Una versión de este artículo se encuentra también disponible en la Revista de Historia de la Medicina y Epistemología Médica
(Facultad de
Medicina/UBA) En el número correspondiente al primer semestre del año 2016 (Vol VIII N°1 - 2016)
Muchas Gracias Dr Federico Pérgola!!!
Prefacio
Ignoro a cuántos de mis compañeros
de facultad les pasó lo mismo. Me refiero a tener conocimiento de una figura
descollante en la profesión que han elegido como propia, y que con el
transcurrir de los años se vaya transformando en una especie de referente,
alguien sobre quien valga la pena leer su biografía durante las vacaciones,
cuando no alguno de sus libros como parte de una asignatura que no ha requerido
más compromiso que con la propia curiosidad personal.
El impulso por conocer en profundidad ciertas etapas de la vida de Bateson sumidas en una suerte de limbo por parte del grupo de Palo Alto, me impulsó a buscar primero en sus propios textos lo que el pensaba sobre temas tan cruciales como la definición del doble vínculo que revolucionó la prácticas psiquiátricas en la década de 1950, y luego comparar los datos obtenidos con los proporcionados por miembros del MRI, (Mental Research Institute) como institución que hasta el día de hoy sigue presentándose como continuadora de las ideas de Bateson.
Les aseguro que fui la primera sorprendida por las conclusiones que arrojó la comparación de los datos iniciales, posteriormente organizados en el artículo que presento a continuación.
Lo cierto es que conocí el nombre de Gregory Bateson mucho tiempo atrás, ligado al recuerdo una joven de quien me hice amiga hace varios años. Recién arribada de España tenía dificultades para revalidar aquí su título de psicóloga y lamento que en poco tiempo después haya tenido que regresar a su país.. En una de nuestras inolvidables charlas de café ofreció prestarme su propio ejemplar personal del clásico “Teoría de la comunicación humana”. Lo devoré de un tirón, y un par de años después comencé a cursar materias del CBC correspondientes a la carrera de Psicología, una de las cuales era justamente Antropología. Como suele suceder, la materia está a cargo de antropólogos, y recuerdo una clase en particular, cuando una profesora invitada buscó interesar a los alumnos sobre lo que hacen los antropólogos hoy en día. Han pasado muchos años, pero recuerdo que salí del aula dudando sobre iniciar la carrera de psicología, y una vez en mi casa, la compilación de Mirtha Lischetti resultó crucial para terminar de decidirme a cambiar de carrera antes de comenzarla, segura de haber encontrado una vocación de la que no me he arrepentido hasta ahora. Si acaso lo que sabía de Gregory Bateson contribuyó de modo inconsciente a inclinar la balanza, sinceramente no puedo asegurarlo.
El impulso por conocer en profundidad ciertas etapas de la vida de Bateson sumidas en una suerte de limbo por parte del grupo de Palo Alto, me impulsó a buscar primero en sus propios textos lo que el pensaba sobre temas tan cruciales como la definición del doble vínculo que revolucionó la prácticas psiquiátricas en la década de 1950, y luego comparar los datos obtenidos con los proporcionados por miembros del MRI, (Mental Research Institute) como institución que hasta el día de hoy sigue presentándose como continuadora de las ideas de Bateson.
Les aseguro que fui la primera sorprendida por las conclusiones que arrojó la comparación de los datos iniciales, posteriormente organizados en el artículo que presento a continuación.
Lo cierto es que conocí el nombre de Gregory Bateson mucho tiempo atrás, ligado al recuerdo una joven de quien me hice amiga hace varios años. Recién arribada de España tenía dificultades para revalidar aquí su título de psicóloga y lamento que en poco tiempo después haya tenido que regresar a su país.. En una de nuestras inolvidables charlas de café ofreció prestarme su propio ejemplar personal del clásico “Teoría de la comunicación humana”. Lo devoré de un tirón, y un par de años después comencé a cursar materias del CBC correspondientes a la carrera de Psicología, una de las cuales era justamente Antropología. Como suele suceder, la materia está a cargo de antropólogos, y recuerdo una clase en particular, cuando una profesora invitada buscó interesar a los alumnos sobre lo que hacen los antropólogos hoy en día. Han pasado muchos años, pero recuerdo que salí del aula dudando sobre iniciar la carrera de psicología, y una vez en mi casa, la compilación de Mirtha Lischetti resultó crucial para terminar de decidirme a cambiar de carrera antes de comenzarla, segura de haber encontrado una vocación de la que no me he arrepentido hasta ahora. Si acaso lo que sabía de Gregory Bateson contribuyó de modo inconsciente a inclinar la balanza, sinceramente no puedo asegurarlo.
Palo Alto 1949-1959: La "Universidad Invisibilizada"
Introducción
Existe
un supuesto muy generalizado que reconoce los aportes de Bateson en corrientes
psicológicas tales como la Sistémica o la Pragmática de la comunicación, cuando
esa misma práctica terapéutica presenta malentendidos vinculados con la teoría general
de sistemas por una parte y las ideas batesonianas por otra. Según la acertada descripción del antropólogo
y experto en ciencias de la complejidad Carlos Reynoso, la formulación tanto de
la teoría general de sistemas como de las ideas batesonianas tal como fueran sistematizadas para la práctica clínica en el
clásico texto de Watzlawick (1995) representaría una depreciación de los
aspectos contextuales que le conferían al estudio su distintividad y lo hace mediante subvertir el enfoque
novedoso de los elementos dinámicos originales en una clasificación maniquea
que “deviene en puro anacronismo”
(Reynoso 2006 y 1993:224)
Esta
calificación respecto a la terapia sistémica merece, cuando menos, un recorrido sobre la legitimidad de la
pertinencia antropológica en un contexto transdisciplinar con la práctica psiquiátrica que resultó
completamente invisibilizado. Valiéndome de los datos históricos proporcionados
por Yves Winkin y Ricardo Mandolini Guardo debidamente contextualizados con
datos provenientes de la compilación de trabajos científicos de Gregory
Bateson, me propongo dilucidar los intereses particulares que propiciaron esta descalificadora maniobra de ocultamiento
sobre las proezas académicas de un grupo mítico.
Los
invito entonces a recorrer los datos y los hechos históricos sobre las
investigaciones de carácter interdisciplinario llevadas a cabo en Palo Alto a
mediados del siglo pasado. Hechos reales ocurridos en un tiempo (1949-1959) y
un espacio particular (el Hospital de Veteranos de Palo Alto, California,
Estados Unidos) cuya enorme trascendencia
fuera cubierta con niebla para
terminar literalmente invisibilizada por
intereses de política académica. Hechos cuya relectura nos revela a un
grupo preocupado por transferir sobre sí la relevancia obtenida legítimamente respecto de un
abordaje terapéutico que se presenta actualmente como sistémico pero de ninguna
manera resulta fiel a las propuestas holísticas de Gregory Bateson, ni a los principios de la teoría general de
sistemas de Bertalanffy, y mucho menos al
espíritu de revolución de las ideas gestada en Palo Alto durante los años
cincuenta del siglo pasado.
Antropólogo entre médicos
Cuentan
que hacia el año 1904, en algún lugar del Reino Unido nació Gregory Bateson, en
el seno de una familia científica con larga tradición en investigación. Quizás
no debiera extrañar que el hijo que quien acuñara el término “Genética” se
recibiese como biólogo primero y como antropólogo después. “Abandoné zoología… para dedicarme a otra cosa en la que
fuese yo y no el hijo de mi padre" diría más tarde Bateson a su biógrafo
David Lipset. (Winkin 1976:28) [1]
Su
primer trabajo de campo fue en Nueva Guinea. Las notas de su trabajo fueron
formalizadas a su regreso a Cambridge en un texto publicado en 1936, en el que
se puede apreciar un enfoque diferente que procura dar cuenta de los patrones generales de sentido en la interacción social de un grupo dado. A pesar de su originalidad,
Naven, una ceremonia iatmul fue recibido sin pena ni gloria.
Mientras
realizaba su trabajo de campo en el
Pacífico, tuvo oportunidad de conocer a la reconocida antropóloga Margaret
Mead, con quien posteriormente se casó e iniciaron juntos un innovador trabajo
de campo en Bali.
Aquí
conviene detenerse un momento para dar
cuenta de los intereses de Mead que pueden proporcionar un indicio que explique
las razones que sumergieron de lleno a Bateson en el campo de las particularidades culturales como
condicionantes de patologías
psiquiátricas.
Quizás
algunos recuerden que Margaret Mead, antropóloga de la academia norteamericana,
había obtenido enorme reconocimiento académico a raíz de su trabajo Adolescencia, sexo y cultura en Samoa,
publicado en 1928 y prologado por Franz Boas, en el que describe el entorno
familiar y social samoano como factor relevante para la ausencia de las crisis
adolescentes tan mentadas en las sociedades occidentales psicoanalizadas. [2]
A esta mirada crítica de la
adolescencia occidental por parte de la academia norteamericana se le sumaría Malinowsky
como representante de la academia británica cuestionando la universalidad del
complejo de Edipo.
En
ese clima intelectual resultaba evidente
que los trabajos antropológicos de campo comenzaban a cuestionar los supuestos
universalistas propuestos por Freud. Quienes hayan leído alguno de los textos
freudianos habrán podido notar cómo los conceptos de la antropología evolucionista
de Tylor fundamentaron su teoría de los sueños, y cualquier estudiante de
antropología sabe que se trata de conclusiones sesgadas y fuertemente
criticadas por los profesionales que
iniciaron la marca registrada de la observación participante en campos lejanos.
Estaba
claro que si el psicoanálisis freudiano fundamentaba sus propuestas en
hallazgos antropológicos decimonónicos,
las nuevas conclusiones en la antropología merecían al menos si no integrarse inmediatamente al menos
discutirse como sustento para la práctica del psicoanálisis.
Este
clima impulsó la necesidad de un abordaje interdisciplinario tal como describe
Mandolini Guardo en su Historia de la
psicología:
“Hacia 1930 se hace netamente
perceptible la influencia de las
comprobaciones realizadas por antropólogos… influencia que en lo
concerniente a la psicología y la psiquiatría, culmina cuando el insigne
antropólogo Edward Sapir propone una
estrecha colaboración entre… la antropología y el psicoanálisis. Los
psiquiatras que adoptaron este criterio constituyeron el grupo conocido como psicoanalistas culturalistas, del cual
Erich Fromm, Harry Sullivan y Karen
Horney fueron sus iniciadores en 1934” (Mandolini
Guardo 1994: 381)
Si
bien Freud había reconocido inicialmente la influencia de la cultura en el
origen de las neurosis comenzó a darle tanta importancia a los instintos que lo
cultural terminó por quedar relegado del análisis. La principal diferencia
entre Freud y los culturalistas reside entonces que éstos tienden a rebajar el
valor de la libido mientras se concentran en robustecer el peso del entorno
cultural.
En
otras palabras, los psicoanalistas culturalistas tienen en cuenta
fundamentalmente las relaciones entre el hombre y la sociedad, disminuyen o niegan el valor de la libido, han creado
técnicas propias para el análisis del carácter
y aclarado muchos puntos oscuros en la situación analítica que
permitieron analizar a psicóticos y conseguir la remisión del síntoma.
(Mandolini Guardo1994:382)
Habiendo
contextualizado el clima interdisciplinario de los años 30, volvamos a Bali con
Bateson y Mead. Ambos se abocaron a las
particularidades de las conductas maternales balinesas mientras Bateson de modo pionero comenzaba a valerse del
registro fotográfico para documentar las particularidades de la gestualidad
local.
En
1942 El abundante material registrado
les permitió presentar Carácter
balinés. Un análisis fotográfico, libro
que introduce el valor de los soportes de representación visual como
instrumentos valiosos para complementar los datos de la tradicional libreta de
campo en el quehacer analítico del investigador.
Bateson
a su regreso de Bali se instaló en Estados Unidos desde 1939, y después de
numerosas investigaciones antropológicas en diversos lugares del mundo, su pensamiento original y personalidad
científica empezó a ser reconocida en 1942 [3]
tras participar en el foro de la Fundación
Macy, con la presencia de los abanderados de la innovación del pensamiento
científico en los Estados Unidos. En ese año presentó un trabajo que deslinda los distintos niveles de
aprendizaje adaptativo. [4]
En 1949 Bateson es invitado por el psiquiatra Jurgen Ruesch a una
clínica de San Francisco como
investigador asociado y es un momento clave porque abandona el mundo de la antropología para entrar en el de
la psiquiatría que no abandonará hasta
principios de los años 60.
Como declara Winkin, el objetivo interdisciplinario que
Bateson tenía en mente no era el de una mejora de los métodos terapéuticos sino
contribuir
en la formulación de una teoría general de la comunicación derivada de
las ideas provenientes de la cibernética presentadas por Wiener. (Winkin
1976:36,37) Aunque vale aclarar que la formulación de la idea aplicada sobre
los procesos sociales Bateson ya la había adelantado en Naven.[5] (Reynoso 2006: 28
y 32)
En
el capítulo final del texto escrito en coautoría con Ruesch (Communication:
The Social Matrix of Psychiatry publicado en 1951) proponen una teoría general de la comunicación
que anticipa por su amplitud y su rigor el texto de Walzlawick escrito 17 años
después: "La esencia de nuestro mensaje al lector es que la comunicación
es la matriz en la que encajan todas las actividades humanas"
Bateson,
nuevamente se había adelantado.
Poco
tiempo después se instaló en California.
La chispa de la revolución en psiquiatría
Desde 1942 Bateson viene
desarrollando una serie de ideas intercambiadas en las conferencias Macy
vinculadas con los tipos lógicos, en procura de resolver una antigua
paradoja "Si un hombre dice
"Estoy mintiendo"¿dice la verdad?”
Bateson encuentra que es posible resolver la paradoja mediante
señalar la confusión entre distintos niveles de abstracción. Esta idea le
parece heurísticamente poderosa para la teoría de la Comunicación que viene
desarrollando desde sus días en Bali con Mead, en los años 30.[6]
En 1949 Bateson llega a integrarse como
etnólogo residente en el Veterans Administration Hospital en Palo Alto que constituye el
espacio privilegiado para formalizar el intercambio interdisciplinario
propuesto por Sapir veinte años antes
Hacia
1952 logra un subsidio para estudiar las paradojas de la abstracción en la
comunicación y recluta a un antiguo
alumno estudiante de comunicación
social, John Weakland y al joven psiquiatra Jay Haley.
En
Palo Alto, pero vale aclarar que en este
espacio del Hospital de Veteranos, es
donde tuvo lugar la chispa de la revolución en psiquiatría [7]
a partir de un seminario que imparte Bateson a los estudiantes de medicina.
Winkin
refiere desde sus fuentes consultadas que es el seminario más claro de su
tiempo, en el que Bateson tiene libertad para hacer lo que quiera y deja esa
misma libertad a sus colaboradores. El único imperativo es tratar de
desarrollar las paradojas de Russell en el mayor número de situaciones posibles
(Winkin 1976: 37 y 38)
Encuentro catalizador
Si
bien Winkin señaló las fluidas relaciones de intercambio académico de lo que
denominó “Universidad Invisible” creo que su descripción merecería tomar en
cuenta la propuesta inicial interdisciplinaria de Sapir, algo que Winkin reconoce solo tangencialmente
cuando refiere los vínculos previos entre sus exponentes más conspicuos.
Si
se toman en cuenta las comunicaciones previas con fines de intercambio
científico entre Margatet Mead y Ruth Benedict con los psiquiatras
culturalistas, o los intercambios entre el antropólogo Birdwhistell y el
sociólogo Goffman en la Universidad de Chicago,
entonces lo que el Seminario
dictado por Bateson introdujo fue una intensificación y una
formalización de los intercambios interdisciplinarios que se venían
realizando hasta allí.
La
propuesta heurística referida a discutir
las paradojas de la comunicación humana fue el catalizador para reunir
adecuadamente distintas disciplinas y dio
lugar a una efervescencia intelectual de ideas que jamás volvió a repetirse.
Entre
los aportes conceptuales más conocidos del catalizador Bateson, se encuentra el
concepto teórico de marco (frame) que distingue entre un fondo y
figura circunstancialmente dado y fuera presentado en un paper original del año 1954
para definir una situación perceptiva dentro de la jerarquía lógica de la
comunicación. Este novedoso concepto dio
lugar a los desarrollos posteriores del sociólogo Erwin Goffman quien lo
utilizó exhaustivamente reconociendo la autoría de Bateson.[8]
(Winkin 1976:94-105; Goffman 1974:7)
El
contacto frecuente entre Bateson y el también antropólogo Ray Birdwhistell, impulsó
los estudios que este último realizó
durante treinta años sobre la
gestualidad diferenciada que acompaña toda forma de comunicación como algo
local y culturalmente construido. Birdwhistell sostenía que lenguaje y
gestualidad corporal integran un sistema donde intervienen diferentes modos de
comunicación (vista, oído, olfato,
tacto, espacio y tiempo).[9] Pese a empeñarse en la búsqueda de un
“código común” que evidencie una correlación directa entre términos lingüísticos y el gesto particular
que lo acompaña, terminó reconociendo que no pudo descubrir la gramática de los
Kine-morfemas y de aislar por
consiguiente la jerarquía que buscaba. (Winkin 1976:63-81)
En
ese estimulante contexto académico, el antropólogo Edward Hall se abocó por
su parte al estudio de las particularidades culturales de lo que hoy
denominamos referencias tocantes al
tiempo y al espacio. Si bien en su primera obra The Silent Language (1959) combina los dos tipos de experiencias,
después se abocó al estudio del modo en que las culturas construyen el
espacio, desde la distancia
interpersonal (la denominó proxémica),
hasta el modo en que edificios y ciudades
son emplazados.[10]
(Winkin 1976: 89-94)
Con
respecto a nuestra propia Facultad, Carlos Reynoso muchos recordamos sus
recomendaciones sobre la búsqueda de modelos que permitan dar cuenta del
sentido particular de los elementos
seleccionados en todo sistema cultural:
“En todas partes prevalece una especie de Ley
de Zipf [11]
la cual sin duda tiene que ver con constreñimientos
universales de la cognición (según los cuales) las formas de expresión no
son tan complicadas. Aunque la
diversidad parezca infinita... el hecho
es que todas las culturas fatigan una y
otra vez un número ridículamente pequeño de formas lógica y materialmente
posibles” (Reynoso 2011a:1)
Esta
búsqueda de algún patrón universal que permita describir formalmente la
selección básica de elementos que realiza cada cultura particular guarda
similitudes con la “Pauta que conecta” inquirida por Bateson.
Esta
búsqueda batesoniana de analogías de
relaciones formales pero de distintos niveles de tipificación lógica así como
de alguna pauta entendida como unidad de orden lógico superior que surge de los
puntos de encuentro entre premisas abstractas y la conducta efectiva, aparece como
una constante en sus escritos.
Pero ya es hora de regresar a Palo Alto
Donald Jackson y Harry Sullivan
A principios de 1954 [12] en el Hospital de Veteranos se
presenta una ponencia en titulada "El problema de la homeostasis familiar".
Luego de escuchar a Don Jackson, Bateson
inmediatamente lo invita a trabajar con él.
El equipo de Bateson hasta entonces formado por Haley, Weakland y
Fry se amplía con los servicios de un consultor de tiempo libre, el joven
psiquiatra y psicoanalista Donald Jackson, discípulo de Harry Sullivan,
este último perteneciente al grupo fundador de psiquiatras culturalistas
anteriormente mencionado por Mandolini Guardo.
Harry Sullivan, el representante más conocido de la “Escuela de Washington” contaba con gran experiencia práctica y profundo conocimiento sociológico, haciéndose particularmente conocido por sus éxitos en el tratamiento de pacientes psicóticos (Mandolini Guardo 1994:404-417)
Las
relaciones
interpersonales son el nudo de sus teorías y el aporte más
significativo que hizo a la psicología y psiquiatría. Sullivan entiende al
hombre como una unidad psico-somatico-social y rechaza por lo tanto toda
posición psicológica que pretenda analizar al hombre “desglosado de una
situación” es decir, desconectado de una integración interpersonal.
Gran
crítico del estado de la psiquiatría [13],
Sullivan insistía que “las relaciones interpersonales son muy importantes ya que las
influencias culturales establecen la
trama de la mente y de la personalidad donde el psicoanalista forma parte de
la situación analítica.” (Mandolini
Guardo 1994:417)
En
lugar de procurar separarse objetivamente del paciente y mucho menos aislar al
enfermo, el psiquiatra debe recordar que
“integra
con el enfermo una situación, por lo que al formular una línea
terapéutica no debe olvidarse de lo social como factor crucial, tanto
para generar problemas como para superarlos”(Mandolini Guardo 1994:416)
Sullivan
consideraba que la psicoterapia debe tener en cuenta la relación con los
pacientes en otros ámbitos, ya fuera estimulando distracciones como la
astronomía o el camping, o mediante la
práctica conjunta de deportes como la
natación, el golf, o esquiar. .[14]
Como
suele suceder con muchos clínicos excelentes, se le reconoce una gran práctica
empírica unida a una fina intuición para aplicar la terapéutica adecuada en
cada caso.[15]
Para Sullivan “la Psiquiatría tal como está, provee de gente con armas para hacer daño… Bajo ningún concepto se debe incrementar la angustia del analizado…hay que tener cuidado con las interpretaciones que se ofrecen al paciente, pues muchas veces pueden ocasionar más angustia que la propia enfermedad… La Psiquiatría debe lograr la capacidad del paciente para restablecer sus relaciones con la Sociedad” meta que al parecer logró con gran éxito en su práctica cotidiana. (Mandolini Guardo, 1994:415)
Bateson
reconoce haber tomado de Sullivan el concepto de relación terapéutica para
integrarlo en el texto escrito con Jurgen Ruesch en 1951, “Comunicación: la Matriz Social de la Psiquiatría”[16]
En tanto discípulo de Sullivan
podemos inferir que tuvo oportunidad de familiarizarse con los métodos
de su maestro [17] quien sostenía
que la esquizofrenia resulta de una interacción "falsa" en la
relación madre- hijo, y propuso la expresión “madre esquizofrenógena” (Winkin
1976:49)
Jackson cuando ingresó al equipo de Bateson venía elaborando previamente
su propia propuesta sobre una "homeostasis familiar". La familia definida por Jackson constituye un sistema
homeostático que encuentra su propio equilibrio interno gracias a fenómenos de
feedback negativo (Winkin 1976: 48,49)
Ese mismo año de 1954, Bateson publica su famoso trabajo “Una
teoría del juego y la fantasía” que discute
niveles de comunicación lógica.
El doble vínculo como divisoria de aguas
La difusión de los avances en la investigación liderada por
Bateson conocerá en un primer momento un éxito enorme en los medios
norteamericanos a partir de remisiones exitosas de esquizofrenia logradas por Don
Jackson.
En 1956 los miembros publican conjuntamente para Behavorial Science el informe de
investigación titulado “Hacia una teoría de la esquizofrenia” que puede leerse
en la compilación de Bateson “Pasos
hacia una ecología de la mente” (Bateson 1991:231-256) y cuyo resumen se
comparte a continuación:
“La esquizofrenia -su
naturaleza, etiología y el tipo de terapia que hay que emplear para ella- sigue
siendo una de las enfermedades mentales más desconcertantes. La teoría de la
esquizofrenia presentada aquí se basa en el análisis de las comunicaciones, y
específicamente en la Teoría de los Tipos Lógicos.
A partir de esta
teoría y de las observaciones de pacientes esquizofrénicos, se deriva una
descripción de la situación llamada “doble vínculo” [18] y de las
condiciones necesarias para ella, una situación en la cual una persona, haga lo
que haga “no puede ganar”. Nuestra hipótesis es que alguien apresado por el
doble vínculo puede desarrollar síntomas esquizofrénicos.
Se discute de qué
manera y por qué puede surgir el doble
vínculo en una situación familiar y se acompañan ilustraciones tomadas de datos
clínicos y experimentales.”(Bateson 1991:231)
Sin embargo, la nota al pie de la página 231 ofrece una
radiografía del modo en que arribaron al histórico concepto de “doble vínculo”.
Esto es: quién encontró la punta del ovillo, quién desarrolló la idea y
acuñó el término que la define y sobre
todo y para comprender el hilo de los acontecimientos que siguieron, qué
opinaba Jackson al respecto.
Nota al pie de “Hacia una teoría de la esquizofrenia” (1956)
“Lo expuesto en este ensayo deriva de
hipótesis desarrolladas por primera vez en el proyecto de investigación
financiado por la Fundación Rockefeller entre 1952 y 1954 y administrado por el
Departamento de Sociología y Antropología en la Universidad de Stanford, que dirigió Gregory Bateson.
Desde 1954 el proyecto sigue en curso, patrocinado por la Fundación Josiah
Macy (h.).
A Jay
Haley corresponde el mérito de haber reconocido que los síntomas de la esquizofrenia sugieren una incapacidad de
discriminar los Tipos Lógicos.
Esta idea
fue ampliada por Bateson, quien
agregó la de que síntomas y etiología podían
describirse formalmente en términos de la hipótesis del doble vínculo.
Esta hipótesis la comunicó su autor a Donald Jackson, comprobando que concordaba ceñidamente con las ideas de
este último sobre la homeostasis familiar. Desde entonces el doctor Jackson
colabora en estrecha vinculación con el proyecto.
El estudio
de las analogías formales entre hipnosis y esquizofrenia ha sido obra de
John H. Weakland y Jay Haley. (Bateson 1991:231, las cursivas son propias)
El informe incluye comunicaciones personales de Milton Erickson [19] (Bateson
1991:252)
El paper de 1956 tambíén describe
cómo “la experiencia de un
psicoterapeuta calificado ilustra la comprensión intuitiva de una
secuencia comunicacional de doble vínculo… muchas de las estratagemas
originales y acertadas montadas por los terapeutas parecen ser intuitivas…
La terapeuta colocó a su paciente en un “doble vínculo terapéutico” [20] (Bateson 1991:255, 256)
Por su parte Bateson considera a los síntomas iniciales como
"conducta adaptativa" [21]
Este paper histórico no
solo establece la esquizofrenia como objeto de investigación, sino advierte que
han comenzado a preparar un registro en cintas magnetofónicas y
películas sonoras para el análisis posterior de pacientes con sus
familias cuyos datos resultarán de utilidad para trabajos futuros [22] (Bateson
1991:253)
Otros grupos de investigación iniciaron decenas de trabajos
clínicos y experimentales para verificar la propuesta teórica, pero se trata de
esos casos donde la práctica clínica global excede una definición teórica
focalizada exclusivamente en las limitaciones de su descripción escrita y donde
el éxito dependía en principio de las
condiciones de trasmisión oral captadas por los miembros del equipo original a
cargo de Bateson.
Desde
la aparición del artículo de 1956 se afianzan las diferencias entre Bateson y Jackson respecto a la
definición del doble vínculo.
Para Jackson, el doble vínculo ocurre entre personas atrapadas en
un sistema familiar que ha desarrollado
un modo defectuoso de comunicación.
Para Bateson (autor del
concepto) el doble vinculo es una respuesta adaptativa de conducta dentro de un
entorno comunicativo descalificador.
En
1959 Bateson realiza una ponencia
individual “Requisitos
para una teoría de la esquizofrenia” en la que defiende la necesidad de incluir los aspectos
adaptativos de la conducta. Su lectura permite advertir la tensión reinante al interior del grupo
respecto a las líneas divergentes de investigación:
“Mi propósito, por consiguiente, en la
presente Conferencia no es tanto
discutir la teoría particular de la esquizofrenia que hemos elaborado en Palo
Alto. Más bien, quiero señalar a ustedes que esta teoría y otras como ella han ejercido un impacto sobre las
ideas acerca de la naturaleza misma de la explicación. …lo que tenía ante la
mente…era una discusión de los corolarios
que esta teoría del doble vínculo tiene para el campo más amplio de las
ciencias de la conducta” (Bateson 1991:273, las cursivas son propias)
Y unas
líneas más adelante, podemos leer entre líneas la propuesta de Bateson en medio
de una puja académica donde siempre tuvo claro su lugar como antropólogo:
“Estamos investigando la hipótesis de que la comunicación esquizofrénica es algo aprendido y
se vuelve habitual como resultado de traumas reiterados de ese tipo. Y esto es todo lo que hay que decir al
respecto.”(Bateson 1991:274)
Sin embargo,
el resto de su conferencia lo dedica a desarrollar la jerarquía lógica de aprendizaje
presentada inicialmente en 1942. Procede a distinguir los contextos que
propician el aprendizaje y en esta ponencia añade un tercer nivel:
1) Aprendizaje
de primer orden ( proto-aprendizaje según paper
1942)
2) Cambios de
segundo orden (deutero-aprendizaje o condicionamientos)
3)
Cambios de los procesos de cambio
anteriormente mencionados (o aquello que propicia cambios sobre lo aprendido) “Lo
que el terapeuta desea producir en el paciente es por lo general un aprendizaje de tercer orden” (Bateson 1991: 278 resaltado es mío) [23]
En otras palabras, Bateson, a quien desde su trabajo con Ruesch no
puede negársele su interés en los fenómenos comunicativos, ponía el foco sobre
las respuestas adaptativas de la conducta como algo que con ayuda terapéutica
puede revertirse.
Jackson por su parte ponía
el foco sobre los modos de comunicación en sentido estricto.
Winkin
señala que esta diferencia irreductible entre ambos termina ocasionando en 1959
la disgregación del grupo original
liderado por Bateson (Winkin 1976:42)
Creo
conveniente aclarar que estas líneas de
ninguna manera buscan discutir la absoluta legitimidad para elaborar y
desarrollar una propuesta teórica y terapéutica personal por parte de Jackson
que partiera de la base de considerar a la familia como sistema individual.
El MRI, la paradoja fundante
A
partir de una relectura del texto de Winkin, se hace evidente un viraje abrupto
en el sentido del relato tocante al Instituto Mental abierto por Don
Jackson en 1959 [24]
que termina
invisibilizando el Seminario interdisciplinar del Hospital de Veteranos
y el papel de Bateson como impulsor del equipo en cuestión.
El
constructo presentado como “Universidad invisible” sirve al ocultamiento de
relaciones personales concretas entre personas concretas que tuvieron una
presentación formal, o de avances revolucionarios en psiquiatría que también
cuentan con la presentación de informes concretos de investigación que
revolucionaron el mundo de la psiquiatría en los años cincuenta, como lo fue el
informe de 1956.
Sostengo
que referirse a este seminario interdisciplinar y las comunicaciones
científicas concretas entre distintos profesionales como “Universidad Invisible” ha contribuido a la descalificación del lugar crucial
de Bateson respecto de un abordaje novedoso que fuera abandonado en pos
de desarrollar una línea particular de investigación que, si bien legítima,
borra de un plumazo los conceptos revolucionarios sobre la esquizofrenia en
tanto conducta adaptativa.
La
paradoja fundante consiste en abrir un instituto que hasta la
actualidad se presenta como continuador de las investigaciones teóricas iniciadas
por el equipo de Bateson mientras y al mismo tiempo en la
práctica clínica desarrolla una teoría disidente desarrollada por Jackson
La
única continuidad efectiva consistió en el trasvase a partir de 1959 de los
miembros del equipo original de Bateson al de Jackson, y en el que Bateson
quedó reducido a un mero referente inconsulto.
Curiosa
réplica del doble vínculo que se pretende investigar. Todo aquél que quiera
consultar el material archivado proveniente del seminario liderado por Bateson
se encuentra atrapado por la doble coacción: el instituto ofrece la oportunidad
de investigar libremente todo el material pero cualquier propuesta de práctica
clínica aparece constreñida dentro de la línea de investigación disidente.
Winkin y la invisibilización del
Hospital de Veteranos
Con
el propósito de proporcionar alguna razón que
dé cuenta sobre la confusión reinante respecto al descubrimiento y
desarrollo de los métodos presentados como terapia familiar sistémica por parte
de lo que se conoce como “Escuela de Palo Alto” en tanto corriente psicológica particular,
puede resultar iluminador señalar las diferencias efectivas en el
relato de Winkin entre el seminario a cargo de Bateson en el Hospital de Veteranos a partir de 1952
y la apertura del Mental Research Institute (MRI) a partir de 1959 teniendo
en cuenta las fuentes utilizadas
En el relato que describe el seminario transdisciplinar de Bateson
en el Hospital de Veteranos, Winkin
utiliza un conjunto de fuentes y
entrevistas particulares reconocidas en sus notas al pie de página.
En cambio para su descripción
sobre Jackson y el MRI se vale como fuente de datos, de artículos y un
libro escrito al respecto por miembros del MRI fundado en
1959, algo que refiere en nota al pie de página (Winkin 1976: 53) Los datos
proporcionados por miembros del instituto fundado por Jackson, quien falleció trágicamente
poco tiempo después de fundado el mismo, aparecen sesgados por intereses particulares que resulta prudente
tener en cuenta.
Winkin inicia su relato
sobre Jackson con un título que hace desaparecer el
espacio físico del Seminario del
Hospital de Veteranos. En términos que invisibilizan de cuajo el
espacio del grupo inicial liderado por Bateson, postula el título “De Palo Alto a Palo Alto: Don Jackson y el
Mental Research Institute” (Winkin 1976:48)
Si bien Winkin continúa dando cuenta de que el grupo de Bateson se
amplía con la incorporación de Jackson, “el equipo de Bateson” es presentado
sin ubicación espacial alguna y pasa a focalizarse en los brillantes
antecedentes de Jackson como
proveniente de la escuela de Washington liderada por Sullivan. Como sabemos, Sullivan
insistía en considerar la esquizofrenia desde el punto de vista de la interacción
tanto a nivel psicológico como terapéutico, y se trata de un concepto clave que
Bateson incorpora en el texto que
escribiera conjuntamente con el psiquiatra J. Ruesch a partir de 1949.
A la propuesta de Sullivan, Jackson incorpora un concepto cibernético
para su teoría de la familia como sistema homeostático que encuentra su
equilibrio interno gracias a fenómenos de feedback negativo, y es la razón por
la que Bateson lo incorpora a su grupo en 1954. (Winkin 1976:48 y 49)
Winkin define a Jackson como “un hombre de acción”, que moviliza
al grupo de Bateson y funda el MRI para aplicar las investigaciones del grupo a
la psicoterapia.[25]
“Jackson no tarda en utilizar dos hipótesis del grupo [26]… La primera es
del mismo Jackson, que se dedicará a refinarla, fundando así el principio básico de la terapia familiar. Bajo el término de homeostasis familiar se
propone considerar la familia como un sistema homeostático gobernado por un
conjunto de reglas (propias)…Si uno de los miembros presenta algún desorden, la intervención del terapeuta no
debe limitarse a ese miembro sino extenderse a toda la familia comprendida como
sistema patológico que presenta un síntoma...Se trata de encontrar otro
equilibrio para la familia mediante una reorganización del sistema de
relaciones en el que está instalada…
“La segunda aplicación
de las investigaciones de Bateson y sus colegas se funda en la hipótesis del doble vínculo [27]... Basándose sin
duda en los ejemplos proporcionados por Milton Erickson, John Rosen y otros psiquiatras [28] Jackson utiliza
una técnica que se apoya directamente en los síntomas expresados por el
paciente...Al tratar de extraer las premisas teóricas descubre que esta exhortación paradójica se funda sobre la
estructura del doble vínculo patológico"(Winkin 1976: 50)
Aunque Winkin registra que Jackson descubre la relación entre la exhortación paradójica y el doble vinculo, se trata de algo que Bateson ya había documentado en
el paper de 1956.
Como
refuerzo de la invisibilización de Bateson como líder del seminario del
Hospital de Veteranos, Winkin sigue ubicando a Jackson desarrollando
sus ideas en el MRI:
“Jackson no es el
único autor de este nuevo enfoque terapéutico…Sus ideas se desarrollaron en el seno del equipo del MRI. …De
hecho, Jackson tiene más de clínico que de teórico… Con frecuencia el papel de
sus colegas sobre todo el de Watzlawick será el de encontrar el camino que ha
recorrido para efectuar un diagnostico tanto rápido como brillante”
“En 1959 Jackson abre
el MRI…El personal se amplía rápidamente… en 1961 contrata a Paul Watzlawick y
en 1962 a John Weakland y Jay Haley [29]…El trabajo se
organiza y especializa…En 1962 el MRI recibe un importante subsidio” (Winkin 1976:50 y 51)
Winkin describe a Watzlawick como alguien que emprende investigaciones para
hacer más eficaz la consulta en terapia
familiar[30].
Tratará de sistematizar la entrevista organizándola alrededor de temas bien
definidos, pero fracasa. Entonces emprende el análisis de las técnicas
terapéuticas intuitivas utilizadas por Jackson y Erickson con la finalidad de
hacerlos perfectamente racionales y en consecuencia adoptables por otros. (Winkin
1976:58 y 59)
En 1967 publica el texto “Teoría de la comunicación humana” en el
que pese a “dedicarlo a” Bateson, lo desplaza como autor y oscurece los
conceptos publicados en 1956. La tan pretendida sistematización de Watzlawick no
proporciona método alguno que permita replicar las técnicas originales de
Jackson y Erickson.
En 1967, Jackson fallece trágica
y prematuramente, el Instituto se reorganiza y nace el mito que remite
a Watzlawick como el héroe que ha
logrado definir y formalizar el concepto de doble vínculo terapéutico practicado
por Jackson.
A más de cincuenta años de su inicio, la paradoja inicial del MRI
continúa sin resolverse.
Por un lado el instituto se presenta como referente importante en
el campo de la terapia familiar sistémica. La
familia es considerada un sistema cerrado, en una representación que guarda
correspondencia con la noción orgánica y clásica que define cosas relacionadas
entre sí, donde el empleo del término feedback resulta una simple metáfora de
la homeostasis biológica que otorga equilibrio al sistema en tanto tal. [31]
Por otro lado, el MRI se mantiene abierto como instituto de
investigación para todo el que quiera valerse del enorme archivo sonoro y
fílmico que se viene atesorando desde 1954 (Cerbeiro et al 2001) [32]
Se invita a analizar las ideas originales de Bateson,[33] entre ellas el doble vínculo y la
Teoría General de Sistemas de Bertalanffy
a las que dice adherir desde lo formal, algo que de ninguna manera guarda
correspondencias con la práctica clínica efectivamente realizada.
El que el MRI se haya convertido en el custodio del archivo
general es el broche que completa la invisibilización del espacio y las
propuestas originales de Bateson. Resulta sumamente funcional para sostener el
mito que confunde al creador con su fallido reformulador, de la misma manera
que borra el camino de los conceptos
revolucionarios para erigirse como continuidad que no conduce a ninguna parte.
Conclusiones
Este recorrido por los pasadizos de espacios bloqueados en el tiempo, halló su
justificación en la confusión tocante al origen de los conceptos que
revolucionaron la psiquiatría en Palo Alto.
Basándome en los textos de Winkin
y de Mandolini Guardo traté de reconstruir el clima interdisciplinario de los
años treinta del siglo pasado que permite rastrear desde comunicaciones
informales hasta su profundización propiciada
por el Seminario de Bateson en el Hospital
de Veteranos en Palo Alto a principios de la década del cincuenta. El
relato fue abordado sin dejar de lado la mirada antropológica sobre los hechos descriptos
que nunca deja de inquirir por los intereses de quienes registraron esos mismos
hechos.
Esa mirada crítica me permitió describir un viraje en el sentido del relato
de Winkin que solo halló su justificación en los intereses académicos
de las fuentes consultadas. Amigos y colegas de Bateson en unas páginas y desconocidos o rivales en
otras no pudieron arrojar más que datos discordantes
que hubo que tener en cuenta y resultaron cruciales para comprender a quién le
interesa hasta el día de hoy mantener la imagen de Bateson como alguien con
poca iniciativa profesional, disperso o que no alcanza explicar adecuadamente sus
teorías.
Sostengo
que el constructo presentado por Winkin como “Universidad invisible”
ha
servido literalmente al ocultamiento de relaciones personales concretas
entre personas concretas que tuvieron una presentación formal, o de avances
revolucionarios en psiquiatría que también cuentan con la presentación de
informes concretos de investigación que revolucionaron el mundo de la
psiquiatría en los años cincuenta, como lo fue el informe de 1956
En
este trabajo he presentado razones para concluir que el término que mejor
describe los intereses de quienes procuraron transferir sobre sí el brillo de un
prestigio legítimo oscureciendo los hechos del líder original, es el de “Universidad
invisibilizada”. Dicha invisibilización tanto del espacio catalizador del Hospital de Veteranos como del seminario
interdisciplinar liderado por Bateson sirve todavía hoy a los propósitos de
descalificación y ocultamiento de las proezas intelectuales llevadas a cabo
entre 1949 y 1959.
Sin embargo la compilación de los trabajos de Bateson proporcionan
un conjunto inesperado de datos que al reunirse trenzan el hilo de Ariadna que
libera del doble laberinto. El histórico
paper de 1956 se presentó como un documento que describe el
modo en que el grupo original de Bateson arribó al histórico concepto de “doble
vínculo”. Dando muestras de honestidad intelectual y científica, Bateson, describe quién fue el miembro del
equipo que encontró la punta del ovillo, mientras él posteriormente desarrollaba
la idea y acuñaba el término original que la define. Trabajos del 1959 advierten
sobre la tensión reinante en el grupo originada por pujas académicas, y el modo
en que el autor se expresa al respecto y
resuelve defender legítimamente su postura.
La paradoja fundante del MRI se mueve desde 1959 entre el
desarrollo de una práctica clínica particular que requiere como sustento
primario de la descalificación de las fuentes que la originaron. Práctica legítima pero disidente que necesita
presentarse como el baluarte y continuadora de las ideas revolucionarias que
justificaron su fama mientras continúa invisibilizando el espacio catalizador
del seminario realizado en el Hospital de Veteranos de Palo Alto.
Hay una salida para el doble vínculo, pero el MRI es el menos adecuado
para indicarla.
Fuentes bibliográficas
citadas:
Bateson, Gregory
(1991) “La jerarquía social y el concepto de deuteroaprendizaje” (1942), “Una
teoría del juego y la fantasía” (1954) “Hacia una teoría de la esquizofrenia”
(1956) y
“Requisitos mínimos para una teoría de la esquizofrenia” (1959)
compilados en “Pasos hacia una Ecología
de la Mente”. Grupo Editorial Planeta. pp. 190-199, 205-217, 231-256 y 273-299.
Bertalanffy, Ludwig von
(1989) “Teoría general de los Sistemas.
Fundamentos, desarrollo, aplicaciones”. FCE, México. Primera edición en
1968.
Ceberio Marcelo, Serebrinsky Horacio y Schlanger Karin (2001) “El MRI. El legado de Don Jackson. Entrevista a Wendel Ray” Artículo
publicado en Perspectivas Sistémicas
Número 68 (septiembre/Octubre 2001) Goffman Erwin, (1974) “Frame Analisys. An essay
on the Organization of Experience.” Northeastern University Press. Boston
Mandolini Guardo, Ricardo
(1994) “Historia General del
Psicoanálisis. De Freud a Fromm” Editorial Braga, Buenos Aires. Páginas
381,382, 404-417.
Reynoso, Carlos (1998) “La Antropología y las Teorías de
Sistemas” En: “Corrientes en Antropología Contemporánea” UBA. Bs As,
Ed. Biblos. Página 244
---------------------
(2006) “Complejidad y Caos. Una exploración antropológica”. Editorial SB,
Buenos Aires. Páginas 28 y 32
Salvetti, Vivina Perla (2013) “Abordaje sistémico sobre emergencia de la Memoria en contextos de
inclusión cultural: cambios cognitivos observables en la localidad de Puelches
(provincia de La Pampa)” Tesis de Licenciatura no publicada. FFyL
Material disponible en
las entradas de 2014 correspondientes al sitio
Watzlavick Paul,
Beavin Bavelas Janet, y Jackson Donald (1995) “Teoría de la Comunicación
Humana. Interacciones, Patologías y Paradojas” Editorial Herder. Barcelona
Winkin, Yves
(1976) “La Nueva Comunicación”. Ed
Kairós, Barcelona Páginas 11-111
[1] Sin embargo, me sumo a quienes sostienen
que la mirada entrenada sobre las formas y patrones de la Naturaleza adquirida
en el seno familiar constituye el bagaje que le permitiría formular sus
avanzados patrones de interacción social entre los Iatmul muchísimos años antes
que se formalizaran los principios de la Cibernética provenientes de las
Ciencias de la Información
[2] Si bien el texto de Mead resultó
fuertemente criticado, cuestionado y
revisado décadas después de su publicación, aquí quiero poner el foco sobre el
impacto que obtuvo en su época para cuestionar la universalidad de la psiquis
freudiana.
[3] Hasta
ese momento quien se había resistido a ser conocido como “el hijo de Bateson” era conocido como “el marido de Margaret Mead”
[4]
“La planificación social y el concepto de deuteroaprendizaje” publicado en Science,
Philosophy and Religion con copyright 1942 según reza en la nota al pie.
(Bateson 1991:187)
[5] Norber Wiener presentó su texto
Cibernética en 1947. Con respecto a las ideas vertidas allí Bateson confesaría
en el epílogo de la reedición de Naven en 1958 que la conceptualización
cibernética del fenómeno era más clara, precisa y elegante que su propia
descripción de los procesos sociales” que había tenido oportunidad de estudiar
entre los Iatmul durante los años 1927-30 (Reynoso 2006:32) Sin embargo, es de destacar que en esencia
tanto la Cibernética (propuesta en 1947) como los abordajes previamente
elaborados por Bateson (presentados en
Naven el año 1936) indicaban lo mismo:
“Bateson había descubierto un proceso cibernético antes que siquiera se
fundara la ciencia capaz de definirlo. Al elaborar (en Nueva Guinea) el
esquema para que tales procesos se tornen comprensibles, Bateson fue creando
una por una sus categorías, pues ni la Cibernética ni la Teoría General de
Sistemas habían sido formuladas.”(Reynoso 2006:28)
[6]
Recordamos que en 1942 presentó un trabajo sobre los distintos niveles de aprendizaje,
en los que acuñó los términos de “proto-aprendizaje” y “deutero-aprendizaje”
[7]
Vale la aclaración porque el mito que me propongo derribar en este trabajo es
el que confunde la Escuela de Palo Alto con el Mental Research Institute (MIR),
también de Palo Alto pero fundado en el año 1959 por miembros que formaron
parte del equipo original de Bateson en el Veterans.
[8]
Goffman es reconocido como el padre del Interaccionismo simbólico
[9]
Birdwhistell fue invitado por Walt Disney para mejorar las técnicas de
representación en los dibujos animados
[10] Entre
sus estudios originales, Hall aborda la
estructuración y significación del espacio ocupado por muebles y puertas.
Constituyen un ejemplo asombroso de la variedad
cultural de significados otorgados al espacio. Por ejemplo, para un
norteamericano una puerta debe estar abierta (al menos en la época que se
realizó el estudio), en cambio para un francés o un alemán debe estar cerrada.
(Winkin 1976)
[11] Ley
empírica formulada por el lingüista George Zipf, según la cual solo un pequeño
número de palabras son utilizadas con
mucha frecuencia, mientras que la mayoría son poco empleadas. Esta ley se
expresa en progresión matemática, y es aplicable a otros fenómenos.(Reynoso
2011b:152)
[12]
Ese mismo año (1954) se fundó la Sociedad para
una Teoría General de Sistemas impulsada por el biólogo Ludwig von Bertalanffy. Esta sociedad se halló abocada desde sus
inicios a investigar el isomorfismo lógico de conceptos provenientes de
estructuras teóricas diferenciadas con el propósito de facilitar la
transferencia de conocimientos entre ámbitos aparentemente irreductibles, hasta lograr un genuino abordaje
transdisciplinar sobre los problemas. (Bertalanffy 1989: 38)
Sin embargo, atenerse a los principios de isomorfismo, diferenciación y
jerarquía lógica de los sistemas como paso previo a su articulación en un
modelo general, constituye el aspecto más relegado en los debates sobre la
superioridad de los modelos clásicos de carácter lineal, defendidos por
Bertrand Russell.
[13] Muchas
veces me pregunto qué opinaría hoy Sullivan acerca de sus colegas argentinos,
limitados a “distribuidores de drogas
peligrosas” con licencia.
[14] En el
film “Cuéntame tu vida” el personaje de Gregory Peck fue acusado de asesinar a
su psiquiatra mientras esquiaban juntos,
aludiendo a prácticas alentadas por Sullivan. En una
escena, cuando el personaje de Ingrid Bergman
consulta al respecto a su antiguo profesor, un psiquiatra freudiano,
éste le comenta: “¿A quién se le ocurre salir a esquiar con un psicótico?”, algo
que revela la controversia entre ambas corrientes.
[15] Como
les ocurre a muchos intuitivos guardan serias dificultades para dar cuenta dentro
de una forma narrativa cómo arribaron a una elección terapéutica exitosa,
intuición que relevará posteriormente Bateson en su paper de 1956
[16] Esta
muestra de honestidad intelectual de Bateson resulta una constante observable
en las notas al pie de todos sus
trabajos.
[17] La
película de 1942 “La extraña pasajera” (Now, Voyager) protagonizada por Bette Davis
describe la transformación liberadora en
una joven mediante los métodos de la corriente culturalista que hizo furor durante esos años.
[18]
Double
bind en inglés original cuya traducción también encierra el sentido de
“doble coacción”
[19]
Erickson,(otro de los psiquiatras culturalistas, había sido presentado a
Bateson por Mead en los días de Bali según cuenta en su biografía) quien se incorporó en la década del sesenta
al equipo liderado por Jackson, serán definidos muchos años después por
Watzlawick como “magos” por sus resoluciones intuitivas y exitosas sobre esquizofrénicos
[20] Por lo
visto, la mayoría de los conceptos presentados una década después por Watzlawick (y que el mito le adjudica como propios) no agregaron nada nuevo en absoluto.
[21] “Esperamos
que nuestros conceptos y datos sean
útiles sobre…el carácter de “estado de
adaptación” anterior a la manifestación de la esquizofrenia” (Bateson 1991:
253)
[22] En una
entrevista realizada al director del MRI
Wendel Ray en el año 2001, éste
menciona que los registros han sido digitalizados y siguen a disposición de los investigadores.
[23]
En mi tesis tuve oportunidad de desarrollar y aplicar a un caso particular un
modelo original acorde a los principios de la Teoría General de Sistemas de
Bertalanffy inspirado en los trabajos de Bateson. Dicho modelo se basa en la
articulación isomórfica entre los
niveles lógicos de comunicación y los de
aprendizaje en una trayectoria cuyo sentido permite deslindar a su vez entre lo
dado y lo posible. (Salvetti 2013)
[24]
Bateson fue invitado a participar como
consultor de una línea de investigación cuyo desarrollo difería de la propuesta oficial.
[25] Soslayando
el ámbito de pertinencias profesionales que siempre tuvo presente como
antropólogo, en estas páginas Bateson es
presentado como un lento que no impulsa las prácticas terapéuticas (no le
correspondía) o como un idiota
considerado referente al que nadie
entiende cuando habla. Atrapado por semejante entorno descalificador, Bateson optó por la
salida más saludable: retirarse del mundo de la investigación dentro de la
psiquiatría y abordar los modos de comunicación animal.
[26] No
aclara si se trata del grupo de investigación liderado por Bateson en el
Hospital de Veteranos o el liderado por Jackson en el MRI
[27] La enorme
riqueza de la hipótesis del doble vínculo
originalmente derivada como
propuesta teórica quedará reducida a la búsqueda del rescate de las palabras
mágicas que proporcionen el éxito terapéutico.
[28]
Se oculta que participaron del grupo liderado por Bateson
[29] Winkin no aclara que Weakland y Haley venían trabajando juntos en el equipo de
Bateson desde 1954, en el Veterans, algo que él mismo había mencionado pocas
páginas anteriores.
[30]
Concepto fundamental en la línea terapéutica
propuesta por Jackson.
[31] Como
dice Reynoso, muchos suponen que cualquier modelo más o menos formalizado
califica como modelo sistémico cuando no es así (Reynoso 1998:244)
[32] La
página del MRI en Facebook abierta al público y consultada en enero del 2015
presentaba como foto de portada una del “Bateson Team 1955)
[33] Si
desde los inicios el MRI no prestó atención a su propuesta de conducta
adaptativa, ¿hay motivos para pensar que acepten una línea de trabajo que
difiera de la propuesta por Jackson?