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martes, 22 de diciembre de 2015

Abordajes poco convencionales I - Los Neoculturalistas, por Vivina Perla Salvetti



En entradas anteriores tuve oportunidad de presentarles al profesor Federico Pérgola quien es un reconocido promotor local de la corriente conocida como Antropología Médica Clínica, especialidad que aunque muchos desprevenidos confundan con Etnomedicina, constituye un enfoque clínico para abordar al individuo enfermo como una unidad mente-cuerpo-emociones, lo que requiere  recuperar la noción clásica de la relación médico paciente, tan olvidada por la biomedicina actual:

“El modelo asistencial actual ha provocado, a la hora del encuentro médico-paciente, el “olvido” del enfermo en su calidad de persona. Y con ello, ha generado la insólita despreocupación de la medicina por las emociones y los sentimientos de quienes se enfrentan sin remedio a la dramática experiencia de perder transitoria o definitivamente su salud.”(Pérgola y Ayala Antropología Médica. Medicina para la persona, Buenos Aires, CTM 2005)


Con miras a lograr un abordaje del individuo en su totalidad,el doctor Pérgola sostiene en otro de sus trabajos “Comprendí que, en mayor o menor grado, la labor del médico es en cierto modo antropológica puesto que se está ocupando del hombre en múltiples aspectos, sobre todo en su bienestar en el seno de la sociedad”
Pérgola reconoce que propone un enfoque distinto de la medicina convencional actual, más abarcador y menos científico. Para ello pregunta
"¿Puede la antropología redundar beneficiosamente en la formación médica?”
Y unas líneas más adelante concluye:
“Para el “arte de curar” el médico debe escuchar historias, leer filosofía, y atender las necesidades de la alteridad.  Ser un aprendiz de antropólogo” (La antropología médica en discusión, Buenos Aires, El Guión 2008)

El olvidado Movimiento Culturalista
Esta mirada médica antropológica que excede el mero biologicismo requiere entonces de incorporar el papel de la Cultura en los procesos de salud-enfermedad, algo que el profesor y doctor en Medicina Federico Pérgola menciona repetidamente en sus análisis, y que  Luis Hornstein (médico y psicoanalista) ejemplifica de modo bien claro.
Como saben mis amigos, en otras entradas anteriores he tenido oportunidad de analizar el denominado movimiento Culturalista que tuvo su origen en Norteamérica durante los años treinta del siglo pasado, cuyos datos reitero a continuación.
Quizás algunos recuerden que Margaret Mead, antropóloga norteamericana, obtuvo enorme reconocimiento académico a raíz de su trabajo Adolescencia, sexo y cultura en Samoa, publicado en 1928 y prologado por Franz Boas, en el que describe el entorno familiar y social samoano como factor relevante para la ausencia de las crisis adolescentes tan mentadas en las sociedades occidentales psicoanalizadas. A esta mirada crítica se le sumaría Malinowsky como representante de la academia británica discutiendo la universalidad del complejo de Edipo.
Para algunos resultaba evidente que los trabajos antropológicos de campo comenzaban a cuestionar los supuestos universalistas propuestos por Freud, quien había fundamentado su teoría de los sueños en los aportes de antropólogos evolucionistas como Edward Tylor. Este clima impulsó la necesidad de un abordaje interdisciplinario y confluyó en lo que se conoce como corriente culturalista en psiquiatría, descripta por Mandolini Guardo:
“Hacia 1930 se hace netamente perceptible la influencia de las comprobaciones realizadas por antropólogos… influencia que en lo concerniente a la psicología y la psiquiatría, culmina cuando el insigne antropólogo Edward Sapir propone una estrecha colaboración entre… la antropología y el psicoanálisis. Los psiquiatras que adoptaron este criterio constituyeron el grupo conocido como psicoanalistas culturalistas, del cual Erich Fromm, Harry Sullivan y Karen Horney   fueron sus iniciadores en 1934” (Historia General del Psicoanálisis. De Freud a Fromm, Buenos Aires, Braga 1994)
Si bien Freud había reconocido inicialmente la influencia de la Cultura en el origen de las neurosis comenzó a darle tanta importancia a los instintos que lo cultural terminó por quedar relegado del análisis. En cambio, los psicoanalistas culturalistas tuvieron en cuenta fundamentalmente las relaciones entre el hombre y su entorno social, disminuyendo o hasta negando el valor de la libido y crearon técnicas propias aclarando muchos puntos oscuros en la situación analítica que permitieron analizar a psicóticos hasta conseguir la remisión del síntoma.

Neoculturalistas en la Argentina

En la Argentina, si bien hemos podido observar la hegemonía de la mirada freudiana focalizada en el determinismo psíquico, y por otra parte y más recientemente del determinismo biológico en los procesos de salud-enfermedad,  por fortuna también encontramos fuertes críticas para superar tales polarizaciones 

Por ejemplo, el profesor Pérgola ha criticado fuertemente la actitud biologicista que conduce a la deshumanización del paciente:
 “El modelo médico en actitud dictatorial ha proclamado la victoria de la racionalidad médica y la derrota de los sentimientos y emociones del enfermo que ve frustradas sus esperanzas de ser comprendido afectivamente. El cierre de la brecha entre ambos es el principal objetivo de la  antropología médica” (Antropología Médica. Medicina para la persona, op. cit.)

Esta epistemología crítica de los abordajes cerrados en sí mismos, cuenta con antecedentes en el olvidado movimiento culturalista, que incorporó la Cultura y particularidades histórico-sociales al análisis de los fenómenos.
En la Argentina, diferentes profesionales se erigen como faros, lo que me permite considerarlos como referentes de un enfoque holístico que me atrevo a denominar Neoculturalista.

Vale reiterar llegado a este punto, que este abordaje Neoculturalista no se presenta como un modelo, ni como una teoría, sino como una postura epistemológica cuyo carácter holístico procura trascender las estructuras científicas clásicas lógico-lineales.

Además de los avances del profesor  Federico Pérgola, no podemos dejar de mencionar al Doctor Roberto H. Iermoli, jefe de la Cuarta Cátedra de Medicina Interna del Hospital Escuela José de San Martín y perteneciente también a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Respecto de esta cátedra cito palabras de otros que comparten mi percepción:
“Una visión antropológica integral del ser humano (biológica, psicológica, social y cultural) es la que sostiene la 4ta. Cátedra Medicina Interna del Hospital de Clínicas (Buenos Aires), cuyo titular y Director de Docencia e Investigación es el Dr. Roberto Iermoli" (comentario publicado en el Facebook de Fabiana Mastrángelo, con motivo de su exposición sobre los valores humanos del General San Martín y parte del ciclo cultural abierto a la Comunidad que lleva adelante la cátedra)


El comentario citado acompañó la siguiente foto pública que recibí con motivo de de la ocasión, con el enorme Dr Iermoli en el centro.



A continuación comparto también entrevista realizada en 2011 por la TV Pública argentina a Luis Hornstein respecto al desarrollo de la autoestima en la escuela. Los invito a observar por sí mismos cómo el terapeuta introduce el peso del entorno social en el desarrollo de la personalidad, además de lo bioquímico y lo familiar y donde las experiencias infantiles condicionan pero nunca determinan. Además de recordar el valor de los reconocimientos sociales adecuados para desarrollar la autoestima (aspecto abordado también por Karina Kaplan) así como de tener y mantener proyectos personales para superar situaciones difíciles.


                                         Luis Hornstein, médico y psicoanalista argentino

Tómense el tiempo para disfrutarla!!!

Primera parte:





Segunda parte:



Una mirada superadora es posible y somos muchos quienes trabajamos en ella.
                                                                                    Hasta la próxima amigos!!!

domingo, 6 de diciembre de 2015

Thor Heyerdahl y la hazaña del Kon-Tiki, por Vivina Perla Salvetti


                 Kon-Tiki, réplica del original, actualmente  en el Museo de Oslo

Mientras se está llevando a cabo la replicación experimental del viaje del Kon-Tiki, creo pertinente dedicar esta entrada a conocer un poco más al antropólogo Thor Heyerdahl (1914.2002) Por tal motivo comparto a pie de página un par de vídeos documentales breves que valen la pena, y a continuación la película realizada en 2012 sobre la enorme hazaña:


Como anticipamos la semana pasada, Kon-tiki fue el nombre de la balsa utilizada por el explorador noruego en su expedición de 1947 por el océano Pacífico desde Sudamérica hasta la Polinesia. El nombre de la embarcación se debía al dios solar de los incas, Wiracocha, de quien se decía que antiguamente había portado el nombre de «Kon-Tiki».

                                                  Thor Heyerdahl                                  

Heyerdahl sostenía que pobladores procedentes de Sudamérica podrían haber llegado hasta la Polinesia ya en tiempos precolombinos. El propósito de Heyerdahl era demostrar la posibilidad de que nativos suramericanos hubieran viajado a Polinesia por vía marítima, desde América del Sur, en balsas idénticas a la utilizada durante la expedición y movidas únicamente por las mareas, las corrientes y la fuerza del viento, que es casi constante, en dirección este-oeste, a lo largo del Ecuador. No obstante, la expedición dispuso de ciertos elementos como una radio, relojes, mapas, sextantes y cuchillos, aunque los mismos no fueran relevantes a la hora de probar que una balsa como la utilizada podía realizar la travesía.
La expedición Kon-Tiki fue financiada mediante préstamos, y contó con donaciones de parte del ejército de Estados Unidos. Heyerdahl viajó tiempo antes a Perú donde, junto con un pequeño grupo de personas y dentro del espacio provisto por las autoridades nacionales, se dedicó a la construcción de la balsa. Para ello, se utilizaron troncos de madera balsa y otros materiales autóctonos, y se mantuvo el estilo de construcción indígena tal como se observó en las ilustraciones dejadas por los conquistadores españoles.
La travesía comenzó el 28 de abril de 1947. Heyerdahl y otros cinco integrantes viajaron durante 101 días a lo largo de casi 7.000 km por el océano Pacífico, hasta llegar a un arrecife en el atolón de Raroia, en las islas Tuamotu, el 7 de agosto de 1947. Toda la tripulación llegó a tierra sana y salva.
El libro Kon-Tiki, que Heyerdahl escribió relatando las peripecias de la expedición, fue un best-seller y se tradujo a 66 idiomas, y la película que  filmó el mismo Heyerdahl durante la travesía ganó un Oscar al mejor documental en 1951.

Más expediciones en barcos antiguos
En 1969, para demostrar que los otros tipos de buques antiguos eran capaces de transportar personas a través de los vastos océanos, Heyerdahl y un equipo internacional de siete cabezas oeste viajaron a través del Atlántico desde Safi, Marruecos, en una barca de papiro de 50 pies realizada según antiguo diseño egipcio, llamada Ra en honor del dios egipcio del sol.

                                    Heyerdahl frente al Ra II desde Marruecos

Después de cubrir 2.700 millas en ocho semanas, el Ra se encontró anegado en una tormenta y tuvo que ser abandonado a 600 millas de Barbados en las Indias Occidentales.
Sin desanimarse, Heyerdahl y su tripulación zarpó de nuevo desde Marruecos en un nuevo barco de papiro de caña llamado Ra II en 1970. Ellos completaron con éxito el viaje de 3.270 millas náuticas a Barbados en 57 días.
Heyerdahl también organizó y dirigió un tercer viaje, a bordo de un barco de caña tipo sumerio llamado el Tigris, viajando desde Irak hasta el Mar Rojo en 1977 para demostrar la posibilidad de contacto entre las grandes civilizaciones antiguas de Mesopotamia, el valle del Indo y Egipto.
Su proyecto final y más ambiciosa le llevó a Azov, una ciudad rusa en el delta del río Don.

Para ayudar a financiar sus diferentes proyectos, Heyerdahl escribió muchos libros populares, incluyendo "Aku-Aku: El Secreto de la Isla de Pascua", que narra la expedición arqueológica 1955 en la Isla de Pascua, la isla de la Polinesia más cerca de América del Sur.
Aunque recibió numerosas medallas de oro de las sociedades geográficas y antropológicas de todo el mundo, así como 11 doctorados honoris causa, Heyerdahl sus proyectos siguieron alimentando la polémica respecto de la capacidad marítima de pueblos antiguos.
“Creo que era básicamente un aventurero, alguien que buscaba apasionadamente aumentar la comprensión del pasado y estaba dispuesto a participar en todo tipo de formas no tradicionales para sostener una teoría” dijo una antropóloga de Yale que se reunió Heyderdahl varias veces.
Lo que sigue siendo cierto es que muchos científicos aún se muestran escépticos de la teoría de Heyerdahl sobre la posibilidad que antiguos sudamericanos que habrían llegado en balsas a la Polinesia

Kon Tiki documental histórico

Una Película (disponible en la web)  registra cómo era la balsa Kon Tiki diseñada según crónicas españolas del siglo XV y probada eficazmente por  Thor Heyerdahl en 1947.




La balsa original fue posteriormente trasladada al Museo Kon-Tiki de Oslo, Noruega. 



También recomiendo que ingresen al siguiente vídeo que logra describir en pocos minutos la hazaña del Kon-Tiki



                           Bueno, habiendo llegado hasta aquí,
                                                            me despido hasta la próxima aventura!!!