Díaz de Rada (comps) Lecturas de Antropología para
educadores. Madrid: Trotta. pp. 43-93
Otras Fuentes de consulta:
SALVETTI, Vivina Perla
(2016) “Imágenes Etnográficas Pioneras. Expedición Antropológica de Cambridge (1898)” Vídeos de
los films originales y documentos fotográficos en el Blog: https://vivinasalvettihoy.blogspot.com/2016/11/imagenes-etnograficas.html
“La Expedición
Antropológica Cambridge y el Método genealógico” (2020) imágenes para descargar
de la Expedición asi como del método genealógico de
W H R Rivers tal como fue publicado y sus usos propuestos
https://vivinasalvettihoy.blogspot.com/2020/09/la-expedicion-antropologica-de.html
[1] El
uso del término fue impulsado por Alfred Haddon.
[2] Las teorías evolucionistas paulatinamente
se hicieron etnocéntricas. Se comenzó
a imaginar a la civilización occidental y al hombre europeo como la expresión
más alta de una evolución biológica y cultural entendida como etapas de
progreso lineal. Se desvaneció por completo la atención que precursores de la
etnología habían dedicado a las particularidades
de las culturas del resto del mundo, que dejaron de ser abordadas en sus
propios términos. (Palerm, 1974) En cambio, renació el interés por el derecho
comparado, mientras Herder atacaba el Racionalismo burgués y sus esfuerzos
deliberados por reducir las culturas europeas a un común denominador expresado
en el código de Napoleón. Una vez impuesto el Código en Francia, provocó
reacciones y resistencias jurídicas en las naciones sometidas que debían
incorporarlo. En ese contexto, el jurista suizo Johann
Bachofen (1815-1887) comenzó
a interesarse en derecho romano, y se familiarizó con mitos y símbolos del
mundo clásico. En El derecho materno
(1861) aspiró a demostrar que la familia nuclear, monógama y patriarcal,
impuesta por el Código de Napoleón, no representaba un hecho “natural y
universal” ni tampoco la única forma concebible como institución familiar
estable. Bachofen sostenía que hubo un estadio sin familias organizadas, que
luego fueron evolucionando desde el derecho materno hacia el régimen
patriarcal. Bachofen también relaciona las formas de parentesco con todos los
demás aspectos de la sociedad y la cultura, incluso la organización política y
económica, y formas de propiedad. Un discípulo de Bachofen, Giraud-Teulón, pasó
a colaborar con Durkheim, cuya teoría sociológica ejerció gran influencia en
los objetos y métodos de la antropología británica, centrados en la
organización social, a principios del siglo XX. (Palerm, 1976)
[3] En el ámbito de la Física se estaban realizando notables avances
conceptuales, que habrían de influir en la mentalidad científica de la época.
Por citar algunos: en Geometría, Bernard Riemann (1826-1866) distingue entre lo infinito y lo ilimitado. Herman Helmhotz (1921-1894) cirujano militar, se
convirtió en uno de los físicos más eminentes de su tiempo: estudió el sonido,
anticipo las oscilaciones electromagnéticas, consolidó el principio de la
conservación de la energía y la asoció con el principio de la mínima acción de la mecánica clásica. Poco tiempo
después, Rodolfo Classius y William Thomson desarrollaron los principios de la termodinámica: Classius (1822-1888)
analizó las características de la energía térmica y aclaró matemáticamente el
concepto de entropía, y Thomson (1824-1907) se interesó por los
fenómenos termoenergéticos del cosmos y la física solar. Mientras tanto, los
fenómenos electromagnéticos estudiados por Faraday eran cimentados por las
elegantes ecuaciones de Clarck Maxwell (1831-1879) y luego demostrados por
Henrich Hertz (1857-1894) cuando produjo ondas eléctricas y demostró su
coincidencia con ondas lumínicas. (Pérgola y Okner 1986: 338)
[4] Los avances mencionados
en el mundo de la Física y el movimiento del Universo, fueron la punta de lanza
en otros campos científicos. Las claras y elegantes ecuaciones de Maxwell sobre
el carácter electromagnético de la luz, abrían toda una serie de interrogantes
en el mundo de la óptica, del que Rivers como médico y psicólogo experimental
no estaba exento. Además, es probable que en Cambridge tuviera conocimiento de
los avances de William Bateson (1865-1926) en la defensa y recuperación de los
conceptos publicados por Gregory Mendel en 1865 respecto de la transmisión
biológica de caracteres, así como de su discusión con el holandés Hugo de
Vries, quien trató de apropiarse sin éxito la autoría de los poco difundidos
conceptos mendelianos. Bateson (padre de Gregory) fue el autor del término Genética que define la ciencia de la
herencia y la variación, e introdujo términos tales como homocigoto, heterocigoto, y alelo. William Bateson fue muy crítico
de la concepción exclusivamente cromosómica de la herencia, y defendió una teoría saltacionista de la evolución, en
oposición a la teoría gradualista propuesta por Charles Darwin. Sus
investigaciones brindaron enormes aportes en Medicina al conocimiento de la
hemofilia, corea de Hunginton, albinismo, entre muchas otras condiciones
hereditarias. Todas estas discusiones eran conocidas en Cambridge y estaban en
danza al momento de preparar la Expedición, por lo que pudieron haber impulsado
los avances implementados durante la misma. (Fernandez, 2010; Harper, 2005)
[5] Los primeros films
etnográficos realizados por Alfred Haddon en 1898, están aptos para su
exhibición luego de más de 100 años, al igual que las grabaciones en cera de
las voces nativas. Relegados durante décadas en los depósitos de Cambridge, no
fueron exhibidos en su día, quizás debido a la ausencia de un marco teórico que
justificara su validez (Salvetti, 2016, Otras Fuentes)
[6] Recordamos que los registros de
genealogía vertical son tan antiguos como universales (Davinson, 2007)
[7] Rivers se está refiriendo a las
mediciones antropométricas habituales en los estudios de la época.
[8] En el contexto de efervescencia
multidisciplinar propiciado en Cambridge, W. H. R. Rivers no fue el único
científico formado para promover la íntima relación entre varias disciplinas,
pero muchos consideran que es, por mucho, el más importante y uno de quienes
más atrajo la atención en intentos posteriores para reescribir la Historia de
la Antropología. El presente trabajo procura asimismo que Alfred Haddon
comience a recibir una atención similar en la profesionalización de la
Antropología.
[9] Rivers indica con
toda claridad la operatividad de su propuesta como herramienta metodológica: “Cada vez que (en el
campo) se mencionara una persona en
relación con una ceremonia o una costumbre social, se buscará hasta encontrar su nombre en el registro genealógico y
se establecería su relación con las demás personas que participarían en la
ceremonia o la costumbre. De esta manera se introduce un elemento concreto que
facilita mucho la investigación (o análisis posterior)… Por medio de tales ejemplos
concretos fueron investigadas costumbres y ritos, en los cuales las personas
que participaron eran gente de carne y hueso, tanto para mí como para mis
informantes” (Rivers, 1906: 11 y 12; cursivas y paréntesis añadidos).
[10]
Debido a la resistencia europea a reconocer la inteligencia nativa, los
miembros de la Expedición quedaron constreñidos a limitar la publicación y
validación de datos obtenidos en la Expedición a los vínculos de parentesco
como organizador de la vida cotidiana que expresaban continuidad con la
tradición legista. Esta suerte de adaptación académica para sobrevivir, permite
comprender que el estudio del parentesco y los linajes matrilineales o
patrilineales siguieran siendo el objeto principal de los primeros antropólogos
británicos de campo. Sin embargo y mientras tanto, los miembros de la
expedición confiaban en que sus adelantadas conclusiones sobre percepción y memoria local,
pudieran ser científicamente contrastadas, validadas y aceptadas con el tiempo.
[11] Haddon organizó y donó al Museo de
Antropología de Cambridge su enorme archivo fotográfico y fílmico. Rivers, por
su parte, invitó al psicólogo experimental de Cambridge, Frederick Barlett a
contrastar con sujetos locales los datos obtenidos respecto al carácter adaptativo de la memoria
nativa. Las conclusiones fueron publicadas en Remembering (Barlett, 1932) donde
Barlett cuestiona el concepto clásico de memoria estática y reduplicativa, y la
presenta como construcción subjetiva y
dinámica, donde la experiencia del pasado incide de manera significativa en
los procesos perceptivos, y es lo que
hace posible que una persona reconozca una situación y actúe de modo adecuado
para la supervivencia individual o grupal. De hecho, Barlett
concluyó que reconstruimos cada vez, conforme a las necesidades del momento, un
“Esquema (Schema) consistente en sesgos,
racionalizaciones, y cambios que tienen tanto origen personal como social” (Barlett 1995:199) Los
avanzados conceptos experimentales de Barlett, derivados de los datos obtenidos
durante la Expedición de 1898, también permanecieron sepultados por el polvo
hasta que las Neurociencias los rescataron del olvido, varias décadas después
(Salvetti, 2015)
[12] El impacto de Rivers sobre los
planteamientos del método genealógico en el trabajo de campo -de un carácter
más sistemático y teórico- se empezó a sentir entre 1912 y 1913 (Korsbaek,
2014) Luego de un período fructífero de aportes
antropológicos, (entre 1898 y 1914) Rivers fue reclutado durante la Primera
Guerra Mundial por el servicio psiquiátrico del ejército
británico y empezó a trabajar tratando neurosis relacionadas con la guerra (o Shell shock) El paciente
más famoso de Rivers fue el soldado y poeta antibelicista Siegfried Sassoon,
quien se había negado a volver al frente luego de la licencia para recibir una
medalla al valor por haber atravesado una lluvia de balas para rescatar a
varios compañeros heridos, lográndoles salvar la vida a todos. En lugar de
hacerle una Corte Marcial, lo enviaron a una clínica donde Rivers lo trató con
compasión hasta que regresó al frente. Luego de la guerra, Rivers y Sassoon
siguieron siendo amigos hasta la muerte inesperada de Rivers en 1922. El contexto histórico del vínculo
terapéutico entre Rivers y Sassoon, fue tema de la novela Regeneration de Pat Barker, publicada por primera vez en 1991, y
llevada al Cine en 1997 bajo la dirección de Gillies Mackinnon. Hay
quien afirma que este periodo no solamente marca una nueva fase en el trabajo
de Rivers, sino que se caracteriza por un cambio observable en su personalidad
y en sus escritos. Si bien Rivers había hecho enormes aportes a la
antropología, en sus últimos años se unió a teóricos británicos cuestionados y
respaldó delirantes interpretaciones sobre difusionismo pan-egipcio.
El difusionismo sostiene un origen único
-egipcio o vikingo- para todos los avances e inventos que luego fueron adoptados por contacto con distintas
sociedades, en una postura que subestima la capacidad creativa de cada
grupo humano. Ampliar el contexto histórico que condujo a individuos inicialmente
brillantes, como Rivers o Tesla, a sostener especulaciones extravagantes al
final de su vida, excede el propósito de este trabajo. (Carozzi et al.,1991)
[13] Lo cierto es que los
formidables registros visuales y auditivos obtenidos durante la mítica
Expedición de 1898 permanecieron intactos en los depósitos mientras comenzaba a
avanzar el funcionalismo británico a partir de Malinowsky, y Radcliffe-Brown, como
corriente hegemónica cimentada en la autoridad del antropólogo profesional para
registrar en su libreta los datos etnográficos.
[14] Al respecto, Elsie Rockwell
sostuvo: “De hecho, se tiende a pensar en la etnografía sólo como el
trabajo de campo” y añadió “Los registros de campo sólo son útiles en el
proceso de construcción de conocimiento si se integran en un análisis
cualitativo y a la vez exhaustivo” (Rockwell 2009: 48 y 65). Gregory Bateson
por su parte sostuvo que “En cualquier caso, lo que interesa al antropólogo no
es la mera descripción sino un grado
ligeramente más elevado de abstracción, un grado más amplio de
generalización.” Bateson recomienda que, luego de reunir minuciosamente masas de observaciones concretas de la vida
de los nativos, el análisis antropológico no consiste en presentar un simple
resumen de tales datos sino procurar trascenderlos de algún modo,
incluso inventando términos que amplíen el vocabulario en caso que fuere
necesario. De este modo, distingue entre las Notas primarias de campo, y
análisis o descripción antropológica (Bateson, 1991:189)
[1] El
uso del término fue impulsado por Alfred Haddon.
[2] Las teorías evolucionistas paulatinamente
se hicieron etnocéntricas. Se comenzó
a imaginar a la civilización occidental y al hombre europeo como la expresión
más alta de una evolución biológica y cultural entendida como etapas de
progreso lineal. Se desvaneció por completo la atención que precursores de la
etnología habían dedicado a las particularidades
de las culturas del resto del mundo, que dejaron de ser abordadas en sus
propios términos. (Palerm, 1974) En cambio, renació el interés por el derecho
comparado, mientras Herder atacaba el Racionalismo burgués y sus esfuerzos
deliberados por reducir las culturas europeas a un común denominador expresado
en el código de Napoleón. Una vez impuesto el Código en Francia, provocó
reacciones y resistencias jurídicas en las naciones sometidas que debían
incorporarlo. En ese contexto, el jurista suizo Johann
Bachofen (1815-1887) comenzó
a interesarse en derecho romano, y se familiarizó con mitos y símbolos del
mundo clásico. En El derecho materno
(1861) aspiró a demostrar que la familia nuclear, monógama y patriarcal,
impuesta por el Código de Napoleón, no representaba un hecho “natural y
universal” ni tampoco la única forma concebible como institución familiar
estable. Bachofen sostenía que hubo un estadio sin familias organizadas, que
luego fueron evolucionando desde el derecho materno hacia el régimen
patriarcal. Bachofen también relaciona las formas de parentesco con todos los
demás aspectos de la sociedad y la cultura, incluso la organización política y
económica, y formas de propiedad. Un discípulo de Bachofen, Giraud-Teulón, pasó
a colaborar con Durkheim, cuya teoría sociológica ejerció gran influencia en
los objetos y métodos de la antropología británica, centrados en la
organización social, a principios del siglo XX. (Palerm, 1976)
[3] En el ámbito de la Física se estaban realizando notables avances
conceptuales, que habrían de influir en la mentalidad científica de la época.
Por citar algunos: en Geometría, Bernard Riemann (1826-1866) distingue entre lo infinito y lo ilimitado. Herman Helmhotz (1921-1894) cirujano militar, se
convirtió en uno de los físicos más eminentes de su tiempo: estudió el sonido,
anticipo las oscilaciones electromagnéticas, consolidó el principio de la
conservación de la energía y la asoció con el principio de la mínima acción de la mecánica clásica. Poco tiempo
después, Rodolfo Classius y William Thomson desarrollaron los principios de la termodinámica: Classius (1822-1888)
analizó las características de la energía térmica y aclaró matemáticamente el
concepto de entropía, y Thomson (1824-1907) se interesó por los
fenómenos termoenergéticos del cosmos y la física solar. Mientras tanto, los
fenómenos electromagnéticos estudiados por Faraday eran cimentados por las
elegantes ecuaciones de Clarck Maxwell (1831-1879) y luego demostrados por
Henrich Hertz (1857-1894) cuando produjo ondas eléctricas y demostró su
coincidencia con ondas lumínicas. (Pérgola y Okner 1986: 338)
[4] Los avances mencionados
en el mundo de la Física y el movimiento del Universo, fueron la punta de lanza
en otros campos científicos. Las claras y elegantes ecuaciones de Maxwell sobre
el carácter electromagnético de la luz, abrían toda una serie de interrogantes
en el mundo de la óptica, del que Rivers como médico y psicólogo experimental
no estaba exento. Además, es probable que en Cambridge tuviera conocimiento de
los avances de William Bateson (1865-1926) en la defensa y recuperación de los
conceptos publicados por Gregory Mendel en 1865 respecto de la transmisión
biológica de caracteres, así como de su discusión con el holandés Hugo de
Vries, quien trató de apropiarse sin éxito la autoría de los poco difundidos
conceptos mendelianos. Bateson (padre de Gregory) fue el autor del término Genética que define la ciencia de la
herencia y la variación, e introdujo términos tales como homocigoto, heterocigoto, y alelo. William Bateson fue muy crítico
de la concepción exclusivamente cromosómica de la herencia, y defendió una teoría saltacionista de la evolución, en
oposición a la teoría gradualista propuesta por Charles Darwin. Sus
investigaciones brindaron enormes aportes en Medicina al conocimiento de la
hemofilia, corea de Hunginton, albinismo, entre muchas otras condiciones
hereditarias. Todas estas discusiones eran conocidas en Cambridge y estaban en
danza al momento de preparar la Expedición, por lo que pudieron haber impulsado
los avances implementados durante la misma. (Fernandez, 2010; Harper, 2005)
[5] Los primeros films
etnográficos realizados por Alfred Haddon en 1898, están aptos para su
exhibición luego de más de 100 años, al igual que las grabaciones en cera de
las voces nativas. Relegados durante décadas en los depósitos de Cambridge, no
fueron exhibidos en su día, quizás debido a la ausencia de un marco teórico que
justificara su validez (Salvetti, 2016, Otras Fuentes)
[6] Recordamos que los registros de
genealogía vertical son tan antiguos como universales (Davinson, 2007)
[7] Rivers se está refiriendo a las
mediciones antropométricas habituales en los estudios de la época.
[8] En el contexto de efervescencia
multidisciplinar propiciado en Cambridge, W. H. R. Rivers no fue el único
científico formado para promover la íntima relación entre varias disciplinas,
pero muchos consideran que es, por mucho, el más importante y uno de quienes
más atrajo la atención en intentos posteriores para reescribir la Historia de
la Antropología. El presente trabajo procura asimismo que Alfred Haddon
comience a recibir una atención similar en la profesionalización de la
Antropología.
[9] Rivers indica con
toda claridad la operatividad de su propuesta como herramienta metodológica: “Cada vez que (en el
campo) se mencionara una persona en
relación con una ceremonia o una costumbre social, se buscará hasta encontrar su nombre en el registro genealógico y
se establecería su relación con las demás personas que participarían en la
ceremonia o la costumbre. De esta manera se introduce un elemento concreto que
facilita mucho la investigación (o análisis posterior)… Por medio de tales ejemplos
concretos fueron investigadas costumbres y ritos, en los cuales las personas
que participaron eran gente de carne y hueso, tanto para mí como para mis
informantes” (Rivers, 1906: 11 y 12; cursivas y paréntesis añadidos).
[10]
Debido a la resistencia europea a reconocer la inteligencia nativa, los
miembros de la Expedición quedaron constreñidos a limitar la publicación y
validación de datos obtenidos en la Expedición a los vínculos de parentesco
como organizador de la vida cotidiana que expresaban continuidad con la tradición
legista. Esta suerte de adaptación académica para sobrevivir, permite
comprender que el estudio del parentesco y los linajes matrilineales o
patrilineales siguieran siendo el objeto principal de los primeros antropólogos
británicos de campo. Sin embargo y mientras tanto, los miembros de la
expedición confiaban en que sus adelantadas conclusiones sobre percepción y memoria local,
pudieran ser científicamente contrastadas, validadas y aceptadas con el tiempo.
[11] Haddon organizó y donó al Museo de
Antropología de Cambridge su enorme archivo fotográfico y fílmico. Rivers, por
su parte, invitó al psicólogo experimental de Cambridge, Frederick Barlett a
contrastar con sujetos locales los datos obtenidos respecto al carácter adaptativo de la memoria
nativa. Las conclusiones fueron publicadas en Remembering (Barlett, 1932) donde
Barlett cuestiona el concepto clásico de memoria estática y reduplicativa, y la
presenta como construcción subjetiva y
dinámica, donde la experiencia del pasado incide de manera significativa en
los procesos perceptivos, y es lo que
hace posible que una persona reconozca una situación y actúe de modo adecuado
para la supervivencia individual o grupal. De hecho, Barlett
concluyó que reconstruimos cada vez, conforme a las necesidades del momento, un
“Esquema (Schema) consistente en sesgos,
racionalizaciones, y cambios que tienen tanto origen personal como social” (Barlett 1995:199) Los
avanzados conceptos experimentales de Barlett, derivados de los datos obtenidos
durante la Expedición de 1898, también permanecieron sepultados por el polvo
hasta que las Neurociencias los rescataron del olvido, varias décadas después
(Salvetti, 2015)
[12] El impacto de Rivers sobre los
planteamientos del método genealógico en el trabajo de campo -de un carácter
más sistemático y teórico- se empezó a sentir entre 1912 y 1913 (Korsbaek,
2014) Luego de un período fructífero de aportes
antropológicos, (entre 1898 y 1914) Rivers fue reclutado durante la Primera
Guerra Mundial por el servicio psiquiátrico del ejército
británico y empezó a trabajar tratando neurosis relacionadas con la guerra (o Shell shock) El paciente
más famoso de Rivers fue el soldado y poeta antibelicista Siegfried Sassoon,
quien se había negado a volver al frente luego de la licencia para recibir una
medalla al valor por haber atravesado una lluvia de balas para rescatar a
varios compañeros heridos, lográndoles salvar la vida a todos. En lugar de
hacerle una Corte Marcial, lo enviaron a una clínica donde Rivers lo trató con
compasión hasta que regresó al frente. Luego de la guerra, Rivers y Sassoon
siguieron siendo amigos hasta la muerte inesperada de Rivers en 1922. El contexto histórico del vínculo
terapéutico entre Rivers y Sassoon, fue tema de la novela Regeneration de Pat Barker, publicada por primera vez en 1991, y
llevada al Cine en 1997 bajo la dirección de Gillies Mackinnon. Hay
quien afirma que este periodo no solamente marca una nueva fase en el trabajo
de Rivers, sino que se caracteriza por un cambio observable en su personalidad
y en sus escritos. Si bien Rivers había hecho enormes aportes a la
antropología, en sus últimos años se unió a teóricos británicos cuestionados y
respaldó delirantes interpretaciones sobre difusionismo pan-egipcio.
El difusionismo sostiene un origen único
-egipcio o vikingo- para todos los avances e inventos que luego fueron adoptados por contacto con distintas
sociedades, en una postura que subestima la capacidad creativa de cada
grupo humano. Ampliar el contexto histórico que condujo a individuos inicialmente
brillantes, como Rivers o Tesla, a sostener especulaciones extravagantes al
final de su vida, excede el propósito de este trabajo. (Carozzi et al.,1991)
[13] Lo cierto es que los
formidables registros visuales y auditivos obtenidos durante la mítica
Expedición de 1898 permanecieron intactos en los depósitos mientras comenzaba a
avanzar el funcionalismo británico a partir de Malinowsky, y Radcliffe-Brown, como
corriente hegemónica cimentada en la autoridad del antropólogo profesional para
registrar en su libreta los datos etnográficos.
[14] Al respecto, Elsie Rockwell
sostuvo: “De hecho, se tiende a pensar en la etnografía sólo como el
trabajo de campo” y añadió “Los registros de campo sólo son útiles en el
proceso de construcción de conocimiento si se integran en un análisis
cualitativo y a la vez exhaustivo” (Rockwell 2009: 48 y 65). Gregory Bateson
por su parte sostuvo que “En cualquier caso, lo que interesa al antropólogo no
es la mera descripción sino un grado
ligeramente más elevado de abstracción, un grado más amplio de
generalización.” Bateson recomienda que, luego de reunir minuciosamente masas de observaciones concretas de la vida
de los nativos, el análisis antropológico no consiste en presentar un simple
resumen de tales datos sino procurar trascenderlos de algún modo,
incluso inventando términos que amplíen el vocabulario en caso que fuere
necesario. De este modo, distingue entre las Notas primarias de campo, y
análisis o descripción antropológica (Bateson, 1991:189)